The Golden Key

Había muchas expectativas creadas alrededor de la primera novela de Marian Womack, The Golden Key. De la autora ya me esperaba una prosa muy cuidada y bella, pero no sabía cuál de sus facetas predominaría más en una historia más larga, escrita directamente en inglés. ¿Tal vez su lado más weird o algo de su ficción climática?

The Golden Key sin embargo, nos muestra su lado más gótico, acompañado de un marcado tono feminista que le sienta muy bien al libro. Sin ser excesivamente reivindicativo, sí que hace referencias a la injusticia y falta de igualdad en la época postvictoriana. En la novela, veremos el enfrentamiento entre el pensamiento racional que descarta cualquier resultado fantástico y algunos hechos aparentemente inexplicables. La ambientación, en un Reino Unido donde el espiritismo y las médiums estaban a la orden del día, sirve como marco perfecto para la investigación de unas desapariciones acaecidas años atrás.

Womack deja muchas de las explicaciones en manos del lector, que ha de interpretar lo que le expone. La protagonista, con orígenes andaluces, se hace pasar por médium para llevar a cabo sus investigaciones basadas en el método científico. A pesar de haber sido contratada para esta labor, lo cierto es que no lo tendrá fácil para obtener información sobre el terreno. Las tramas secundarias también son bastante interesantes y complementan detalles a los que no hubiéramos podido tener acceso de no ser por su presencia, haciendo de la novela una obra más completa.

El final me parece un poco precipitado, con párrafos bastante acelerados explicando las consecuencias para casi todos los personajes involucrados en la trama. Me gusta especialmente el homenaje a George MacDonald, un autor que se ve ha influido mucho en la obra de Marian. La atmósfera general del libro está bastante conseguida, pero es cierto que en algunos momentos mi impresión es que la trama se complica innecesariamente, y no queda claro qué es lo que nos quiere contar la autora. Seguiré con gran interés el resto de sus publicaciones.

Empress of Forever

Si había un libro que esperaba con mucho interés el año pasado era Empress of Forever, de Max Gladstone. No es ningún secreto que Max es un autor que me encanta y el hecho de que decidiera probar fortuna con una space opera alejándose un poco de su fantasía habitual todavía me llamaba más la atención.

Tenía muchas ganas de que me gustara y creo que eso ha sido un elemento que ha jugado en contra del propio libro. La protagonista es una rica hecha a sí misma en el mundo actual, que debe escapar de su vida de lujos por la presión del Gobierno, pero tiene preparado un plan alternativo… ya sé que esto no suena mucho a space opera, pero es que el comienzo es así, hasta que cuando se infiltra en un CPD superprotegido para instalar un software que le permitirá librarse de sus perseguidores sucede algo y se encuentra de pronto en una nave espacial en el futuro (o eso cree ella).

El inicio de la novela me parece tramposo ya de por sí, pero es que el desarrollo tampoco juega limpio con el lector, ya que Vivian tiene siempre guardado un as en la manga, un deus ex machina que le permite escabullirse de las situaciones más complicadas y eso tampoco es justo.

Los personajes, aunque en principio son bastante variopintos y podrían haber dado más de sí, no dejan de ser bastante típicos para una obra de este subgénero, o al menos así me parece. El monje-guerrero, la enemiga no-tan-malvada que se alía con la protagonista, una pizca de máquina de Von Neuman… Todo bastante previsible.

Además, la longitud del libro tampoco juega a su favor, porque el viaje y sus peripecias se acaban haciendo repetitivas y cansinas. Me temo que si esta obra no hubiera sido de Max Gladstone la hubiera podido disfrutar más, pero es que sabiendo de lo que es capaz el autor, me he llevado una desilusión.

The Unlikely Escape of Uriah Heep

Hay libros con los que aunque entiendo sus virtudes soy incapaz de conectar y pienso que no soy su público objetivo. No es que sean malos libros es que no son para mí. Con The Unlikely Escape of Uriah Heep me ha pasado justo eso.

Me llamaba la atención en primer lugar la localización geográfica del libro ya que la acción se desarrolla en Wellington, Nueva Zelanda y creo que no he leído ningún libro que suceda en este país. Este hecho, que no deja de ser accesorio para la narración, al menos destaca un poco.

