The Immesurable Heaven

La sinopsis de The Immesurable Heaven me llamó la atención desde el primer momento en que la vi, prometiendo una space opera con variadísimas especies alienígenas, realidades alternativas que florecen como flores tras una lluvia de mayo y un preciado mapa para saber cómo navegar por estos mundos. Just my cup of tea.

Quizá mis expectativas estaban demasiado altas, pero conforme iba avanzando la lectura me parecía que Caspar Geon había dejado que su imaginación para crear distintas criaturas corriera sin riendas pero que no fue capaz de formar una trama bien conectada que diera soporte a todo el despliegue pirotécnico de razas que interactúan en las páginas de su obra.

La idea de partida, con infinitos mundos entre los que se puede navegar pero solo en una dirección, ocupando cuerpos distintos que permiten investigar las riquezas y misterios de cada lugar es apasionante. Si a esto le añadimos la presencia de una amenaza que parece capaz de revertir las leyes de la física para volver de los mundos mas profundos y una raza de seres tan avanzados que viven en el corazón de las estrellas (los Throlken), sonaba apasionante. Pero, por desgracia, solo sonaba. Los conceptos con los que quiere jugar son fascinantes, pero la ejecución es demasiado plana.

Los personajes, de nombres bastante curiosos, no evolucionan a lo largo del libro. Y la extrañeza que cualquier lector esperaría encontrar en las relaciones entre una miríada de criaturas tan infinitamente distintas ni está ni se la espera, gracias al idioma universal impuesto por los Throlken. Si al menos hubiese una trama que sostuviera la historia, aunque los personajes no fueran muy carismáticos la novela tendría visos de salvación, pero es que tampoco es así, con lo que nos encontramos con un libro que cojea en muchos de los pilares que conforman una buena novela. Es por ello que no puedo recomendarla, a pesar de que me hubiera gustado.

Cubierta y sinopsis de The Immeasurable Heaven

Solaris publicará el 15 de julio The Immeasurable Heaven de Caspar Geon, una ambiciosa space opera con esta intrigante sinopsis:

There was a king, once a sorcerer. Now an outcast trapped for more years than he can say, trudging the wastelands of a thousand apocalyptic worlds, scrounging from wreckage to build a means of escape. Perhaps even a way back to where he came from, many hundreds of millions of years ago.

Thistrel’s Depth is a galaxy long settled, a place where artificial minds known as the Throlken have claimed the cores of stars for themselves. Their appointed stewards, the Sovereigns, command hundreds of billions of worlds, in a time of apparent peace and plenty.

The Sovereigns possess the means to visit parallel realities, known as Phaslairs: clones of the universe, with more birthed every second. They have learned to burst the skin of one Phaslair and drop into the next, into a reality quite changed, appearing inside the body of someone, or something else.

And, running through each reality like a crack, is the fabled Well: a fissure in the Phaslairs into which horrors were flung. Never to return.

Until now.

The secret is out. There exists a unique and priceless map of the realities, created by a hapless explorer; a map so valuable that a kaleidoscope of alien forms – amongst them a Sovereign agent – will cross every Phaslair to get their hands on it, racing one another to the Well. Racing, quite possibly, to their deaths.

But for the outcast, imprisoned for his plan to tear down reality and see what lay on the other side, only the oldest Phaslair – the first, and sire of all others – now holds his fascination.

Mi traducción:

Una vez hubo un rey que antes fue un hechicero. Ahora es un paria atrapado por más años de los que puede recordar, recorriendo penosamente los páramos de mil mundos apocalípticos, rebuscando entre los escombros para construir una vía de escape. Quizás incluso una forma de regresar a su lugar de origen, hace cientos de millones de años.

Thistrel’s Depth es una galaxia asentada, un lugar donde las mentes artificiales conocidas como los Throlken se han apoderado de los propios núcleos de las estrellas. Sus mayordomos, los Sovereigns, mandan sobre cientos de billones de mundos, en un tiempo de aparente abundancia y paz.

Los Sovereigns poseen la tecnología para visitar mundos paralelos, conocidos como Phaslairs: universos clónicos, de los que van naciendo más a cada segundo. Han aprendido a traspasar la piel de un universo para saltar al siguiente, a una realidad algo alterada, tomando posesión del cuerpo de alguien o algo diferente.

Y, recorriendo cada realidad como una grieta, está el Pozo: una fisura en los Phaslairs a la que se lanzaron horrores para que no volvieran nunca.

Nunca hasta ahora.

Se ha desvelado el secreto. Existe un mapa de las realidades único e invaluable, creado por un desventurado explorador, un mapa tan valioso que un caleidoscopio de aliens (entre ellas un agente de los Sovereign) que cruzarán cada Phaslair para conseguirlo, en una frenética carrera hacia el Pozo. Probablemente, hacia sus muertes.

Todos salvo el paria, prisionero por su plan de destrozar la realidad para ver qué hay detrás, que permanece fascinado por el Phaslair más antiguo (el primero, el origen de todos).

Esta es la cubierta con diseño de Sam Gretton:

Solaris publicará The Immeasurable Heaven

Nunca es mal año por mucha space opera, así que es una buena noticia la publicación por parte de Solaris de The Immeasurable Heaven de Caspar Geon, en julio de 2025.

Esta es la sinopsis:

In a long settled galaxy, a race known as the Sovereigns possess the means to visit parallel realities, appearing inside the body of someone, or something, else. The Well, where horrors are flung, runs through the realities like a fissure, and the king-turned-sorcerer who’s been trapped there for more years than he can say trudges the wastelands for a way out. When news breaks of a priceless map of the realities, a kaleidoscopic cast of alien characters race each other across reality to the Well—and quite possibly to their own deaths.

Mi traducción:

En una galaxia asentada hace tiempo, una raza conocida como los Soberanos puede visitar realidades paralelas, apareciendo en el cuerpo de algo o alguien distinto. El Pozo, donde afloran los horrores, recorre las realidades como una fisura y el rey convertido en hechicero que lleva allí atrapado más tiempo del que es capaz de recordar busca una salida. Cuando se oyen rumores sobre un valiosísimo mapa de las realidades, una reparto caleidoscópico de personajes alienígenas intentarán llegar los primeros al Pozo o posiblemente, a sus propias muertes.