La auditora

La auditora, de Jon Bilbao y Javier Peinado, es un tebeo de lectura desasosegante, con un futuro distópico a lo Blade Runner pero localizado en un pequeño pueblo en vez de una gran metrópolis.

En el pasado se crearon robots tan similares a los seres humanos que en el exterior son prácticamente indistinguibles. El rechazo de la sociedad hizo que se dejaran de producir, pero un movimiento adquirió todas las unidades que existían y las “liberó” por el mundo. Así que ahora es posible convivir con un robot sin tener conocimiento de ello.

Como decía anteriormente, La auditora se desarrolla en un pequeño pueblo costero que en realidad es propiedad de una sola familia que lo explota como si de una fábrica se tratara. Las personas trabajan en sus casas y están agobiadas para llegar a conseguir la producción mensual, que les permitirá seguir viviendo en la localidad. Se puede interpretar el tebeo como una crítica al caciquismo de los dueños, pero entiendo que este no es el mensaje principal de la obra. El hecho de que algunos actos especialmente crueles queden impunes refuerza esta impresión personal.

El dibujo y sobre todo el color verde enfermizo que impregna cada viñeta describe muy bien el ambiente malsano de las fábricas empeñadas en aumentar la productividad a pesar de la contaminación y sirve como hilo conductor a toda la narración.

La intolerancia a lo extraño y el temor al cambio también son mensajes que intentan transmitir los autores, con algunos personajes que transitan por el “valle inquietante” en lo que deviene en una caza de brujas para localizar al robot infiltrado.

Hay otros detalles que son bastante obvios para un lector habitual de ciencia ficción y quizá por eso el tebeo no acaba de ser del todo redondo. El desarrollo científico y tecnológico no ha servido para mejorar las vidas de los humanos, más bien para encadenarlos a una servidumbre feudal, al capricho de la familia dueña del pueblo. Pero esto ya lo hemos visto en innumerables ocasiones, así como la idea central del “extraño entre nosotros”, pero sin haber desarrollado un test Voight-Kampff que nos permita salir de duda.

16 Ways to Defend a Walled City

KJ Parker es un autor que me gusta mucho, de hecho tengo a medias un pequeño proyecto para ponerme al día con su obra larga, que no la conozco demasiado. Así que cuando 16 Ways to Defend a Walled City llegó a mi libro electrónico después de haberlo tenido adquirido en preventa desde ni me acuerdo cuándo, me puse con él inmediatamente.

No creo que está novela se pueda definir como la fantasía habitual, aunque se desarrolle en un mundo distinto al nuestro las similitudes son bastantes. Pero no me hace falta que haya magos para disfrutar enormemente de la historia de Orhan, el ingeniero.

Lo primero que me gustaría destacar es el exquisito uso de la primera persona a lo largo de todo el libro, con un narrador no confiable, que nos da la información que él estima oportuna en cada momento y que además, interpreta las acciones de los demás a través de su propio prisma, por lo que podemos llegar a conclusiones muy distintas a las que se expresan en las páginas.

En algún momento he definido el libro como pr0n para ingenieros. Si Ian Sales entraba en cada mínimo detalle técnico en Adrift on the Sea of Rains, Parker nos da una lección de tecnología bélica y no bélica de un periodo equivalente a la Edad Media. Ya habíamos podido disfrutar de algún ensayo al respecto en Academic Exercises, es en 16 Ways to Defend a Walled City donde asistimos a una sucesión de clases magistrales imbuidas en una narración. Desde el funcionamiento de un fundíbulo a el calafateado de barcos, pasando por la creación de armaduras o el trabajo de un zapador en un asedio, todo narrado de una forma tan didáctica como entretenida, aderezado de momentos de humor.

Y es que el humor es uno de los estandartes de los libros de Parker y aquí sigue teniendo una presencia importante. Se trata de un humor inteligente, con críticas veladas al poder imperante, a los enfrentamientos de clases y a muchos más temas que es tratan con una profundidad sorprendente.