Sin embargo, la principal fuerza motora de The Unlikely Escape of Uriah Heep es el amor a los libros de una época muy específica. Y es que muchas de las novelas victorianas a las que se hace mención en la novela han quedado por derecho propio en el imaginario de la humanidad como grandes obras destinadas a perdurar. El amor que siente la autora por la obra de Dickens, Doyle, Brönte y compañía se nota en cada página del libro y en el tratamiento que hace de sus personajes y por lo tanto logrará mayor resonancia con alguien que conozca y ame esos libros de la misma forma que H. G. Parry.

La trama es eminentemente lineal, con la presencia de Charley, un prodigio precoz capaz de insuflar vida a los personajes de los libros que está leyendo y traerlos a nuestro mundo. Casi toda la narración la realiza su hermano mayor Rob, que siempre ha estado protegiéndolo y que tiene una relación ambivalente con él, al que ama pero al que también envidia en algunos momentos. Esta relación fraternal está bastante bien trazada y servirá como base para todo el desarrollo de la novela.

Los giros y revelaciones que la autora va poniendo en nuestro camino son bastante previsibles e incluso cuando hay un cierre en falso de la novela sabemos que la cosa no puede quedar ahí. En este aspecto, el libro es bastante inocente y no trata para nada de engañarnos, solo nos lleva de la mano por una historia agradable y entretenida.

Es difícil recomendar un libro que no te ha llegado a llenar totalmente, pero sinceramente creo que cualquier lector de los autores clásicos anteriormente mencionados podrá sacarle más rédito a esta novela que yo.

Come Tumbling Down

Siempre es una buena noticia la publicación de otra entrega de la serie Wayward Children, que salvo algún pequeño bache siempre ha mantenido un muy buen nivel.

Come Tumbling Down retoma a dos de los personajes más importantes de la serie, cuya historia de origen ya conocimos con la segunda entrega. Este libro es una pequeña coda a lo que ya sabíamos, resolviendo algunos cabos sueltos.

Lo primero que llama la atención es su brevedad. En muy pocas páginas McGuire es capaz de contar una aventura completa, con su elección de personajes para el viaje, su nudo con conflicto incorporado y su resolución, esta vez parece que definitiva (nunca digas de este agua no beberé tratándose de una serie de esta autora). Es encomiable la economía de medios de la que hace gala en esta ocasión y el ritmo, bastante rápido, también lo agradece. Me gusta la referencia a los dioses del abismo oceánico, en claro homenaje a Dagon, pero no hace muchas más aportaciones al imaginario del universo en el que se desarrollan las historias, no hay una puerta nueva que nos lleve al Goblin Market, por ejemplo.

Sin embargo, nos encontramos con otro problemilla, y es que la lectura sabe a muy poco. La necesidad de ceñirse a un formato tan corto hace que nos surgan más preguntas de las que en realidad se responden en el transcurso de la aventura, lo que hace que esta quinta entrega de la serie quede con un simple entremés. Divertido y agradable, pero poco nutritivo.

En esta ocasión el formato en el que he leído Come Tumbling Down ha sido audiolibro, narrado por la propia autora. Me ha gustado su entonación y se nota la pasión que infunde a su propia creación, así que creo que repetiré la experiencia.

The Killing Light

Aunque empezó con bastante fuerza, The Sacred Throne, la fantasía medieval con mechas de Myke Cole ha ido perdiendo fuelle conforme han ido avanzando las entregas y me temo que el broche final, este The Killing Light, no es capaz de cumplir todas las expectativas que podríamos tener.

El libro continúa directamente el anterior, con Heloise a cargo de una tropa variopinta, mezcla de villariegos, soldados y nómadas, que no comparte su visión de la vida pero que ven en ella la respuesta a sus penurias. Van de camino a la capital, en su búsqueda de una solución al conflicto con la Orden y de una respuesta a la invasión de los demonios.

El punto fuerte del autor son las batallas, pero en este libro se nos escamotean bastante porque es más importante finalizar una trama que aunque presenta algunos giros argumentales, no es para nada inesperada. En este sentido, el libro se queda cojo porque uno de los principales atractivos de toda la serie es el uso del mecha en una batalla medieval y aquí lo vemos menos. Aun así, hay alguna escena más tierna y divertida que sirve como maravilloso contrapunto al tono lúgubre del resto de la historia.

