Sharps

Es todo un placer tener de nuevo por estos lares a Antonio Díaz, que como experto conocedor de la obra de Parker no podía faltar en esta semana dedicada al autor. En esta ocasión reseña una obra menos conocida de Parker, pero no por ello menos interesante.

K. J. Parker nos presenta una novela de fantasía autoconclusiva en Sharps, en la que dos naciones que han firmado una endeble tregua después de años de guerra se encuentran de nuevo al borde del enfretamiento. Un esfuerzo diplomático se materializa tomando como punto clave el pasatiempo común de ambos países: la esgrima.

Desde uno de los países se recluta a un equipo “olímpico” de esgrimistas para hacer un tour por el país vecino, enfrentándose en una especie de campeonato amistoso en un intento de rebajar tensiones y aunar ambos pueblos.

Uno no puede leer Sharps sin sentir que toda la novela hay una comparación entre la esgrima y el fútbol en nuestro mundo. La pasión con la que hablan los personajes que pueblan sus páginas es real. Parker hace gala de un conocimiento enciclopédico entre los diferentes estilos de lucha, tipos de espadas, ataques, fintas, etc. Se repiten discusiones sobre grandes combates del pasado, se trata a los espadachines como auténticas estrellas de rock (o jugadores de fútbol), hay coleccionistas que gastan fortunas en merchandising y los aficionados no dudan en agolparse para ver un buen combate y, si no están satisfechos, organizar una revuelta si es necesario.

La novela se desarrolla intercalando los puntos de vista de los miembros del equipo de espadachines visitante. Es una aproximación interesante que destaca las diferentes motivaciones que les han llevado a unirse al equipo y permite narrar los combates desde diversas perspectivas. Llama la atención que Parker no escriba en ningún momento desde un punto de vista de la nación visitada, entiendo que obra así para sorprender por las diferencias culturales de la nación.

El ritmo de Sharps es dinámico por el tema que trata y el ágil cambio de punto de vista. Esto unido a que no es una novela excesivamente larga (449 páginas en la edición de bolsillo de Orbit que yo tengo) hace que se lea con rapidez.

Está la novela ambientada en Parkerland, como la mayoría de sus obras, esa suerte de alternativa histórica y difusa que le permite citar pintores, religiones, filósofos, naciones vecinas e imperios del pasado todos ficticios. Ya en la primera página tenemos una mención a Saloninus, un filósofo y un truhán y uno de sus personajes más divertidos.

Sharps es una gran muestra de la capacidad de Parker de moverse en el formato largo, desarrollar ideas más complejas y profundizar en sus personajes a la vez que realiza comparaciones entre la novela y el mundo real (no sólo la evidente crítica a los deportes mayoritarios) si no también un alegato contra la guerra y un suspiro resignado ante la naturaleza humana (y su tendencia a la belicosidad).

Mañana daremos por finalizado esta serie de artículos dedicados al autor K. J. Parker con una sorpresa que solo reconocerán los lectores de Supersonic. Ahí lo dejo para que penséis un poco.

The Devil you Know

Me complace abrir las puertas del blog a un nuevo colaborador, Esteve Torrents, al que quizá conozcáis por su actividad en Twitter bajo el alias El Commutador. Como entre las dos mentes pensantes de este especial le convencimos para empezar a leer a K.J. Parker, creo que es una buena idea conocer sus impresiones como lector primerizo con el autor.

Me hace mucha ilusión que Leticia me haya pedido colaborar en su blog, con esta reseña, dada la cantidad de buenas lecturas que he disfrutado a lo largo de los años, gracias a sus recomendaciones. Sin ir más lejos, Adrian Tchaikovsky se ha convertido en uno de mis autores preferidos, aunque no había leído nada de él hasta hace poco, cuando diversas reseñas de Leti me espolearon a hacerlo.

But I digress…

Escuchar el audiolibro de The Devil You Know, fue una doble recomendación de Leticia: “leer” algo de K. J. Parker, uno de sus autores preferidos, y recuperar la suscripción a Scribd, para los audiolibros.

¡Y qué recomendación!

Inicialmente, dudaba si escuchar este audiolibro de Parker, o elegir otro, por que por la sinopsis, parecía que el libro tendría mucho diálogo (un filósofo ateo y un demonio burócrata, no van a hablar precisamente poco), y el dia de autos, no tenía la mente demasiado preclara para diálogos en inglés, por lo que temía confundir a los protagonistas.

