The Ocean at the End of the Lane

No me considero ninguna experta en Neil Gaiman, un autor del que he leído más bien poco y que creo que no se ajusta en demasía a mis gustos literarios. Pero, como hay que probar cosas distintas en esta vida y hacía ya tiempo que tenía pendiente The Ocean at the End of the Lane, dediqué unos días a su lectura.

La historia la relata el protagonista en primera persona, cuando ya adulto, vuelve al hogar de su infancia para un funeral y comienza recordar las peripecias que vivió con siete años, que prácticamente había olvidado. Por esta misma razón, se trata de un narrador no confiable, ya que lo que cuenta se puede interpretar de muchas maneras, como el producto de la imaginación de un niño o como una aventura de hadas real. Esta indefinición es uno de los pilares de la narración, teñida de realismo mágico.

La historia parece un tanto autobiográfica, hasta el punto en que un relato sobre criaturas que desean imponer su presencia en un mundo que no es el suyo pueda serlo, pero la descripción del protagonista recuerda por momentos a la infancia de Neil Gaiman, por lo que he podido informarme.

Las barreras entre el mundo mágico y el real son difusas en algunas zonas y hay criaturas que aprovechan estos intersticios para invadir el terreno que no les pertenece. Me ha recordado mucho a Coraline, una de las pocas obras del autor que conozco.

El relato es pausado y aunque tiene momentos de miedo y algo macabros, en realidad The Ocean at the End of the Lane es una versión un tanto descafeinada de obras que ya conocemos del autor. La prosa es musical y consigue ponernos en la piel del protagonista y el ritmo está bien llevado, pero no por ello deja de ser una obra menor.

Si eres seguidor de Neil Gaiman sin duda ya habrás leído esta obra y si no es así, probablemente preferirás empezar por otras de más renombre y reconocimiento. The Ocean at the End of the Lane se queda en un terreno de nadie que hace que pase desapercibida.

The Ocean at the End of the Lane está traducido al español por Mónica Faerna García-Bermejo.

The Winter Road

En esta ocasión he tenido la suerte de compartir lectura y reseña con Antonio Díaz. Os proponemos un juego, ¿sabríais decir quién ha escrito cada párrafo del post?

The Winter Road es la nueva novela de Adrian Selby un autor que ya nos llamó la atención con su primer libro Snakewood y al que decidimos seguir la pista tanto Antonio Díaz (@mertonio) como yo.

Esta novela está situada en el mismo mundo que Snakewood y se pueden ver muchas de las características ya patentes de la forma de escribir del autor, como el uso de un lenguaje coloquial y gramaticalmente incorrecto, en el que cuesta introducirse.

Aunque en esta novela ése recurso está menos exagerado que en Snakewood, sigue siendo un tanto molesto.

Selby utiliza de nuevo el sistema de pociones y brebajes que tanto nos gustó en su primera novela. Guerra biológica en el medievo. Pero me parece menos fresco y sugerente.

Es cierto que los personajes parecen farmacopeas andantes, haciendo especial hincapié tanto en los materiales necesarios como en las recetas que hay que seguir para la confección de las pócimas. De hecho, se da mucha importancia al aspecto económico de la narración, la relación entre coste y beneficio, tanto pecuniaria como físicamente.

También el aspecto físico de la gente es importante. Si has pasado un tiempo guerreando habrás tomado pociones y brebajes que te cambian permanentemente el color de la piel, que se convierte en una señal de estatus (o un estigma). A pesar del esfuerzo en retratar la sociedad de The Winter Road, el resultado es un tanto genérico. No encuentro rasgos distintivos de la clásica sociedad low fantasy.

Este es uno de los fallos de la novela, pero a mi entender tiene un problema estructural más grave. Mientras que nos estaba contando una historia se le va la mano con una trama que podía parecer secundaria pero que acaba siendo lo más importante del libro.

El juego de la novela con los dos momentos temporales (presente y pasado) me da a entender que es un desarrollo argumental buscado, pero pienso que habría sido más interesante una novela sobre las vicisitudes de la construcción de la carretera per se que el western crepuscular que resulta siendo.