También es cierto que algunas de las escenas que se va encontrando la protagonista son desoladoras y las probabilidades están tan en su contra que cualquier solución nos podría parecer poco creíble. Y la motivación del algún que otro personaje son de una miseria moral apabullante, en plan “ahora no te junto”, que es capaz de romper la barrera de la credulidad del lector.

Si ya has comenzado la serie, entiendo que por completismo la puedas querer acabar, pero en caso contrario, no creo que merezca la pena.

Theory of Bastards

Conocí esta obra cuando le concedieron el premio Philip K. Dick el año pasado, así que pensé que podría ser interesante leerlo.

Theory of Bastards está narrado desde el punto de vista de Frankie, una investigadora que se hace famosa por sus tesis radicales sobre las relaciones humanas y va a dedicarse al estudio de las relaciones entre los bonobos para hacer extrapolaciones de sus últimas ideas. Podría parecer que la parte más importante de la narración sería la especulación sobre sus teorías, pero no es así, ya que se le concede el protagonismo al estudio de los bonobos, con un componente biológico muy elevado, tanto, que casi se desvanece la parte que se podría considerar ciencia ficción.

He tenido varios problemas durante la lectura de esta novela, que juega a varios niveles con distintas líneas temporales y que utiliza pequeños recordatorios para que atisbemos cuál es el verdadero objetivo del libro, pero tanto jugar al despiste y tanto darle de comer a los bonobos acaba resultando cansino.

Me parecen mucho más interesantes las partes en las que habla de sus ideas sobre las relaciones humanas y la fidelidad de las parejas, esa Teoría de los Bastardos sobre la que en realidad debería girar el libro, a juzgar por el título. Reducir el comportamiento humano a una serie de acciones-reacciones hormonales rebaja cualquier pensamiento más elevado sobre la humanidad, pero lo cierto es que las demostraciones en el libro son algo endebles.

También es importante reflejar que no se trata de una obra exclusivamente cli-fi, aunque innegablemente el cambio climático representa su papel en el desarrollo de la historia.

Los personajes son complejos, desde la científica que sufre una enfermedad que ha definido desde el principio su vida, limitándola de formas muy variadas, a los propios bonobos con los que realiza su investigación.

Se trata de un libro bastante inusual y aunque no me ha terminado de convencer, creo que sería del interés de un lector al que le interesa el estudio de la biología y las comunidades animales para extrapolar conclusiones humanas.

The Night Circus

Aprovechando la suscripción de Scribd me puse a escuchar The Night Circus, de Erin Morgensten, sin tener apenas referencias previas. Me encontré con un libro maravillosamente escrito, en el que apenas pasa nada ni hay casi trama que sostenga la narración, pero con unas descripciones tan preciosas que pasas por alto el hecho de que en realidad es más importante el continente que el contenido. Y todo esto en una primera novela, lo que hace todavía más importante el hito.

A todo esto también ayuda la hipnótica voz del narrador, Jim Dale, capaz de imprimir una cadencia a la lectura que acaricia el oido mientras va desgranando las vicisitudes de este mágico circo nocturno que sirve como escenario para una contienda en la que no están claras ni las reglas ni el resultado.

El libro está situado en el periodo de tiempo entre finales del siglo XIX y comienzos de XX, donde la tecnología todavía no lo había invadido todo y aún había sitio para la magia, entendiéndola como algo que desafía los sentidos. Aunque la autora va saltando de escena en escena y de fecha en fecha, no resulta para nada complicado seguir el tenue hilo que une los capítulos. Asistiremos a la creación de este circo nocturno que maravillará al mundo, desde el germen de la idea a la contratación de los artistas e incluso asistiremos a muchos de los números que se presentan ante un público entusiasmado. En ocasiones me ha recordad a Big Fish, donde la desbordada imaginación del padre de Ewan McGregor mezclaba realidad y fantasía con tanta naturalidad que acababan siendo indistinguibles. Es indudable que el escenario cirquense ya nos predispone a dejarnos invadir por ese sentido de la maravilla con que acude un niño a su primera representación.

A los personajes les habría venido bien algo más de personalidad, porque aunque se hacen de querer, es cierto que apenas tienen profundidad. Se ven envueltos en un juego que han decidido sus mayores, pero ni se rebelan especialmente por estas condiciones que les vienen impuestas ni dejan de participar activamente en el desarrollo del propio circo.

Quien decida dar una oportunidad a The Night Circus acabará embelesado por el escenario aunque en realidad la historia no le lleve a ningún sitio. Pero no siempre es necesario viajar para descubrir cosas nuevas.