Finalmente, decidí escuchar este libro, por que tras oir los primeros minutos, me quedó claro que mi temor era infundado, ya que K.J. Parker diferencia claramente, en todo momento, la voz de los dos personajes, presentando sus motivaciones, sus dudas y sus intenciones parágrafo a parágrafo, en un fabuloso toma y daca en primera persona, un crescendo delicioso, que por momentos temí que llevaría a un final que no estaría a la altura.

Pero, para mí alegría, sí lo estuvo. El autor tiene, además de una indudable calidad literaria, oficio. Y eso se nota, porqué debajo de la primera capa de humor e ironía, Parker se marca algunas reflexiones interesantes sobre religiones y creencias, de manera totalmente fluida, integrando estas reflexiones en los diálogos y argumentaciones (¿o engaños?) de los protagonistas, hasta llegar a ese final donde todas las piezas encajan como han de encajar (teniendo en cuenta el tono del relato), lo que me dejó el resto de la tarde con una sonrisa de satisfacción.

A pesar de tratarse de una novella, los dos protagonistas, los mencionados filósofo ateo (que no es trigo limpio, precisamente) y burócrata del infierno (un tanto quemado por su trabajo y por la actitud de sus superiores), tienen personalidad. Parker no necesita demasiadas páginas, para darnos unas pinceladas sobre sus vidas y conseguir que empaticemos con ellos. Con ambos, de hecho. Ese es, a mi parecer, el gran éxito del autor: crea personas en tres dimensiones, con diferentes capas de gris; personajes con quienes nos podemos identificar, e ir a tomar una cerveza y charlar. No son peones al servicio de la historia, sino que ellos construyen la historia.

Porqué, por mucho worldbuilding que contenga un libro, y por bueno que este sea (si bien hay que reconocer que aquí no está muy desarrollado, más allá de unas pocas menciones, al servicio de los diálogos), al final son los personajes los que quedan en nuestra memoria lectora. Como en este caso.

Hay que añadir que Will Dameron, el narrador del audiolibro, es excelente y hace algo que no es nada facil: deja que sean las propias voces de los personajes, las que lleven el peso de su narración.

Con todo, una excelente primera lectura de K. J. Parker. Sin duda, no será la última.

Y por cierto, a partir de ahora me fijaré más cuando cierre contratos…

Muchas gracias a Esteve por su colaboración, esperemos que el especial sobre el autor os esté gustando. Mañana podremos disfrutar de la reseña de una de las obras más recientes del autor.

2001: An Odyssey in Words

Cuando desde Cuentos para Algernon me ofrecieron la oportunidad para colaborar en un pequeño proyecto, ni siquiera me lo pensé. Siendo una de las páginas más importantes del panorama español, no me cabía duda de que la idea sería atractiva. Gracias a Marcheto por darme esta oportunidad.

La idea que relaciona todos los relatos comprendidos en 2001: An Odyseey in Words es tan sencilla como que todos tengan 2001 palabras. El punto de partida es sencillo, pero la ejecución no lo es tanto. Veremos qué han conseguido los autores.

Golgotha – Dave Hutchinson

Un inicio fuerte para la colección de relatos, con un visitante alienígena en conversaciones con un sacerdote. La posibilidad de la existencia de un Mesías cetáceo da pie a Hutchinson para dudar de la fe.

The Monoliths of Mars – Paul McAuley

Un relato muy evocativo sobre uno de los grandes iconos de la ciencia ficción de Arthur C. Clarke, con los monolitos marcando las distintas paradas en el camino hacia la elevación espiritual.

Murmuration – Jane Rogers

Un relato con regusto a ciencia ficción clásica sobre los viajes de colonización a otras planetas y los posibles encuentros con alienígenas. Recomendable.

Ouroboros – Ian R MacLeod

La vida cambia para un hacker cuando recibe la visita de un monje con una extraña proposición. Lo que en principio me había parecido un homenaje a “Los nueve mil millones de nombres de Dios” acaba tomando caminos más metafísicos.

The Escape Hatch – Matthew De Abaitua

Una puerta a un nuevo mundo se abre en una autovía y quienes la cruzan tienen la sensación de que todo es mejor en el otro lado. Aunque la premisa es interesante, el desarrollo de la historia no lo es tanto.

