Shards of Earth

Con esta novela Adrian Tchaikovsky da comienzo a una saga de ciencia ficción que se aleja del camino marcada por Children of Time y su secuela Children of Ruin. En esta ocasión nos encontramos con una space opera algo más convencional, con su adecuada ración de razas alienígenas, su consabida intriga política y algún toque de horror cósmico que recuerda a The Outside.

La humanidad tiene algunas colonias repartidas por el espacio que sobreviven con dificultad tras la pérdida de la Tierra y otros planetas a manos de los Arquitectos, unas entidades alienígenas casi incomprensibles que transforman en esculturas planetas habitados, acabando de paso con su población. La guerra se acabó en su momento con la intervención de los Int, humanos desarrollados exprofeso en un duro procedimiento con muy pocas posibilidades de éxito que son capaces de entablar una conversación con los Arquitectos.

En la novela se comparten dos puntos de vista: el de uno de estos Int, llamado Idris, que asqueado tras la guerra pertenece a una variopinta tripulación que va haciendo encargos por la galaxia y Solace, miembro de una sociedad matriarcal exclusivamente femenina, el Parthenon, creada por una investigadora en el pasado para mejorar la humanidad y que se convirtió en el principal ejército humano en la lucha contra los Arquitectos.

Como es natural, existe un elemento desencadenante que romperá con la situación de status quo que se había conseguido hasta el momento. Resulta muy interesante cómo el autor utiliza a los compañeros de tripulación de Idris (humanos y alienígenas) para darnos ejemplos de las distintas posibilidades que pueden dar lugar a un ser “sentiente” ya sea de origen natural o artificial. La tripulación es maravillosa, con una sentimiento de camaradería que infunde esperanza sobre la capacidad de colaboración entre especies. Están caracterizados de una forma estupenda y consiguen despertar nuestra empatía desde el primer momento, así que sufriremos mucho con lo que el destino les depara.

La entrada en la novela no es fácil, con muchos términos y cierta historia previa que no se desvela desde un principio, pero una vez superado este obstáculo, la lectura fluye mucho mejor. También es innegable que es el comienzo de una historia más larga, por lo que hay mucha exposición y en ocasiones acontecen pocas cosas, pero para compensar Tchaikovsky se saca de la manga un híbrido alienígena que reparte cera como Michael “ídem” en Scott Pilgrim y que tiene una resistencia al dolor, la desmembración y en general a cualquier ataque físico con sus poderes de regeneración que deja a Lobezno camino del asilo.

Me gustaría saber cómo se va a seguir desarrollando la historia para poder tener una opinión más completa, pero como primera novela de una narración más larga Shards of Earth me parece recomendable, aunque no exenta de fallos.

Victories Greater than Dead

Dicen que en la literatura juvenil se pueden hacer más experimentos que en la literatura dirigida a adultos, quizá por que los jóvenes son más moldeables y no son tan rígidos como otras personas a la hora de aceptar argumentos o ideas. En esta ocasión Charlie Jane Anders hace uso de esta presunción en una novela que en ocasiones llega a resultar machacona y algo repetitiva, pero que también presenta temas de representación y autoaceptación dignos de consideración.

La protagonista es Tina, una adolescente que lleva toda su vida esperando la visita de los alienígenas. Y es que Tina sabe que no es enteramente humana, desde el principio su madre le hizo saber que era especial, la clon de una brillante estratega extraterrestre fallecida. En su interior, una baliza espera el momento adecuado para lanzar su mensaje al universo para su rescate.

La autora utiliza esta historia bastante típica sobre el elegido predestinado a grandes tareas para explorar las crisis de identidad de cualquier adolescente, corregido y aumentado por la situación excepcional que atraviesa la galaxia. Anders nos muestra este camino al autoconocimiento no solo a través de Tina, ya que también hará uso de otros personajes en circunstancias similares a la suya pero con orígenes diversos, que complementan de una manera bastante correcta aquellas decisiones a las que Tina no se tiene que enfrentar, por las razones que sean.