Native Tongue

Hoy toca reseñar un libro con bastantes años a sus espaldas y del que no sabía nada antes de ponerme a leerlo, solo que su inclusión en una colección como SF Masterworks nos indica que nos encontramos ante una obra importante en la historia del género. Justo cuando estaba terminándolo salió la noticia de su publicación en catalán, pero ya os digo que cuando salió en español en su momento pasó totalmente desapercibido de mi radar, bastante ineficaz en aquella época.

Native Tongue nos narra una distopía mundial, con las mujeres en una situación degradante y abusiva, ya que por ley se las considera seres inferiores.

Como muestra, un botón:

“The natural limitations of women being a clear and present danger to the national welfare when not constrained by the careful and constant supervision of a responsible male citizen, all citizens of the United States of the female gender shall be deemed legally minors, regardless of their chronological age…”

A lo largo del libro no hace sino ahondarse en esta tesis tan denigrante, que no tiene nada que envidiar a la opresión de El cuento de la criada, por ejemplo. En este sentido, la lectura ha sido algo complicada para mí, porque a pesar del tono muy pero que muy exagerado del escenario y su condición admonitoria, resulta terrible pensar que en algunos lugares no está alejado de la realidad.

El otro componente sobre el que gira la novela es la comunicación con entidades alienígenas, que está en manos de un conjunto de familias de lingüistas dedicados en exclusiva a esta tarea desde su más tierna infancia. Aquí no hay problema con que el trabajo lo lleven a cabo hombre o mujeres, aunque se sigue considerando inferior el resultado obtenido por las mujeres, a pesar de ser un falacia.

A pesar de mi desconocimiento del área y de que me hubiera gustado que esta parte estuviera más desarrollada, es cierto que la autora da algunos esbozos de cómo podría ser la comunicación con otras especies alienígenas, aunque en realidad el proceso de “emparejado” entre el nativo alienígena y el humano que aprenderá el idioma depende de un elemento que no se explica para nada. También dedica espacio a definir lo que sería la creación de un nuevo lenguaje partiendo de cero, algo que resulta fascinante.

Por otra parte, tenemos las acciones del Gobierno que utilizará cualquier medio para intentar emular el “secreto” de los lingüistas, para no depender de estas poderosísimas familias en sus relaciones con los extraterrestres, sean comerciales o de otro tipo.

La prosa está muy cuidada y como ya digo, si pudiéramos creer por algún momento que esta distopía fuera cierta, la lectura no puede ser más desasosegante. El estado de sumisión total de la mujer, las escuelas de mujeres para que las futuras esposas sepan comportarse como es debido, la imposibilidad de salirse del camino marcado… son más y más clavos que se van introduciendo en nuestra conciencia.

También es cierto que a pesar de que la acción se desarrolla dentro de 200 años, los cambios tecnológicos apenas son visibles. Teniendo en cuenta que hay colonias espaciales (aunque solo se mencionan de pasada) y que el comercio con otras especies es floreciente, no se notan casi diferencias con la Tierra en la que se escribió el libro, algo que resulta chocante. Hay algunos otros fallos estructurales más, como la aseveración de que el nuevo lenguaje mejorará la vida de las mujeres, sin argumentar cómo lo hará, por ejemplo. La novela tiene continuaciones, pero no sé si seguiré con ellas porque Native Tongue es bastante autocontenida.

The Shadow Saint

Mira que me gustó The Gutter Prayer, pero creo que con The Shadow Saint Hanrahan se ha superado a sí mismo.

La historia continúa unos meses después de cuando acabó la anterior, pero el foco cambia de personajes. Seguiremos viendo a Cari, Spar y a Rat, o aquello en lo que se han convertido, pero pasan a ser secundarios mientras que Eladora y otros dos nuevos personajes cobran un protagonismo importante.

Lo primero que llama la atención es el maravilloso tratamiento de un espía que es capaz de compartimentar los papeles que desempeña algo que podría parecer un trastorno de personalidad múltiple, como en Legión. Pero es mucho más que eso. Es la capacidad de representar un papel u otro a voluntad, como ese momento en que Christopher Reeve cambia de Clark Kent a Superman. Algo imprescindible para ser espía y me apasiona como Hanrahan lo ha plasmado. Y esto es solo un ejemplo de la complejidad de los personajes que vemos a lo largo de The Shadow Saint.