Childhood’s Friend – Rachel Pollack

Pollack ha escrito lo que parece más el comienzo de una novela que un relato por sí mismo, empezando con el nacimiento de unos bebés con “capacidades especiales”.

Takes from the White Hart – Bruce Sterling

Un relato que no deja de ser una charada de Sterling homenajeando a un homenaje de Arthur C. Clarke pero sin llegar a ningún sitio.

Your Death, Your Way, 100% Satisfaction Guaranteed! – Emma Newman

Un cuento sobre lo que dejamos atrás cuando morimos. Lo que creemos que dejamos y lo que realmente hacemos.

Distraction – Gwyneth Jones

Una crítica a uno de los pasajes más polémicos de Cita con Rama.

Dancers – Allen Stroud

Una investigación de sucesos violentos en la nueva Estación Espacial desvelará un culpable inesperado. Entretenido.

Entropy War – Yoon Ha Lee

Muy curioso este relato de Yoon Ha Lee sobre la entropía del universo presentándolo como un reglamento de juego de mesa, basado principalmente en el azar.

The Ontologist – Liz Williams

Este cuento versa sobre la clasificación de todas las cosas, labor realizada por un ontologista. Pero, ¿qué ocurre cuando se encuentra con algo inclasificable?

Waiting in the Sky – Tom Hunter

Homenaje a David Bowie y a su relación con la ciencia ficción, me ha dejado pensando bastante rato.

The Collectors – Adrian Tchaikovsky

Maravilloso relato razón de esta colaboración entre Cuentos para Algernon y Fantástica Ficción. Aprovechad que lo tenéis en español a vuestro alcance para disfrutarlo.

I Saw Three Ships – Phillip Mann

Lo que comienza como un homenaje a un astronauta que se va a retirar finaliza de una forma un tanto abrupta.

Before They Left – Colin Greenland

Entiendo que la longitud de estos relatos constriñe en cierto modo a los autores, pero mientras que muchos de ellos nos ofrecen historias completas, este de Colin Greenland deja una muy rara sensación de vacío, de que falta algo. La historia de una niña que desea viajar a Marte y así se lo solicita a nuestros Overlords alienígenas.

Drawn From the Eye – Jeff Noon

El verdadero poder de una lágrima desvelado en un cuento que hará aflorar nuestras emociones.

Roads of Silver, Paths of Gold – Emmi Itäranta

Mitología finlandesa que aparece un tanto fuera de lugar en esta antología, la verdad.

The Fugue – Stephanie Holman

Un alien enviado a la Tierra como infiltrado para investigar nuestra civilización que se olvida de su misión principal.

Memories of a Table – Chris Beckett

Un recurso válido como los atisbos del pasado recuperados como grabación sirve para contar una historia sentimental

Child of Ours – Claire North

Cuando los robots estudian si reproducirse tiene sentido, les resulta difícil llegar a un consenso sobre cuáles serían las capacidades más deseables para la criatura.

Would-Be A.I., Tell Us a Tale! #241: Sell ’em Back in Time! by Hali Hallison – Ian Watson

Una broma de Watson a base de juegos de palabras y con cierta obsesión por los pechos femeninos.

Last Contact – Becky Chambers

A pesar de entrar en contradicción con en propio nombre del relato, lo que Chambers nos cuenta aquí es un “primer contacto” de forma física. Me gusta la idea de la comunicación a través de feromonas y creo que el relato tiene la longitud adecuada para la idea que quiere transmitir.

The Final Fable – Ian Whates

Una aproximación a la paradoja de Fermi con un cierto regusto a ciencia ficción clásica.

Ten Landscapes of Nili Fossae – Ian McDonald

Un relato muy visual sobre descripciones de arte aplicadas a la llegada del hombre a Marte. Destaca más por su lirismo que por su contenido y me ha recordado algo a Before Mars.

Child – Adam Roberts

Partiendo de la base de un hecho improbable que homenajea 2001, Roberts relata un escenario apocalíptico de final imprevisible.

Providence – Alastair Reynolds

Un final muy adecuado para la parte de ficción de la antología, con un viaje de colonización que no consigue llegar a su destino pero que sin embargo busca aprovechar en lo posible su situación.

2001: A Space Prosthesis – The Extensions of Man – Andrew M. Butler (no ficción)

Curioso ensayo sobre la versión cinematográfica de 2001 con algunas referencias al libro que la inspiró.

