Viaje a Arcturus

arcturusEs difícil datar los orígenes de la ciencia ficción. Muchos hablan de Mary Shelley, de Julio Verne y H.G. Wells pero puede que haya otros trabajos que también hubieran podido pertenecer a estos comienzos del género.

Viaje a Arcturus se define como protociencia ficción. Y es cierto que a lo largo de sus páginas vemos ideas que se utilizarán después en otras obras. Por ejemplo, la invención de nuevos colores que recuerda inevitablemente al octarino del malogrado Terry Pratchett. La forma de viajar con la que comienza el libro me ha trasladado a hace años cuando leí La Serpiente Uroboros de E.R. Eddison, contemporáneo de David Lindsay. La forma de describir a las escasas especies animales y vegetales que pueblan Arcturus me trajo inmediatamente a la memoria a Stanley G. Weinbaum, un autor relativamente poco conocido pero que merecería más atención por nuestra parte, con obras como Una odisea marciana. También está muy presente el tema del mesianismo, algo no exclusivo de la ciencia ficción pero que sin duda se ha tratado hasta la saciedad en el género, desde Forastero en tierra extraña al Juego de Ender.

Y sin embargo, la lectura de Viaje a Arcturus no me ha resultado satisfactoria. Aún haciendo el esfuerzo de situarme temporalmente en el punto de vista de un escritor de hace cien años, el viaje al que somete a sus personajes me ha parecido en ocasiones vacío. Las múltiples transformaciones físicas a las que los someten tienen implicaciones más allá de lo que yo pueda comprender, pero acaban resultando previsibles. El relato se sustenta sobre todo en diálogos, pero en ocasiones estas charlas parecen solo la forma de reflejar lo que piensa el autor y no los personajes.

La filosofía y el tono onírico que impregnan cada una de las páginas de esta obra puede resultar un reto interesante para otro lector distinto a mí. Para él, sin duda la edición de Defausta Editorial será adecuada. Con una ingente cantidad de material extra (ilustraciones interiores, prólogo de Alan Moore, glosario de términos…) que puede hacer más fácil la comprensión de la obra, nos encontramos ante un libro bello por sí mismo.