Victories Greater than Dead está muy centrado en reflejar esta representación, haciendo hincapié de forma especial en el uso de los pronombres adecuados, algunas veces de forma sorprendente, como cuando se presenta a una de las antagonistas y antes de decir que va a matar a Tina le dice que su pronombre es she. En este sentido a veces resulta demasiado exagerado y poco sutil el mensaje que nos quiere hacer llegar.

Es innegable la influencia de series de televisión como Star Trek o Steven Universe en la autora a la hora de escribir la novela, así que se podía esperar ese aura de buen rollo en la narración. Me gusta también la imaginación de la que la autora hace gala para describir las especies extraterrestres con las que se va topando, la mayoría humanoides debido a uno de los misterios que se desvelan a lo largo de la lectura.

La versión en audiolibro está narrada por Hynden Walch, que hace un impecable trabajo en crear todas esas voces juveniles o no, otorgando características diferenciales a cada personaje, algo que no debe haber resultado fácil debido a la gran cantidad de diálogo que hay en el libro. De hecho, al final de la grabación hay una conversación entre Charlie Jane y ella para aclarar algunos aspectos del audiolibro que me parece un buen extra para esta versión.

Tengo claro que no soy el público objetivo de esta novela y en ocasiones la lectura se me ha hecho algo cuesta arriba por la reiteración innecesaria de ciertas ideas y la previsibilidad de algunos acontecimientos, pero es bastante probable que a otras personas les encante el desarrollo.

Down Among the Dead

Hay novelas que sufren un clarísimo síndrome de segundo libro, pero me temo que Down Among the Dead tiene algún problema añadido, además de este que estamos mencionando.

La historia continúa donde la dejó la autora con la anterior entrega, pero con la protagonista Hail Bristol en una posición muy complicada, sintiéndose culpable de la muerte de muchos de sus colaboradores más allegados y en manos de quiénes podrían ser culpables de esta masacre. Cierto es que la posición mental en la que se encuentra es muy delicada, pero K.B. Wagers insiste muy machaconamente en hacérnoslo saber sin rastro de duda. La aparición de fantasmas con los que charla amigablemente nos hace pensar que su equilibrio mental es un tanto inestable. El primer tercio del libro resulta especialmente pesado e incluso ofensivo, porque la preparación que recibe Hail consiste en morir en combate de forma persistente para ser resucitada en un círculo vicioso que aporta muy poco a la lectura, salvo hartazgo. Y además esta circunstancia se ve agravada por un síndrome de Estocolmo como una catedral de grande.

El libro remonta algo en la segunda parte, pero no sé si lo suficiente como para compensar el bagaje que llevaba de las páginas anteriores. Y eso que asistiremos a unos planes un poco alocados para que la guerra a la que hace referencia el título de la serie pueda detenerse de forma definitiva, pero las resoluciones son un poco más fruto del azar que de la propia planificación. Y también resulta muy chocante el culto a la persona de Hail en el planeta “materno” de los aliens, cuando ella supuestamente es una simple humana. ¡Es que hasta en las clases es obligatorio aprender su idioma por si se la encuentran!

Realmente, no me he quedado con muchas ganas de leer la última entrega, aunque reconozco que el último giro sí que resulta intrigante.

There Before the Chaos

Tenía bastantes ganas de conocer la obra de K.B. Wagers y cuando vi que There Before the Chaos parecía ser el comienzo de una nueva trilogía, pensé que sería una buena puerta de entrada. Es por esta razón que ha resultado un tanto frustrante la lectura, porque no nos encontramos ante el primer libro de una saga si no ante el cuarto, camuflado de inicio de trilogía. Lo cierto es que el primer cuarto del libro se usa para situar al lector en un mundo que quizá desconozca, pero no es menos cierto que se desmenuza tan pormenorizadamente lo acontecido en los libros anteriores que espero que mi cerebro haya decidido borrar esa información por que si no, va a ser muy difícil leerlos sabiendo lo que ahora sé.