Y el cambio de estilo narrativo “tradicional” al epistolar de los últimos capítulos no hace si no acentuar la sensación de un cambio de planes, de una pérdida de interés por terminar la narración una vez que se ha acabado la historia de venganza engañosamente secundaria.

También utiliza las cartas para dilatar temporalmente la narración, aumentado bastante la cantidad de hechos que ocurren a base de elipsis muy bien tratadas. Y casi como coda, consigue enlazar The Winter Road con Snakewood, aunque solo sea tangencialmente.

Sin embargo a mí el final epistolar me parece imprescindible. Sin él la historia queda inconclusa en cierto modo. Ésta es la segunda oportunidad que le damos a Selby, y aunque ninguna de sus novelas es mala, les sigue faltando algo para terminar de despegar. Para poder atreverme con él una vez más, la premisa tendría que ser terriblemente atractiva.

Sea of Rust

Sea of Rust estuvo nominada a los premios Arthur C. Clarke y aunque no terminara ganando, me llamaba la atención su sinopsis. Cuando Borja “por menos de un euro” Bilbao avisó que estaba en oferta, no dudé en hacerme con ella y he tardado muy poco en leerla, lo cual habla mucho en su favor.

La narración está situada en un mundo donde la humanidad no existe, ha sido aniquilada por las IAs que ellos mismos desarrollaron. Pero este mundo sin humanos dista mucho de ser idílico, porque las inteligencias artificiales han vuelto a caer en los mismos errores del pasado y en algunos nuevos: el egoísmo, la avaricia, la búsqueda de la divinidad y la uniformidad de criterio… En este contexto, seguiremos los pasos de Brittle, un robot modelo “cuidador” que se dedica a expoliar los restos de otros autómatas para negociar con sus partes. En un arranque de antropocentrismo, Cargill denominada a esta práctica “canibalismo”, lo cual nos debería dar una idea de la estrecha relación entre los humanos y las IAs.

Y es que el autor dota de una humanidad tal vez excesiva a los robots supervivientes. A pesar de que la misma definición de sintiente implica que sean capaces de modificar su programación, lo cierto es que la forma de actuar es totalmente humana. Hay dolor, hay empatía, hay sacrificio… lo que no vemos son cálculos fríos para conseguir los objetivos, por ejemplo. A mi entender este es el principal problema de la novela, aunque tiene otras dificultades menores como el tratamiento algo frívolo de la tecnología (ese Wifi que funciona sin necesidad de antenas, satélites ni ningún tipo de infraestructura…) y una coda que le quita algo de fuerza a la historia.

Y, sin embargo, he disfrutado muchísimo con la lectura. Sea of Rust combina capítulos en el presente con otros del pasado que sirven para relatar el arco “histórico” de la narración, para saber cómo se llegó a la situación actual. Pero creo que su principal función es relatar el descenso al infierno de la locura y el olvido, relatado por el propio afectado. Y es que los robots son capaces de perder la razón cuando el funcionamiento de sus piezas deja de ser óptimo. Las opciones que se abren ante ellos son escasas: abrazar la locura o intentar evitarla en una carrera de repuestos sin fin con un stock limitado de recursos. En este punto nos vuelven a mostrar su rostro más humano, con un ansia por la supervivencia que les lleva  a efectuar actos reprobables. La civilización reflejada en el espejo deformado de sus antiguos esclavos.

Recomiendo la lectura de Sea of Rust a pesar de los defectos mencionados. Realmente merece la pena.

Adrift

No tenía muchas referencias sobre esta novela ni sobre el autor, así que claramente nos encontramos ante un caso de “la compré por la portada” de esos que se dan algunas veces. Pero, ¿mereció la pena dejarse llevar por el impulso? Ahora lo veremos.

Adrift es una aventura espacial con un variopinto grupo de viajeros que se encuentran inesperadamente en una situación límite.  Mientras están haciendo una pequeña visita turística a una estación espacial en una nave que es poco más que un motor y una cabina, la colonia de la que parten es víctima de un devastador ataque que acaba prácticamente con todos los humanos allí presentes.