También es digno de encomio el trabajo de creación del mundo del autor. En la primera entrega conocíamos a fondo Guerdon y aunque en esta segunda novela la mayoría de la acción también se desarrolla en el mismo escenario, con una pocas descripciones y pinceladas nos hace ver un mundo mucho más vasto del que conocíamos. Podemos ver cómo en el imperio Haith la muerte no es una barrera, ya que la mayoría de sus habitantes volverán a levantarse tras morir para seguir sirviendo a una Corona que posee todas las almas de los ancestros que ocuparon antes el trono. ¿Os imagináis el conocimiento que puede haber acumulado en todas esas vidas? O tal vez sea una fuente de problemas, toda vez que la sangre nueva no acaba de llegar a unas estructuras anquilosadas desde hace siglos. Y esta es solo una de las fuerzas en liza en la guerra de los Dioses. No sé si es debido a su pasado (y presente) como escritor de módulos de rol, pero se nota que el escenario en el que suceden los acontecimientos es complejo y se sostiene por sí mismo, no es solo un andamiaje para ocultar lo que hay entre bambalinas.

Es un libro bastante largo y complejo y es cierto que en algunos momentos el ritmo se pierde, sobre todo cuando hay que dar paso a las intrigas políticas que sustentarán los pactos en los que se basa el gobierno de la ciudad de Guerdon.

Me gusta también la interpretación de los dioses como constructos de creencia sin inteligencia de por sí, empeñados en seguir actuando de la misma forma que durante siglos sin tener en cuenta que los caminos de sus seguidores pueden haber variado. Cada dios recibe su poder de sus seguidores, así que son los que más fervorosos sean los que pueden inclinar la balanza. Este poder está muy bien representado en la constante creación de santos que obran milagros, pero también está representado el pago que hay que realizar cuando vemos la evolución de la madre de Eleadora o el estado en que se encuentran los tocados por los dioses que acuden al centro de rehabilitación. Y claro, la evolución y sofisticación de la tecnología también impacta contra este arcaico modelo.

Un libro brillante, del que además se ha sabido hace poco que se publicará en español.

Me gustaría agradecer a Gareth Hanrahan el útil resumen de The Gutter Prayer que colgó en su web, que ha facilitado mucho la lectura de este segundo volumen, porque había detalles y personajes que había olvidado pero que así son más fáciles de seguir.

How to Live Safely in a Science Fictional Universe

Esta novela de Charles Yu siempre había llamado mi atención, pero de alguna manera no encontraba el momento para leerla. Finalmente, animada por la recomendación de mi amigo Elías Combarro, le di la oportunidad que se merecía.

Nos encontramos con una estupenda una obra sobre viajes en el tiempo, donde se ha generalizado el uso de máquinas que permiten viajar al pasado (el futuro sigue siendo inaccesible). Y a pesar de que la parte especulativa sobre cómo podría funcionar “teóricamente” un invento de este tipo es bastante sólida, no es la baza principal de la novela, aunque me apasiona el tratamiento de las paradojas temporales que lleva a cabo el autor. Y es que How to Live Safely in a Science Fictional Universe es un maravilloso ejercicio sobre las consecuencias de la culpa y el remordimiento en la psique humana.

El protagonista es Charles Yu, un técnico de las propias máquinas y la narración está escrita completamente en una primera persona que consigue transmitir muchos de los sentimientos del propio Yu al lector. Es cierto que hay algunos conatos de humor que pueden servir como contrapunto a una historia que por momentos resulta deprimente, pero cuando el humor principalmente se basa en un autodesprecio bastante afilado, no hace si no cimentar la empatía que acabamos sintiendo por Yu.

También es fundamental hablar sobre la relación padre-hijo que se desarrolla ante nuestros ojos, cómo la obsesión por el tiempo y sus entresijos impide que se despliegue de una forma sana. No deja de resultar irónico que tenga que dedicar tanto tiempo para la creación de la máquina para conseguir el tiempo que quiere ofrecerle a su familia. Esta paradoja no nos es para nada desconocida en el mundo moderno y es una de las lecciones que podemos aprender con la lectura.

En esta ocasión, he disfrutado de la versión en audiolibro de la novela, narrada por James Yaegashi, que tiene una dicción muy clara y que “actúa” en la historia, algo que cada vez me gusta más.