Salvando estos escollos que al fin y al cabo son culpa mía por no haberme informado adecuadamente, There Before the Chaos es una space opera bastante disfrutable. Señalaría como puntos fuertes los personajes, especialmente la emperatriz Hailimi Bristol, pero está perfectamente acompañada por todo un elenco de guardaespaldas, relaciones familiares y antiguos contactos que le dan mucha profundidad a la historia. El hecho de que el imperio Indrano sea un matriarcado lo hace aún más singular dentro del subgénero y aunque se quiera crear una tendencia para aumentar la presencia masculina en los órganos del gobierno, las excusas y razones que se presentan en contra nos sonarán conocidas aunque con los géneros invertidos.

Como digo, la narración gira alrededor de los personajes y sus relaciones afectivas, aderezadas por intrigas políticas pero haciendo especial hincapié en la lealtad y el honor, en el compañerismo. Es un libro que destila empatía por los cuatro costados, a pesar de que no todo sea color de rosa. El conflicto vendrá pues de un elemento externo, del enfrentamiento entre dos razas alienígenas que tiene lugar por causas poco claras, pero enconadas. De una manera un tanto sorprendente se solicita la intervención de la emperatriz como mediadora de unas negociaciones que parecen condenadas al fracaso desde un principio. También es muy de agradecer la representación de este complicado papel, en busca del equilibrio de oportunidades entre las distintas facciones pero sin menoscabo de la propia posición del imperio Indrano, en precario tras la guerra que se narra en la primera trilogía.

No quiero dejar de comentar la ambientación del imperio, que dentro de mi desconocimiento yo relacionaría con influencias indias, algo que no me atrevo a señalar con certeza debido a mi desconocimiento. Además, creo que es muy acertado el tratamiento que hace la autora del síndrome post-traumático, con unas descripciones que resultan realmente angustiosas al ponernos en la piel de quien las sufre.

Una space opera no lo parecería tanto si no hubiera enfrentamientos entre naves espaciales y también escenas de acción que están narradas de una forma muy correcta, aunque quizá resulten algo confusas en determinados momentos. Aunque se trata de un libro con una trama eminentemente política, lo que no deja de ser interesante. también.

No hagáis como yo y no empecéis a conocer a K.B. Wagers por aquí, ya que si este libro vale como muestra, sin duda merecerá la pena comenzar por el principio e ir descubriendo todo el universo que la autora ha creado.

Unconquerable Sun

He de decir que me ha encantado esta space opera de Kate Elliott, que me ha tenido entretenida e intrigada a la par, aunque el comienzo haya sido un poco lioso.

La frase en la que se ha centrado toda promoción de Unconquerable Sun la definía como un retelling de Alejandro Magno con género cambiado en el espacio (un gran triunfo de marketing, poque es una frase demoledora). Y es una muy buena definición, porque aunque solo conozco ligeramente la historia del conquistador, es cierto que se nota ese aire de inspiración griega en la ambientación y esa famosa “camaradería” de los miembros de su séquito. La trasunto de Alejandro es Sun, que lleva toda la vida preparándose para asumir el mando de la república de Chaonia cuando su legendaria madre no esté.

Al principio de la novela nos podemos encontrar un poco perdidos con muchos personajes nuevos y sobre todo con los diversos puntos de vista de la narración, que llevan aparejados cambios de la primera a la tercera persona e incluso en el tiempo verbal. Este recurso requiere un pequeño periodo de adaptación, pero luego se antoja algo natural y fluido. Para conocer a los personajes, no obstante, hace falta un poco más de tiempo y esfuerzo, pero merece la pena. Son distintos y complementarios entre ellos y se convertirán en el alma del libro.

