No sé si es por el efecto de haber visto Ghost más veces de las que cualquier persona consideraría saludable, pero los libros de fantasmas que se quedan vagando por la Tierra porque les quedan cosas por hacer me entretienen, siempre que esas cosas por hacer no sean asesinatos o desmembramientos o menudencias así.
The Afterlife of Mal Caldera es uno de esos libros, jugando en la fina línea que divide lo irreverente de lo tierno, haciendo incursiones en ambos lados. El narrador de la historia es Mal, una “estrella” del rock con una compleja vida tras de sí y por lo que veremos en los primeros capítulos, con una compleja muerte por delante. En principio la propia Mal cree que se ha quedado atrás por explicarle a su hermana las circunstancias de su muerte, pero las razones son algo más complejas.
El elenco de personajes que acompañan a Mal en su aventura es muy variado y entrañable. Por supuesto que no puede falta el medium para poder poner en contacto con los vivos, pero en este caso Oda Mae Brown es un atractivo joven que cree tener problemas mentales por su capacidad para ver a los muertos. La relación entre ellos se va tornando más y más complicada conforme van conociéndose más a fondo, tanto que al final no queda muy claro quién ha ayudado más a quién. Esto es una tendencia en esta obra de Nadi Reed Pérez, que aunque tiene algunos momentos más tristes en general desprende buen rollo y buenas relaciones entre los personajes, el conflicto es más bien interno que externo.
También veremos como los fantasmas que permanecen en el mundo no necesariamente buscan transcender, aunque algunos acaben haciéndolo. Muchos de ellos deciden pasarlo bien lo que les quede de no vida, sin calentarse mucho la cabeza ni buscar explicaciones. Pero la autora va haciendo foco en algunos de ellos y lo cierto es que cuando consiguen cumplir sus anhelos es cuando más emociones provoca en el lector, en esos momentos sí que logra tocarte la fibra sensible. Por ejemplo, cuando el músico fallecido que dejó atrás la familia le toca una nana a su hija, pero hay más escenas de este estilo.
The Afterlife of Mal Caldera es una fantasía contemporánea que no revoluciona nada el género, pero que está escrita con oficio y cariño, consiguiendo que pasemos un buen rato leyéndolo. Y eso ya es más que suficiente.
