The Autumn Republic

The Autumn Republic es la estupenda conclusión a una trilogía fantástica más que recomendable.

Brian McClellan va madurando como autor a lo largo de las novelas. Esto se nota en un ritmo envidiable a lo largo de toda la lectura pero sobre todo en uno de sus puntos fuertes: la caracterización de los personajes. Prácticamente todos los que aparecen durante la historia evolucionan de un modo u otro, de una forma fluida y creíble. Esto es un gran acierto, vemos cómo las penurias, depravaciones y sufrimientos van forjando a Tamas, Taniel, Adamat…

Como personaje, me gusta especialmente Adamat, porque contribuye de forma fundamental a la consecución de los objetivos de toda la trilogía desde una perspectiva más humana. Vale que tiene memoria eidética, pero es un “poder” asumible, no es un despliegue pirotécnico como la magia de la que hacen gala prácticamente todos los demás. Además, es un poder sosegado, que sirve como excelente contrapunto a las escenas de acción que pueblan la obra.

Estas escenas de acción están narradas de una forma muy gráfica y comprensible, incluso los despliegues militares, con sus maniobras de pinza y sus añagazas para atraer al enemigo. No obstante, prefiero las intrigas políticas que se han ido desplegando a lo largo de las tres novelas y que aquí alcanzan su plenitud. Años de planificación, de maniobras veladas, de infiltración en las altas esferas del poder… es apasionante ver cómo toda esta preparación desemboca en un final más o menos esperado.

Entre los defectos de The Autumn Republic destacaría dos. Algunas de las casualidades que salvan a determinados personajes parecen demasiado peregrinas, como la debilidad estructural en el muro de cierta ciudad. Pero lo que menos me ha gustado es que se guarde personajes para las siguientes entregas. Entiendo que el autor quiera dejar el terreno abonado para seguir contando sus ideas sobre este mundo que ha creado, pero pienso que podría haber sido más sutil.

En marzo se publicará Sins of Empire, la esperada continuación de la obra de McClellan. Ya os contaré por que estoy muy interesada en ella.

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