Las intrigas políticas y traiciones están a la orden del día, incluso dentro de la misma familia, porque ¿quién te puede poner mejor la zancadilla que aquel que te conoce desde siempre? Todo esto con una guerra de fondo, con un imperio que ha tenido que retroceder un poco en sus posiciones por el empuje de Chaonia, pero que no está dispuesto a dar su brazo a torcer en una guerra a varias bandas.

El ritmo de la novela, aunque empieza un poco indeciso, toma una velocidad de crucero muy elevada una vez que están desplegadas todas las piezas en el tablero. Y se vuelve definitivamente frenético al final del libro, cuando las apuestas están más altas y empiezan las revelaciones que cimentarán la continuación, porque por desgracia (o por suerte si la autora sigue con este nivel), el libro no es autoconclusivo.

Por si le faltaba algo, la novela está trufada de guiños al lector y huevos de pascua para ir descubriéndolos. Desde tuckerizaciones de otros escritores pasando por referencias futboleras, el libro tiene muchos pequeños detalles que denotan el trabajo y el cariño volcado en su creación. Tener un diminuto dinosaurio como mascota, los personajes con cuatro brazos o la creación de nuevas palabras que quedan como pequeños retos de comprensión para el público del libro son añadidos que aumentan la inmersión en la aventura.

Por favor, leed esta novela. Necesito comentarla con alguien urgentemente.

Starship Repo

Starship Repo es una space opera old-school con todo lo bueno y todo lo malo que un libro de esas características pueda ofrecernos. Palomitero como pocos y sin mucha sustancia, nos dará un rato de diversión que olvidaremos conforme cerremos el volumen. Si esto es bueno o malo depende de lo que vayas buscando cuando decidas leerla. Un buen resumen sería anunciarlo como Embargos a lo bestia en el espacio.

La protagonista del libro es Firstname Lastname (se ve que en el futuro no se libran de los errores administrativos), la primera humana en llegar Junktion, un puerto galáctico donde conviven todo tipo de alienígenas. El libro se desarrolla como una serie de capítulo tenuemente conectados en los que First va depurando sus planes para timar a alienígenas despistados.

El humor es una de las principales características del libro, es un humor bastante blando y poco ofensivo, utilizando sobre todo juegos de palabras que hace hincapié en las distintas características y el distinto bagaje de cada especie alienígena. En ocasiones te hace sonreír pero tampoco te hará soltar carcajadas. Resulta un poco llamativo que un libro situado 400 años en el futuro tenga casi más referencias ochenteras que Ready Player One, pero el autor sabe a quién está dirigiendo sus esfuerzos y justifica esta estrechez de referencias con la conveniente llegada a Junktion de las ondeas televisivas emitidas por la Tierra hace cuatro siglos, convirtiéndose en la última moda en el puerto espacial.

Que todos sean capaces de comunicarse con todos a pesar de los orígenes muy distintos de cada raza espacial es otro de esos pequeños milagros a los Star Trek que facilitan la interacción con otros personajes sin necesidad de calentarse la cabeza con un traductor universal ni preocuparse por la incapacidad física para emitir ciertos sonidos dependiendo de cada aparato fonador de cada alien, en el caso de que exista ese aparato. Desde el principio es necesaria nuestra colaboración con nuestras suspensión de la incredulidad para poder leer el libro.

Es curioso la sensación de camaradería que llega a emerger de una tripulación muy variopinta que consigue funcionar a pesar de las diferencias, reconforta un poco pensar que el ser humano pudiera llegar a formar parte de una alianza así.

Tomlinson despacha con oficio una novela bastante insustancial pero que cumple perfectamente su cometido de entretener sin exigir mucho al cerebro. ¿Se puede leer con el piloto automático puesto? Perfectamente. ¿Necesitas diversión sin complicaciones? Starship Repo es tu libro.

