The Time Traveler’s Passport

En esta recopilación de relatos originales para Amazon, podremos disfrutar de una selección de autores muy conocidos y su aproximación a un tropo tan típico de la ciencia ficción como es el viaje en el tiempo. Como prácticamente todas las recopilaciones, el nivel es irregular, con algunos relatos que sobresalen por encima de los otros.

3 Days, 9 Months, 27 Years

John Scalzi nos cuenta en una primera persona muy atractiva cómo se trabaja en una empresa que ofrece sus servicios para viajar en el tiempo y que tiene, aproximadamente, tres espacios de tiempo para volver del viaje, los mismos del título del relato. Desde el punto de vista del trabajador de la empresa el regreso es instantáneo, pero desde el punto de vista del viajero no. Me parece un comienzo estupendo para The Time Traveler’s Passport con un Scalzi más serio de los que nos tiene acostumbrados últimamente y un acercamiento formal hacia las paradojas.

Making Space

Aunque R.F. Kuang ha sabido plasmar muy bien el sufrimiento de una pareja que no puede llegar a tener hijos, los recursos que utiliza para colar la premisa del viaje en el tiempo me parecen un poco tramposos.

For a Limited Time Only

Peng Sheperd elige el sentimentalismo para su aportación a este pasaporte, encarnando a un comercial de una empresa de viajes en el tiempo con un muy limitado acceso al pasado. Lo único que se ha comprobado que no varía el continuo espacio-temporal son los acuerdos de innovación empresarial, pero pronto descubriremos que los viajes de Russ tienen otra razón que él mismo desconocía.

A Visit to the Husband Archive

Kaliane Bradley, la autora de The Ministry of Time, encaja de manera un tanto forzada los viajes en el tiempo en este relato de un futuro desolador en el que la raza humana prácticamente ha olvidado todo su conocimiento y solo algunos miembros inmunes a lo que ha sucedido son capaces de recordar e intentar transmitir lo que recuerdan a las nuevas generaciones. La verdad, me ha parecido que le faltaba mucho trabajo para redondear la historia.

All Manner of Thing Shall Be

No he conseguido entrar en el juego que nos propone Olivie Blake, con vampiresas que viajan en el tiempo para modificar a su capricho el devenir del mundo. Tiene muchas referencias y quizá haya quien lo encuentre divertido, pero a mí me ha resultado bastante cargante.

Cronus

Un final muy adecuado para una recopilación demasiado irregular. P. Djèlí Clark nos adentra en un mundo en el que empieza a expandirse una pandemia, sobre todo entre la población de color, con memorias falsas que se confunden con las verdaderas y que provocan un terrible descenso a los infiernos de los afectados (Psicosis de Falsas Memorias). El autor nos ofrece un relato desgarrador sobre el racimos y cómo es la suma de pequeños actos la que consigue que la historia cambie, pero que cada derecho ganado se tiene que mantener a base de lucha social.

Los narradores de cada relato son Malcolm Hillgartner, Kristie Lee Walsh, Jonathan Davis, Mirai, David Monteith y A’rese Emokpae. Han sido correctos en general, los relatos eran tan cortos que es difícil hacerse una idea de la labor del narrador, salvo en el caso de Monteith, que me ha parecido menos entendible que los demás.

Estamos ante un recopilación en la que destacan, para bien, los dos relatos de autor masculino.

The Ministry of Time

No negaré que leí este libro impulsada por la polémica que se desató en redes cuando se anunció tanto su publicación como su adaptación televisiva. Lo cierto es que a pesar de lo desafortunado del nombre, el libro no se parece a la serie española homónima por lo que al menos parte de esas críticas eran infundadas. Nada de viajar al pasado para ir cambiando cosas y mantener la línea temporal, toda la novela se narra en el mismo futuro cercano asediado por el cambio climático y los refugiados. Otro cantar es que ojalá se pareciera, porque la obra de Kaliane Bradley es muy mejorable en diversos aspectos.

La idea de la que parte la novela es que tras “descubrir” (en una forma muy en línea con la tendencia británica a quedarse con lo que se encuentra) una máquina para viajar en el tiempo, el gobierno británico decide extraer a cuatro personajes del pasado cuando están a punto de morir y traerlos al presente para ver si sobreviven, si influyen en el continuo espacio-temporal y en general, para experimentar con ellos. Estos cuatro personajes tendrán asignado un enlace, un bridge encargado de ir enseñándoles el mundo actual y algo de historia, pero de una manera sosegada y medida para no provocar crisis.

Aunque los viajeros en el tiempo como digo son cuatro, el libro está muy centrado en solo uno de ellos, un explorador del ártico llamada Graham Gore, del que se nota a la legua que la propia Kaliane Bradley está enamorada. Todo el libro gira alrededor de la relación de Gore con su bridge y aunque en principio podríamos pensar en la novela como una comedia romántica con los típicos malentendidos de una pareja que se atrae pero que no se conoce, la autora no deja de lado las conspiraciones y las luchas de poder.

Por desgracia, el conjunto no acaba de cuajar. La trama amorosa es tan previsible que clama al cielo y en cuanto a los viajes en el tiempo, brillan por su ausencia. Hay una parte dedicada al espionaje y al robo de secretos, pero no os engaño si os digo que se basa más en la inocencia y en la inutilidad de los funcionarios asignados al departamento correspondiente que a la perseverancia y la astucia de los saboteadores.

No negaré que el choque cultural entre los cuatro expatriados (por no decirle extiempados), sobre todo al principio del libro, tiene cierta gracia, como por ejemplo la difícil asimilación de la caída del Imperio Británico, la liberación de la mujer y muchas otras temáticas, pero este recurso del chiste facilón se desgasta con demasiada rapidez como para aguantar toda la novela.

A expensas de conocer cómo será la adaptación, he de decir que la novela basa más su fama en la polémica creada que en sus virtudes intrínsecas, pues no deja de ser una más del montón.