On Judging The Clarke Award – Neil Gaiman (no ficción)

Anécdotas sobre la participación de Neil Gaiman como jurado en la concesión de los premios Arthur C. Clarke.

Once More on the 3rd Law – China Miéville (no ficción)

Complejo estudio sobre la literatura de ciencia ficción relacionándola con la tercera Ley de Clarke. Me encanta la conclusión:

It is, though, profoundly exciting to consider that any sufficiently advanced literature must be indistinguishable from science fiction.

De nuevo, gracias a Marcheto por animarme a participar en este proyecto conjunto.

La danza del gohut

Se han juntado dos razones para que acabara leyendo La danza del gohut. La primera, como creo que la de bastantes otros, es la recomendación que hizo Alex en el último programa de los VerdHugos de 2018. Pero es que además, tengo el propósito de leer más libros escritos originalmente en español, ya que últimamente el inglés está monopolizando mis lecturas y me temo que influyendo mucho también en cómo escribo.

Ferrán Varela escribe una historia de opuestos que acaban complementándose. Como bien expresa Mariano Villarreal en el prólogo el taoísmo es una de las interpretaciones filosóficas que emanan de la historia. Pero es cierto que no es el único tema que se explora en poco más de cien páginas. También se explaya sobre la posibilidad de redención de las faltas cometidas, las consabidas desigualdades sociales (sea en un mundo pseudomedieval, sea en nuestro propio momento temporal) y las responsabilidades impuestas por la sociedad.

La estructura del relato, que decide comenzar casi por el final, se adapta como un guante a esta compleja mezcla de intenciones. Indudablemente quita algo de fuerza a la narración porque ya sabemos algo de lo que pasará, pero es un problema mínimo comparado con la libertad que ofrece saber hacia dónde encamina sus pasos el autor, permitiéndole centrarse en otros aspectos.

Me ha encantado la prosa que utiliza Varela, buscando en todo momento la palabra adecuada, mencionando por ejemplo un bargueño cuando perfectamente podría haber dicho mueble, consiguiendo así una riqueza léxica que hace resaltar aún más la obra.

También me parece destacable la creación del mundo, cómo deja entrever algo mucho más complejo de lo que somos capaces de leer en un espacio tan corto, con detalles como el juego La toma del castillo, del que indudablemente me gustaría conocer las reglas o la estructura universitaria en la que la tutora aspira a ascender.

En definitiva, recomiendo mucho la lectura de La danza del gohut. Y ahora tendré que seguir buscando las recomendaciones de Alex, porque desde luego con esta ha dado en la diana.

Infinity Wars

Aunque en general la serie Infinity de Jonathan Strahan me gusta, esta última entrega me ha parecido bastante floja. Veamos por qué.

Evening of the Span of Their Days, Carrie Vaughn

Los inicios de la guerra desde la perspectiva de un taller de reparación espacial. Flojo.

The Last Broadcasts, An Owomoyela

Con una interesante premisa sobre el control de la información en un conflicto bélico y una protagonista “particular”, creo que esta historia podría haber dado más de sí, pero se queda en poco.

Faceless Soldiers, Patchwork Ship, Caroline M Yoachim

Utilizando como base una de las paradojas que tanto interesan a la autora, pero con cierto toque pulp descerebrado, este relato celebra las diferencias y se postula como mensajero de las buenas relaciones entre especies.

Dear Sarah, Nancy Kress

Interesante relato sobre cómo afecta a los más desfavorecidos la adquisción de nuevas tecnologías. En este caso, llegan de la mano de los extraterrestres, pero el problema de fondo no es ese. Kress nos hace reflexionar sobre los cambios y cómo afrontarlos.

The Moon is Not a Battlefield, Indrapramit Das

Este relato mezcla la cultura india con una narración realista de combates lunares en una guerra fría que se desarrolla principalmente en nuestro satélite. Más que recomendable.

Perfect Gun, Elizabeth Bear

La antropomorfización de los objetos llevada a un límite obsesivo. Olvidable.

Oracle, Dominica Phettaplace

Inocente y divertida aproximación al nacimiento de una IA omnisciente. Al principio parece un relato premonitorio sobre la pérdida de privacidad, pero pronto deriva a un alegato pacifista.

In Everlasting Wisdom, Aliette de Bodard

En este relato, Aliette pervierte una de las ideas fundamentales del universo de Xuya, la concepción de las Mentes en un cuerpo humano. La perversión viene de introducir aliens en el cuerpo para controlar la mente, subyugada al eterno emperador. Inquietante.