No dudéis en coger esta obra de Parker entre vuestras manos. No os arrepentiréis.

Tangle’s Game

Me llamó mucho la atención el anuncio de esta novela en su momento, así que culpo a los malvados estrategas de marketing de haberme leído la novela.

Hotston escoge el camino del thriller futurista aunque bastante verosímil en sus comienzos, con la implantación generalizada del “crédito social”, un medidor de la confianza que se puede tener en cada persona basándose en su historial. Algo que vemos cada vez más cerca y que puede dar lugar a interesantes discusiones, tomando como premisa la necesidad individual frente a la colectiva, por ejemplo. O la pérdida de privacidad, sin ir más lejos. Sin embargo, la novela no sigue esos derroteros. La protagonista, una banquera con un crédito impecable, recibe de parte de un antiguo novio un disco duro que puede alterar el equilibrio de la política mundial y se ve envuelta en una huida hacia delante mientras piensa qué hacer con semejante problema.

La ejecución del libro deja bastante que desear, no sé si por la excesiva ingenuidad de la protagonista o por el imprescindible ejercicio de suspensión de la incredulidad para que el lector acepte que las distintas agencias y poderes fácticos implicados en la trama no escojan una solución más “directa” para hacerse con lo que necesitan y ansían.

Los demás personajes tampoco es que aporten mucho a la trama, salvo algún momento trágico que parece realmente impostado. Quizá sea por la decepción de quien espera otro resultado, pero no puedo recomendar este libro para nada.

Seven Blades in Black

Sentía curiosidad por leer algo de Sam Sykes por una razón tan pedestre como lo entretenido que es seguirle en Twitter. Desde que junto a Chuck Wendig crearon este hilo, pensé que sus novelas al menos tendrían que ser divertidas. Así que comencé Seven Blades in Black con alguna que otra esperanza.

Lo primero que llama la atención es la fortísima personalidad de la protagonista, Sal the Cacophony, una renegada con una misión de venganza. Y menuda venganza, algo capaz de hacer sonar todas las “alertas Montecristo” para aquellos que gustan de este tipo de historias.

La novela está estructurada a base de flashbacks que van variando el marco temporal para que vayamos descubriendo el pasado de Sal desde la celda en la que espera su ejecución. En este sentido, Sam Sykes dosifica la información de manera muy acertada para que sigamos leyendo con interés cada una de las revelaciones que va dejando caer.

También es cierto que a pesar de tratarse de una historia de violencia y sacrificios muy dura, los toques de humor que me atrayeron hacia el autor en primer lugar siguen estando presentes. Parece que es su marchamo de calidad. Porque ya me diréis si no a quién se le ocurriría tener una lucha a muerte entre magos muy poderosos mientras hablan educadamente sobre la ópera.

Sin embargo, la novela también tiene defectos. Se me ha hecho pesada por momentos, con Sal deambulando de un lado a otro para encontrar a sus futuras víctimas y muchas veces avanzando a base de casualidades. Tampoco sé si es totalmente creíble la relación de amor-odio que tiene la protagonista, aunque en este caso puede que Liette simplemente no pueda dejar atrás una relación tóxica como pocas.

La primera aproximación a la obra de Sam Sykes me ha dejado con curiosidad por leer algo más, pero tampoco con la necesidad de coger inmediatamente una nueva novela suya, así que dejaré reposar esta curiosidad hasta otro momento en el futuro.

Lago negro de tus ojos

Algunos guionistas de cómics, sobre todo los que también son ilustradores, utilizan storyboards para comunicar sus ideas al dibujante que finalmente las plasmará en las páginas del tebeo, utilizando un medio visual para transmitir algo que habitualmente se hace por escrito. Guillem López se apropia de esta idea añadiéndole un nuevo giro de tuerca, ya que lo que hace es transmitirnos por medio de la palabra escrita aquello que normalmente nos llega a través del medio visual.