Ante esta tesitura, aflora lo peor y lo mejor de la raza humana, personificada en la decena y pico de personas que sobreviven al ataque. En este sentido, la novela es un claro ejemplo de la “literatura de desastres” que tiene su público propio.

La aventura no pretende ser aleccionadora y como tal hay que leerla. Es innegable que alguna de las situaciones por las que pasa el grupo merecen el calificativo de rocambolescas y que la suerte es un factor primordial en el desarrollo de la historia, pero la suerte siempre ha sido determinante para sobrevivir a una catástrofe y el autor no hace si no ahondar en este hecho.

La composición del grupo está muy bien pensada. Pertenecen a un amplio espectro de edades, profesiones, extracción social… Y aunque por supuesto nada es tan simple como pudiera parecer en un principio se les acaba cogiendo cariño. Se intercalan episodios “actuales” con flashbacks y reflexiones sobre el pasado que nos ayudan a entender mejor las motivaciones y las decisiones que tomarán los supervivientes.

La prosa es bastante funcional, con predilección por los diálogos bastante fluidos para hacer avanzar la narración. El comienzo es un poco lento pero luego toma una velocidad de crucero más que adecuada.

Llega un momento en el que el “misterio” del ataque acaba resultando bastante obvio y también me sobra un poco de la moralina final de la novela, pero si se lee como un entretenimiento ligero y con algún que otro toque juvenil, no se acaba defraudado.

The Cold Between

Hacía bastante tiempo que tenía pendiente la lectura de The Cold Between una novela que mezcla un poquito de space opera con una investigación de asesinato y de la que tenía pocas referencias. Tomando como excusa el proyecto #LeoAutorasOct empecé a leerlo y he de reconocer que aún sin ser una obra maestra, consiguió más que sobradamente entretenerme, como era su objetivo.

El primer capítulo del libro que transcurre 25 años antes de la acción propiamente dicha, planta una semilla de misterio en la desaparición de una nave espacial mientras supuestamente estaba realizando una evacuación totalmente normal. Con este pequeño aperitivo Bonesteel nos deja con una intriga que quedará pendiente a lo largo de toda la novela, en la recámara, mientras en realidad nos cuenta una investigación extraoficial sobre un asesinato llevada por el acusado del crimen.

Lo que más me ha gustado de la novela son los personajes. No digo que la ambientación fronteriza no sea interesante, aunque algo tópica, pero es que la protagonista y el elenco de secundarios son perfectamente creíbles, están trazados de una forma muy humana y tienen virtudes y defectos como cualquier humano. Son capaces de generar empatía en el lector, algo que no debe ser fácil.

La prosa es bastante funcional, pero le viene como anillo al dedo a un historia con tintes militares. No en vano la mayoría de los personajes pertenecen a una u otra organización militar, con sus jerarquías y cadenas de mando (aunque algunas veces se trata de manera muy laxa) y eso se nota en la forma de contar la historia y también en la relación entre los protagonistas.

El libro está también aderezado con su ración de sexo y acción, para salpimentar las transiciones entre un estado y otro. Aunque no son especialmente relevantes, creo que tampoco son superfluas.

Elizabeth Bonesteel ha creado una serie de novelas de space opera clásica, con sus pros y sus contras. No esperes encontrar aquí la novela que te cambiará la vida, pero si lo que buscas es diversión sin complicaciones en un entorno espacial, este libro es una apuesta segura.

Legion : The Many Lives of Stephen Leeds

Algunas veces tengo la sensación de ir contracorriente y esta no es una excepción. Cuando todo el mundo habla de Skyward, la nueva novela de Brandon Sanderson, yo me descuelgo con la reseña de Legion : The Many Lives of Stephen Leeds, un ómnibus que recoge las tres publicaciones que tiene el autor sobre este personaje.

Como ya reseñé la primera y la segunda, creo que será mejor centrarnos en la tercera entrega, que es la causa principal de haberme hecho con la recopilación.