Command and Control, David D. Levine

Un conflicto enquistado por un territorio con recursos eternamente en disputa, una nueva tecnología que podría cambiar el curso de la guerra pero que queda en nada y una idea original para buscar una solución al conflicto. Demasiadas casualidades sustentan este relato como para resultar creíble.

Conversations with an Armory, Garth Nix

Pasatiempo humorístico sobre la burocracia obsoleta que te arrancará una sonrisa.

Heavies, Rich Larson

Un lugar aparentemente idílico pero con un pasado reciente de rebelión visto a través de los ojos del encargado de vigilar que todo siga pacífico. El giro final es bastante previsible, la verdad.

Overburden, Genevieve Valentine

Aburrido y lento. No ha conseguido interesarme este relato repleto de traiciones.

Weather Girl, E.J. Swift

Partiendo de una base parecida al relato de An Owomoyela incluído en esta misma antología, este relato sobre el cambio climático y el manejo de información resulta atractivo y preocupante, por lo realista que es.

Mines, Eleanor Arnason

Aunque los elementos que utilizar Arnason para crear estos relatos son interesantes, como una guerra por colonizar un planeta con recursos y el uso de animales modificados para comunicarse telepáticamente con los soldados, el resultado final no es muy destacable.

ZeroS, Peter Watts

Complejo relato con algunos de los temas que se repiten periódicamente en la obra de Watts, como la compartimentación mental o la “zombificación” para usos militares. Aunque es interesante la aproximación científica a la posibilidad de que varias mentes compartan el mismo cuerpo, al final el relato no conduce nada.

En resumen, aunque hay algunos relatos llamativos, el nivel general de la recopilación es bastante decepcionante. Espero que la siguiente entrega del proyecto Infinity nos traiga una selección más atractiva.

The Dispatcher

Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Para defender esta teoría, que tendrá también sus detractores, llega John Scalzi con una historia que se lee de un tirón, adictiva y muy bien planteada.

La premisa de partida es muy original. De repente las víctimas de asesinatos comienzan a “resucitar” en su casa tras su deceso. Al principio esto causa mucha confusión en el mundo, pero luego se  ve como una oportunidad para enmendar errores. Si alguien se ve envuelto en un accidente y se teme por su vida, se le mata directamente y aparecerá en su casa incólume. Alrededor se crea una figura nueva llamada dispatcher, que se encarga de este tipo de casos, generalmente contratados por aseguradoras. O de otro tipo de asuntos, en una zona más gris moralmente hablando.

La propia brevedad de la que hace gala The Dispatcher hace que no se entretenga mucho ni explicaciones ni en examinar a fondo las consecuencias.Se trata de una trama detectivesca de investigación de una desaparación, pero mientras otras obras solo añaden una ambientación de ciencia ficción, Scalzi consigue que el novum sea una parte consustancial de la trama.

El estilo de escritura es tremendamente directo, basado sobre todo en diálogos que rozan peligrosamente el infodump pero sin llegar a caer en él. Por esta misma abundancia de conversaciones, la trama avanza a muy buen ritmo. También se nota un cierto toque noir que le viene a la historia como anillo al dedo, cuando se explica hipotéticamente que otras aplicaciones podría tener la figura del dispatcher.

En resumen, The Dispatcher es una muestra perfecta de las virtudes de Scalzi como escritor. Imaginación, brevedad y entretenimiento. No te la puedes perder.

Existe una versión en audio que se pudo descargar de forma gratuita durante un tiempo. Esta versión está narrada por Zachary Quinto y puede ser una muy buena opción para adentrarte en el mundo de los audiolibros. La dicción es clara y el relato no es excesivamente enrevesado como para no entenderlo. Si te defiendes con el inglés oído, no dejes de intentarlo.

Click and read : Kathy Rain

Hoy tenemos el inmenso placer de presentar una nueva sección en Fantástica Ficción :  Click and read, dedicada a las aventuras gráficas. Hemos conseguido tomar prestado secuestrar la colaboración de @mertonio, en un ejercicio de coacción compartición de recursos con nuestro blog de cabecera, Sense of Wonder. Esperamos que os guste y que esta sea el primero de muchos artículos interesantes.