En el aspecto formal me parece muy interesante la aplicación de esta y otras técnicas durante la escritura de la novela. Aunque está relatada en primera persona, la falibilidad intrínseca a alguien que está narrando sus recuerdos se une el poca confianza que inspira un narrador no confiable.

Es también todo un logro el ambiente opresivo que exuda cada página del libro, con una sensación de asfixia que se apropia del lector nada más empezar las primeras páginas.

Sobre la trama, el punto de partida es la vuelta al pueblo del que salió huyendo de una periodista encargada de investigar un fenómeno cósmico que todavía no ha sido convenientemente explicado. Pero el contraste entre esa laguna misteriosa que parece una puerta a otro mundo y las miserias de la vida en un lugar donde todo el mundo se conoce quizá no causa tanta impresión como esperaba. Lo que si mueve la curiosidad son las alusiones veladas al pasado de la periodista, dejando entrever una historia oscura y terrible.

El desarrollo de Lago negro de tus ojos, sin embargo, camina por otros derroteros. He de reconocer que el género de terror no es de mi gusto, así que no he sido capaz de disfrutar el último libro de Guillem López como me hubiera apetecido. El desasosiego y en ocasiones el asco me impedía seguir con la lectura de una forma constante, aunque entiendo que hay muchos seguidores del género que disfrutarán enormemente del libro.

David Mogo, Godhunter

Con este título y con el interés que está despertando en mi últimamente la literatura de origen africano, no podía pasar mucho tiempo antes de que leyera David Mogo, Godhunter. No he encontrado lo que buscaba, principalmente por problemas estructurales de la novela, pero puede que otro lector la disfrute más que yo.

El primer escollo que me encontré fue el lenguaje de los diálogos. Entiendo que no puedo esperar un perfecto inglés si se quiere algo de realismo en la ambientación africana, pero es que la mayoría de las conversaciones tienen lugar en una mezcolanza de palabras y fonemas que puede llegar a resultar desesperante. No creo que sea un experimento formal como el que realizó Iain M Banks con su El Artefakto, me temo que es una búsqueda de verosimilitud que ha traspasado la frontera de lo comprensible.

Con este obstáculo en el camino, seguía dispuesta a hacer un esfuerzo extra en la lectura, ya que la mitología yoruba me resulta fascinante desde mi desconocimiento. En ese aspecto, el libro ofrece mucha información aunque algo desestructurada, sirviendo de puerta de entrada para quien quiera profundizar más en el tema a través de nombres y referencias. Puede despertar nuestro interés aunque tampoco la representación mitológica sea totalmente fidedigna debido a la presencia de varios panteones y a las necesidades propias de la narración.

No se puede describir el libro como un fix-up, pues aunque tiene tres partes claramente diferenciadas, tampoco es que el autor haya realizado un trabajo exhaustivo para unirlas, utilizando de forma repetitiva unas elipsis tremendas. En cada tramo, justo cuando se alcanza el clímax, se corta la narración y se comienza otro relato en otra parte. Aunque conserva los mismos protagonistas y es continuada en el tiempo, crea la sensación permanente de que el autor nos está escamoteando algo.

No puedo recomendar el libro para un lector con gusto similares a los míos, pero si lo interpretamos como una serie de aventuras fantásticas en Lagos con algo de trasfondo mitológico, si puede ser de tu gusto.

The Queen of Crows

Otro de los aspectos del polifacético Myke Cole es su labor como historiador militar. Aunque su último libro Legion versus Phalanx no está situado en la Edad Media, nos da una idea de la seriedad en la representación de las batallas en su obra de ficción, de la que The Queen of Crows es un muy buen ejemplo.

