Malarkoi

Mira que me costó trabajo leer y entender Mordew, la primera parte de esta serie, pero creo que una vez que conocemos el mundo Alex Pheby ha lanzado un órdago a la grande con la segunda entrega que no estoy segura de que le haya salido del todo bien.

Nos encontramos ante un libro complejo y enrevesado, con diversos puntos de vista y personajes muy variopintos que no facilitan para nada la lectura. La exploración del mundo mágico, que parece seguir unas reglas que nunca quedan claras y la dualidad enfrentada entre el señor y la señora del lugar requieren de una lectura pausada para comprender el juego que nos propone el autor. El libro adolece de cierta tendencia al infodump, pero son una explicaciones que aunque mantengan cierta coherencia interna no se puede decir que sean totalmente comprensibles, como esa magia antigua que simplemente es y no está encorsetada directamente por un decálogo de axiomas.

El libro es también un viaje por la vida después de la muerte, no sabemos si en busca de la redención, la resurrección, la venganza o simplemente el descanso eterno. Como tal, tiene varios niveles de lectura filosófica, pero para mi gusto, innecesariamente complicado de seguir.

Todos los personajes están en constante movimiento, en una suerte de eterno viaje a través de las dimensiones mágicas del universo, cambiando de plano cuando es necesario. Es casi una road movie mágica, donde quizá lo más atractivo sean las diversas dualidades que nos ofrece el autor. Los dos perros mágicos que se complementan en sus poderes, el señor y la señora del mundo que se enfrentan desde tiempos inmemoriales…

Malarkoi me parece un muy buen ejemplo de lo que es posible conseguir con la fantasía weird, una lectura muy exigente para el lector y que está, a mi entender, un peldaño por debajo de la primera entrega de la serie.

Mordew

Mordew era un libro que me intrigaba desde que tuve conocimiento de su existencia. Ese aire a fantasía clásica, acompañado de cierto espíritu macabro y retorcido se sale de lo que suelo leer habitualmente, así que cuando tuve la oportunidad escucharlo en audiolibro no la dejé pasar.

Lo primero que me gustaría destacar es la espectacular labor del narrador. Increíble la gama de voces que es capaz de desplegar Kobna Holdbrook-Smith, una para cada actor perfectamente distinguible y asociada a la personalidad definida por el escritor. Es capaz de utilizar hasta las pausas para respirar y la propia respiración para definir cada párrafo. Me he quedado maravillada por su labor y esta valoración de la obra está muy influida por ella.

Mordew comienza de una forma muy dickensiana, con la vida diaria en los suburbios de la propia Mordew. Nos centraremos en el protagonista, Nathan Treeves, que a duras penas logra sobrevivir entre la miseria de los arrabales con un padre enfermo y una madre resignada a vender su cuerpo para mantener a la familia. Las estampas de hambre y desesperación son el impactante comienzo de la novela, pero pronto se empezarán a desvelar detalles sobre el trasfondo mágico de la novela. El barro que cubre el barrio está insuflado de vida y es capaz de crear criaturas mágicas de corta existencia. Además Nathan es capaz de utilizar magia y esta es una de las características por la que su vida se ve entrelazada con la del señor de la ciudad.

El libro está plagado de detalles muy curiosos, como las historias de origen de algunos de los compañeros de la banda a la que acabará uniéndose Nathan en busca de fondos para conseguir la medicina que podría curar a su padre. También es cierto que el tono macabro no dejará en ningún momento la narración, así como cierta crueldad respecto a los estratos más bajos de la sociedad. Hay magia de sangre, sacrificios, y una atmósfera en general lúgubre y desalentadora. La novela se puede considerar como el rito de madurez del propio Nathan, que vemos evolucionar conforme van pasando los capítulos, pero con muchas historias secundarias que dan más empaque a la propia novela.

El ritmo en ocasiones es bastante parsimonioso, parece un efecto buscado por el autor, por ejemplo en alguna de las peroratas que suelta Anaximandres (un personaje de lo más peculiar que no describiré en detalle pero que es uno de los mayores aciertos del libro) se puede ver como Alex Pheby se recrea en el uso del lenguaje para ralentizar la acción.

En algunas de las reseñas que he leído sobre el libro se hace hincapié en la especial importancia del glosario que acompaña el libro, pero en la versión que yo he escuchado esta parte no está incluida, por lo que no puedo juzgar si realmente complementaría de forma adecuada la lectura. El audiolibro se sostiene por sí mismo aunque me queda la curiosidad sobre qué nueva información podría aportar esta inclusión.

Al tratarse de la primera entrega de una trilogía resulta muy difícil evitar la sobreexposición al mundo que el escritor ha construido y parece que Pheby no intenta mitigar los efectos de este infodumping. Espero que en las continuaciones, con un mundo y unas reglas ya establecidas, el autor pueda centrarse más en la historia en sí y menos en el escenario.