Velocity Weapon

Un poco de space opera nunca viene mal o al menos eso me dice mi médico imaginario, que se ve que me conoce bien. Así que empecé a leer Velocity Weapon buscando un poco de escapismo y lo cierto es que lo encontré.

Quizá el aspecto que más me ha gustado es la fortaleza de la protagonista. Sandra es una oficial de artillería que de repente despierta lisiada en una nave enemiga y han pasado décadas desde que entró en hibernación. Aún así, no se rinde y empieza a investigar para hacerse ella misma una prótesis y conocer a fondo la nave donde se encuentra, estableciendo una curiosa relación con la IA de la propia nave.

También me han gustado las teorías conspiratorias que se desarrollan en los otros puntos de vista del libro, que añaden “salsa” a la narración, con una trama de espionaje algo ingenua pero entretenida. Además, O’Keefe juega muy bien sus cartas ocultándonos información imprescindible para el desarrollo de los acontecimientos, con algunos giros de guión inesperados y otros más previsibles que consiguen mantener la tensión en un libro no especialmente corto. El hecho de que una relación fraternal sea el principal motor de una misión de rescate o que los progenitores de Sandra sean dos padres no hace si no añadir detalles agradables al libro.

Por desgracia, hay otros aspectos de la novela que no son tan acertados. Se respira cierto aire de inocencia y credulidad en muchos de los personajes, que es lo que permite que muchos de ellos sigan vivos, pero también que los “malvados” no tengan apenas problemas para llevar a cabo sus planes.

Pero lo que más me ha molestado, es que en una novela no resuelva prácticamente nada. Vale que ya sabía que era la primera parte de una trilogía, pero al menos que tuviera una conclusión aunque sea un punto y aparte sería de agradecer.

A Memory Called Empire

Este era sin duda uno de los libros más esperados del año, no solo por una portada arrebatadora, si no por todos los rumores que había alrededor de la publicación de esta primera novela.

Y es que las referencias a autores consagradísimos en la space opera como mi admirado Iain M. Banks no hacían si no aumentar el hype, algo quizás contraproducente para la lectura.

Afortunadamente, A Memory Called Empire es un libro que se mantiene perfectamente por sí mismo, sin necesidad de tantas comparaciones.

El universo en que se sitúa la acción está dominado por un Imperio que ha conquistado un territorio tras otro y que mantiene una tensa paz con otras colonias mineras, en un equilibrio inestable con as colonias mineras que depende mucho de los intereses comerciales y de las ganas de conquista que tenga el emperador de turno. Y sin embargo, hay algo que planea en el horizonte que puede llegar a cambiar la difícil situación de status quo actual.

Esta idea, obviamente, no es original. Y sin embargo, el punto de vista con el que trabaja la autora, dándole voz a la embajadora de una de estas colonias mineras, da la posibilidad de ver el imperio desde la perversa admiración que puede provocar el depredador que te amenaza. Y es que la seguridad que provee el imperio a sus habitantes permite que florezcan las artes, mientras que en los otros territorios bastante tienen con luchar por la supervivencia. Esta fascinación por el lenguaje, por la prosa y los versos más elaborados, se hacen patentes en los aspectos de la vida cotidiana. Por ejemplo, me asombra que la clave de cifrado de los mensajes de gobierno sea el último poema de moda, a pesar de la fragilidad inherente de una cifra basada en la sustitución.

La novedad más importante que nos trae la autora son los imagos, algo semejante a los implantes de antepasados que ya utiliza Aliette de Bodard en su ciclo de Xuya, pero dando un paso más en la integración entre las memorias pasadas y las presentes. La persona a la que se le implanta un imago, se “transforma” en otra, en una mezcla homogénea entre el pasado y el presente que permite avanzar hacia el futuro sin perder el conocimiento ya acumulado. Es una idea fascinante, sobre la que gira toda la novela, desde el punto de vista ajeno a esta costumbre, incomprensible para muchos de los que la conocen por primera vez.