Siguiendo los hechos acontecidos en The Armored Saint, el pueblo de Heloise se prepara para la inminente llegada del enemigo. Hay que decir que en esta segunda entrega el autor explora algo más las relaciones entre los personajes, las posibles alianzas y traiciones de los que solo buscan sobrevivir e incluso nos presenta una nueva “raza” que puede dar mucho juego en el volumen final.

Pero el grueso del libro lo siguen constituyendo las batallas y en este sentido, Cole nos ofrece para todos los gustos. Cargas de caballería contra infantería, asedios con toda la logística correspondiente y batallas mágicas, todo ello aderezado por la presencia de un “mecha” que como es lógico, desequilibra el combate individual pero quizá no tanto el resultado final. En este sentido la novela es “realista”, ya que no dota de invencibilidad a ningún artilugio mecánico, y se muestran tanto sus muchas fortalezas como sus inevitables debilidades.

Si bien es cierto que la ambientación recuerda poderosamente el mundo de Dragon Age, también hay un poso de revolución y justicia social en esta trilogía, de búsqueda de mejorar las condiciones del pueblo llano aunque sea a costa de su sangre. Por otra parte, se deja un poco de lado la reivindicación de la condición sexual de la protagonista, que aunque tiene alguna referencia deja de ser un tema principal en la trama.

La publicación de la entrega final está anunciada para noviembre de este mismo año, así que todavía estáis a tiempo para leer las dos entregas ya disponibles y disfrutar de una fantasía escrita desde la sensatez y la cordura.

The Gutter Prayer

Leí esta novela por recomendación de Alex, que con buen ojo la define como fantasía oscura y urbana.

Lo de fantasía urbana es impepinable porque prácticamente toda la novela transcurre en una sola ciudad, tanto en sus edificios como en sus túneles y catacumbas, desvelándose como un escenario que forma parte de la propia aventura. Y lo de oscura es casi inevitable en la fantasía moderna, de la que The Gutter Prayer es una buena muestra.

Gareth Hanrahan destaca principalmente por el estupendo desarrollo de su worldbuilding y en las razas que lo pueblan sus escenas. Quizá peca de no ser excesivamente original, puesto que los ghouls son viejos conocidos y algunas de las otras razas del libro recuerdan a R. Scott Bakker y su trilogía Príncipe de Nada, pero si las características de sus creaciones nos resultan familiares, lo que es novedoso son sus relaciones entre ellas, algo que denota un gran trabajo de creación de fondo que al final se acaba notando en la lectura.

La ciudad de Guerdon se libra de la guerra entre dioses que está teniendo lugar fuera de sus fronters por ser suministradora principal de armas alquímicas de ambos bandos, pero las mareas de refugiados que llegan a la ciudad amenazan el delicado equilibrio entre los poderes establecidos. Con este punto de partida, Hanrahan desarrolla una narración que implica tanto los hechos actuales como los antiguos, con intrigas apasionantes y planes que llevan años en desarrollo, con alguna que otra sorpresa y en general, con un tono creciente de violencia y tensión.

Si la historia está bien, lo que me ha terminado de enamorar los personajes de la novela. Tanto los protagonistas como los secundarios demuestran una profundidad muy atractiva, que de nuevo da fe del trabajo del autor. No solo los tres ladrones con los que empieza la historia, si no los demás que se van subiendo al carro aportan algo importante al fluir de la narración. Desde la admiración Spar por su padre y la imposible tarea de estar a su altura mientras la enfermedad va calcificando su cuerpo, a la evolución radical de Rat, un joven ghoul inconsciente. Los caminos no están trazados y no sabemos dónde van a acabar.

El ritmo es trepidante, algo muy de agradecer cuando estamos leyendo un libro de estas dimensiones. Como primera novela del autor, se me ocurren pocas críticas que realizar, así que no hago si no recomendarte su lectura. Seguramente la disfrutarás.

The Undefeated

The Undefeated es una novela corta de ciencia ficción con una protagonista absoluta que en el ocaso de su vida vuelve a visitar los lugares de su infancia. Pero no es una historia sentimental y de hecho tiene un trasfondo reivindicativo que por desgracia se pierde por la languidez de los hechos narrados.