 

Cuando yo tenía 8 o 9 años mi padre, que trabajaba en un banco, trajo a casa un 386 porque en la oficina los habían sustituido por unos 486 de última generación. Hoy en día, al ritmo que va la tecnología, podemos decir que cualquiera de los parámetros de ese ordenador 386 es absolutamente despreciable. Su velocidad era de 25 megaherzios (33 si pulsabas el botón de turbo, ¡ojo!) y utilizaba disquetes de 5¼” o los novedosos disquetes de 3½”. Estos últimos tenían una capacidad de tan sólo 1.45 megas cada uno. La repera vamos.

Sin embargo, era más que suficiente para la época y así fue como empecé a jugar a mis primeros juegos, muchos de los cuales eran aventuras gráficas. Como yo era muy pequeño, mi madre jugaba conmigo a titulazos como Monkey Island, Loom, Maniac Mansion, Indiana Jones and the Fate of Atlantis, King’s Quest V, Laura Bow e incluso Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizard (el remake del 1991) que aunque fuera considerado no apto para menores, mi madre siempre ha sido un tanto alternativa para estas cuestiones. En la escena en la que Larry se cepilla a una prostituta para perder finalmente la virginidad, si te olvidabas de ponerte un condón, al pobre Larry le explotaba el cacharro. Mi madre me dijo que esa escena representaba la realidad a la perfección y que me asegurara de tener siempre protección a mano. Así es mi madre, que no da puntada sin hilo.

En esa época nació mi duradero amor por este género de juegos con mucho texto y de acción más bien pausada. Y aunque ni Lucasarts ni Sierra son lo que eran, han llegado otras compañías para suplir su lugar y un sorprendente número de pequeños estudios indie que nutren al público con aventuras gráficas de corte clásico.

Kathy Rain está claramente inspirada en los clásicos de Lucasarts. Creada por el estudio Clifftop Games tras el que se encuentra Joel Staaf Hästö, un sueco que dibuja, programa y compone. Viendo el resultado final, cualquiera diría que ha sido obra de una sola persona.

Clifftop Games nos ofrece la que, esperemos, sea la primera parte de una serie de juegos. Kathy Rain es también el nombre de la protagonista, una joven con un problema grave de actitud y que estudia periodismo en una universidad del medio oeste americano. Una mañana recibe una llamada para ir al entierro de su abuelo, un hombre al que ella adoraba pero que ya hacía años que se encontraba en un estado catatónico. Poco después del entierro descubre que las circunstancias que llevaron a su abuelo a ese estado vegetativo no están tan claras como deberían y decide investigar.

Kathy Rain está perfectamente doblado al inglés, y es probablemente el elemento que más diferencia a esta nueva hornada de juegos de los clásicos de los 80 y 90. La calidad de las voces es excelente y mejora la experiencia de juego en varios enteros.

Argumentalmente es un título sencillo pero bien pensado, con una historia de detectives con un toque noir que no termina de cuajar pero con varios elementos sobrenaturales muy Twin Peaks que me recuerdan poderosamente a la saga Blackwell de Wadjet Eye Games. Mi impresión es que es un tanto corto, ya que puedes pasártelo de cabo a rabo en unas 5 o 6 horas, pero también permite que no te canses y que no se estire la historia innecesariamente.

Un punto a destacar son los puzles. Clifftop Games ha ambientado el juego a principios de la década de los 90, con lo que los recursos tecnológicos son los mismos que yo tenía en el salón cuando jugaba a esas aventura gráficas clásicas con mi madre: disquetes de 3½” y monitores CRT. Hästö ha desarrollado un par de puzles bastante ingeniosos aprovechando esta tecnología obsoleta (con una escena de hackeo mediante disquetes incluida y todo). El resto de los puzles son correctos, con un par de momentos un poquito más difíciles, incluyendo el clásico en el que tienes que utilizar el objeto adecuado en el lugar correcto y, además, en el momento preciso. Sin embargo, yo catalogaría el juego como más bien sencillo (que no por ello menos disfrutable).

En el aspecto gráfico destacaría un apropiado uso del arte 2d pixelado en homenaje/imitación de esas aventuras clásicas. Sin embargo, el juego tiene alguna animación un tanto brusca y ortopédica. A modo de contraste, Clifftop Games se ha tomado el trabajo de crear retratos para todos los personajes (que aunque no están animados, muchos cuentan con varias versiones para diferentes emociones).