Otros detalles también son entrañables, como los nombres de los miembros del imperio, consistentes en un número y otro nombre común. El hecho de que aún con esta nomenclatura tan extraña haya hueco para el cariño con motes personalizados aumenta la empatía que el lector siente por unos personajes, que ya de por sí se hacen de querer.

Existe un esfuerzo considerable por parte de la autora para que el lector se acostumbre a la terminología del universo de una forma natural, administrando la información pausadamente y engarzando cada fragmento para dar lugar a un mosaico complejo y hermoso a la vez.

El ritmo de la novela está bastante bien llevado, menos algunos momentos que rebajan la tensión creciente y un final para mí algo precipitado. Pero A Memory Called Empire es una estupenda primera novela, con ideas conocidas pero con nuevas perspectivas y una atención al detalle muy agradable. De las mejores lecturas del año, sin duda. No me extrañaría nada ver el premio Locus a primera novela en las estanterías de Arkady.

Static Ruin

En esta última publicación de su Voidwitch Saga, Corey J. White aprovecha para atar los cabos sueltos que había ido dejando en las dos entregas anteriores, cerrando de manera bastante correcta una trilogía que estaba algo desequilibrada desde un principio por los increíbles poderes de la protagonista.

White escarba un poco en el pasado que todavía desconocíamos de Mars Xi, cuando va a buscar sus auténticos orígenes para lo que debe ponerse en contacto con su padre.

Static Ruin está menos centrada en la acción que las anteriores y tiene algunos pasajes reflexivos muy interesantes sobre la manipulación genética y los límites de la exploración científica, pero tampoco ahonda lo suficiente en este dilema moral como para distraernos de la principal función de esta publicación, que es cerrar la historia con un final aceptable, dejando abierta la posibilidad de una continuación.

El autor busca una carga emocional que en las entregas anteriores ya se vislumbraba pero que aquí alcanza su cénit. Me gustan algunas pequeñas pinceladas que añaden algo de humor a una historia que de por sí es terriblemente oscura y creo que Corey J. White es un autor interesante al que seguir. Como pronto volveremos a tener noticias suyas, es probable que vuelva a visitar el blog.

The Stars Now Unclaimed

Hay novelas que te atrapan con su ritmo y si eres capaz de dejarte llevar, las disfrutas como un paquete de palomitas en su punto de sal. The Stars Now Unclaimed es un buen ejemplo, un libro que quiere jugar a ser space opera y que tiene muchos toques de ciencia ficción militarista aderezado con misteriosos poderes que pueden cambiar el rumbo de la galaxia.

Con los mimbres mencionados anteriormente sería realmente difícil conseguir una novela original, pero Drew Williams tiene otra intención: busca la diversión pura para el lector. ¡Y vaya si la encuentra!

Lo más destacable del libro son las escenas de acción que se encadenan una tras otra. Somos testigos de batallas espaciales, asaltos armados con tecnología obsoleta que se va desmoronando en las manos, ataques a planetas enteros en los que entran en juego defensas orbitales y escaramuzas con pocos integrantes que tiene lugar en EVA. Y todo está narrado de forma divertida, siempre que apretemos el botón de suspensión de la incredulidad. Por que todo, absolutamente todo, lo hace la misma persona. Olvidaos de Lara Croft o Honor Harrington, porque Jane hace que sus hazañas parezcan méritos para conseguir medallas de boy scouts.

Las razas alienígenas que aparecen en el libro son excesivamente antropomórficas y la situación planetaria del último refugio es rocambolesca, pero como ya he mencionado con anterioridad, no tenemos que ponernos escrupulosos con la verosimilitud de la historia, si no simplemente dejarnos llevar y disfrutarla.

Me gustaría también mencionar el humor que destilan algunas de las escenas, simple pero efectivo. El libro tiene un marcado carácter cinematográfico y como tal hay que tomarlo. ¿Quieres algo que te recuerde a Star Wars con mucha acción? Este es tu libro.