El viaje de la protagonista se aleja del centro de la Commonwealth, una confederación de planetas que parece estar bajo la amenaza de un enemigo poco claro. Al ir en contra de las mareas migratorias que buscan la seguridad de los mundos interiores, puede reflexionar sobre su pasado y su vida. Podría ser interesante saber qué le ha ocurrido a esta periodista y escritora, pero la verdad es que su relato tiene pocos alicientes, solo ver lo bien que se lo ha ido pasando de viaje en viaje disfrutando del privilegio de su fortuna heredada.

La autora crea un tipo de personaje denominados jenjer que no define demasiado en un principio, pero que serán importantes en el desarrollos de la historia. El paralelismo de estos seres con los esclavos es tan evidente como un tanto zafio. Unidos a los humanos por contrato y dependientes de estos para conseguir las medicinas que les permiten seguir vivos, se consideran propiedad del humano correspondiente.

Y esto es prácticamente todo, porque el libro no da para más. Está escrito con una prosa fluida y es tan breve que se puede leer prácticamente de un tirón, pero realmente aporta muy poco al lector. Quizá si las reflexiones sobre la esclavitud hubieran estado un poco más afiladas o si la acción hubiera resultado más interesante el libro mejoraría, pero está lejos de ser una lectura recomendable. Me temo que pasará al olvido con gran velocidad por su poca sustancia.

El arcano y el jilguero

Se ha hablado mucho y muy bien sobre esta primera novela de Ferrán Varela, así que tras la buena experiencia con La danza del gohut tenía buena predisposición para su lectura.

Lo primero que llama la atención es el cuidado lenguaje que nos muestra la novela. Por su ambientación y su clara inspiración en el imperio romano, se podía esperar unos giros un tanto arcaicos en los diálogos y descripciones pero no es eso lo más llamativo, si no la cuidadosa elección de cada palabra, unida a un vocabulario culto que se adapta muy bien al personaje protagonista de El arcano y el jilguero.

La novela es una historia de redención, si es que esto es posible para una figura casi mitológica como es el Arcano del Tormento famoso en todo el Imperio y sus aledaños por las torturas que inflige y su capa de rostros de víctimas de sus malas artes. Pero el mal absoluto no existe en la fantasía moderna y a lo largo del libro vamos descubriendo las verdaderas motivaciones de Mezen y en algún momento llegamos a empatizar con su causa. La idea sobre la que gira toda la narración es dilucidar si el fin justifica los medios. Un debate moral llevado con maestría por el autor, mostrándonos tanto el lado tierno de Mezen (por ejemplo en su relación con Susurro) como el más cruel y despiadado (cualquiera de sus escenas de tortura).

Me gustaría también hacer hincapié en el discurso sobre la ley y su aplicación que delata un poco la deformación profesional del autor y que me ha resultado muy interesante. Seguramente algún lector con más conocimiento del medio (no es que te esté mirando a ti, @mertonio, ¡no, qué va!) podría sacarle más provecho a estos comentarios pero en mí ha conseguido despertar la curiosidad.

Uno de los aspectos que menos me ha gustado durante la lectura es la gestión del tiempo, especialmente algunas elipsis brutales que no llegan a ser deus ex machina pero que se acercan peligrosamente a ese extremo.

El tratamiento de los protagonistas y secundarios que vamos conociendo a lo largo de la historia es muy complejo, dando lugar a personalidades profundas y polifacéticas. Me temo que se recurre demasiado a la violencia ejercida sobre las mujeres en forma de violación y sinceramente, preferiría que no se abusara de este recurso en la novela, ya que quizá haya otras formas de forjar la personalidad de los personajes femeninos.

Recomiendo sinceramente la lectura de El arcano y el jilguero para cualquier aficionado a la fantasía.