En resumen, Kathy Rain es un claro ejemplo de una de las vertientes modernas de la aventura clásica. Juegos con un potente feeling remember, creados por estudios indie o cuasi-indie y dotados con algunos adelantos (mejor resolución gráfica, sistemas de puzles más perfilados, doblaje con actores profesionales, etc). Lo mejor, puedes descargarte una demo sin compromiso. Lo peor, no hay segunda parte confirmada.

Cristina Jurado entrevista a Carmen Moreno

¡Cómo fatiga luchar contra las normas impuestas por la sociedad! ¡Cómo cansa levantarte cada mañana recordándote que lo que haces importa, que no estás creando en vano, porque te llamas Carmen y has decidido escribir obras en un género en el que las mujeres apenas tienen repercusión! Cuando escribías poesía, oías a otros quejarse de lo difícil que es que reparen en ti, que te hagan caso, que te den una oportunidad. Entonces se te ocurre forjar con palabras las historias que se pelean por salir de tu imaginación, que es como una enfermedad infecciosa y crónica porque, cuando te contagia, caes enfermo y nunca te recuperas. Historias de ciencia ficción y fantasía, de posibles e imposibles, de lo cercano insólito y lo lejano más habitual. Y te ponen etiquetas que tu te despegas, y te dicen que escribas otros géneros, que venden más, pero a ti solo te importa ser fiel a tus historias.

Carmen Moreno

Eres gaditana, nacida en la primera mitad de esa década convulsa que fueron los ´70, filóloga de formación y escritora por vocación. Te interesa tanto el mundo de la literatura que te especializaste en conocerle las tripas al monstruo y sabes de edición, de finanzas y de contabilidad para domarlo. Las letras te persiguen desde pequeña o quizás, seas tú quien las persigas por senderos de locuras poéticas, de revistas “Prometeo-doras”, de antologías relatoras, de innumerables iniciativas culturales en las que dejaste tu entusiasmo, tus valores y tu aliento. Llevas el escribir en el flujo sanguíneo: sangras palabras. No sabes qué otra cosa te podría hacer vibrar como el cabo de un velero, porque vives esas historias, vives en Como el agua a tu cuerpo (Vitrubio), Cuando Dios se equivoca (EH editores) o la primera edición de Principito debe morir (Sportula). A lo mejor es que te bautizaron con el salitre de las aguas de la bahía, o que las olas te enseñaron a reír con su espuma infinita. Quizás es porque tu nombre significa “poema” en Latín y solo podías estar destinada a contar mentiras sinceras. Ahora publicas la nueva versión de Principito debe morir en Lapsus Calami, ampliando la historia porque decidiste cebar al monstruo, y dotarlo de cuernos y escamas.

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Los héroes

HeroesLa última tendencia en la fantasía épica es que sea lo más realista posible, es decir, no evitar en ningún momento la sangre y la violencia connatural a las batallas e incluso regodearse en ellas. También se tratan de una forma más desinhibida el sexo y las luchas de poder. Todo esto se hace quizás en contraste con la alta fantasía abanderada por Tolkien y sus émulos.

Uno de los máximos exponentes de esta forma de escribir es Joe Abercrombie, cuya trilogía La primera Ley y sus secuelas han tenido una muy buena acogida entre los aficionados. “Los Héroes” es una de las continuaciones de estos libros, siguiendo la historia de algunos personajes que aparecían en las entregas anteriores. Otra secuela a mi entender superior es “Best Served Cold”, pero eso otra historia. Continuar leyendo “Los héroes”

Sixth of the Dusk, de Brandon Sanderson

Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Dusk de Genesis (SpotifyYoutube).

Sixth of the Dusk es la más reciente obra (aunque seguramente no por mucho tiempo) publicada por el prolífico escritor Brandon Sanderson. Se trata, en esta ocasión, de una novela corta, formato con el que el autor ha cosechado bastantes éxitos recientemente (basta recordar el Hugo de The Emperor’s Soul y la buena acogida de Legion, por ejemplo) y en el que, en mi opinión, se desenvuelve especialmente bien.

Sixth of the Dusk es uno de los relatos recogidos en la antología Shadows Beneath, de la que hablé brevemente hace poco, por lo que se complementa con una serie de extras que contribuyen mucho a aumentar su disfrute y de los que hablaré con detalle más abajo. Pero, de momento, me centraré en analizar brevemente la novela corta en sí.

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