Desde el principio de la narración, el autor ha estado preparando este acto final, dejándonos caer que alguien del pasado de Stephen le ayudó a controlar su paranoia mediante la creación de aspectos de su personalidad. Resulta por tanto bastante obvio que en este acto final tendría que hacer su aparición esta persona.

La prosa de Sanderson sigue fluyendo con facilidad a lo largo de las páginas y hay que reconocer que en esta ocasión no faltan escenas de acción. Me gustan especialmente los diversos niveles de realidad que va superponiendo, la realidad que percibimos los demás, la realidad virtual en la que se ve inmerso en algunas ocasiones y su propia realidad aumentada con la presencia de las distintas personalidades de su propia imaginación. Este juego consigue engañar al lector en algunas ocasiones, utilizando de forma magistral el narrador no confiable, del que Leeds es un ejemplo de libro.

No obstante, al final esta última entrega resulta algo precipitada. Parece que el autor quería finalizar la historia pero no quería dedicarle más tiempo del necesario y la acaba de forma apresurada y algo brusca. Aún deja la puerta abierta para alguna continuación en caso de que el mundo le vuelva a interesar, pero no parece su intención. Aunque claro, conociendo a Brandon Sanderson, lo mismo se descuelga con una continuación en la que articula que el mundo de Stephen Leeds también pertenece al Cosmere.

The Apex Book of World SF 5

Es de sobra conocida mi amistad con la editora de este libro, Cristina Jurado, pero quiero poner de manifiesto que he procurado que este hecho no influya en mi valoración. El proyecto de Lavie Tidhar con Apex World of SF cumple una labor muy importante y en esta su quinta entrega sigue al pie del cañón para mostrarnos relatos fuera de los sospechosos habituales.

Vina Jie-Min Prasad (Singapore) — “A Series of Steaks”

Estupendo comienzo para la antología con un relato justamente nominado a varios premios. Utilizando una tecnología tan en auge como la impresión en 3D, la autora profundiza en otros temas como la desigualdad social y la lucha contra el hambre. Muy recomendable.

Daína Chaviano (Cuba) — “Accursed Lineage” (traducido por Matthew D. Goodwin)

Menos de mi gusto por su acercamiento al terror, este corto relato nos muestra la visión desde el otro lado.

Darcie Little Badger (USA/Lipan Apache) — “Nkásht íí”

Basándose en la mitología de su pueblo, este cuento nos habla sobre la comunicación con el más allá y la relación con los fantasmas.

T.L. Huchu (Zimbabwe) — “Ghostalker”

También habla sobre la relación con los muerto T.L. Huchu, pero con una aproximación más amigable y entretenido, aunque he de reconocer que la brusquedad del final le roba algo de valor a “Ghostalker”.

Taiyo Fujii (Japan) — “Violation of the TrueNet Security Act” (traducido por Jim Hubbert)

Un relato sobre la posibilidad de la aparición de una verdadera IA entre los restos de Internet bastante creíble.

Vandana Singh (India) — “Ambiguity Machines: An Examination”

Me ha encantado este mash-up de historias sobre máquinas imposibles, escrito con una delicadeza que más que exponer acaricia la mente. Quizá el mejor de la colección.

Basma Abdel Aziz (Egypt) — “Scenes from the Life of an Autocrat” (traducido por Elisabeth Jaquette)

Crítica feroz al totalitarismo, que es capaz de creerse por encima del mal y del bien dictando leyes que se deben cumplir a rajatabla. Y también crítica a un pueblo adormecido que se deja llevar por la comodidad de una vida impuesta.

Liliana Colanzi (Bolivia) — “Our Dead World” (traducido por Jessica Sequeira)

Desesperanzador cuento sobre la colonización de otros mundos, hecho que implica la renuncia a la propia vida.

Bo-young Kim (South Korea) — “An Evolutionary Myth” (traducido por Jihyun Park & Gord Sellar)

Este mito coreano sirve para que veamos cuán alejadas son las tradiciones y costumbres de otros países respecto a lo que estamos acostumbrados.

Israel Alonso (Spain) — “You will see the moon rise” (traducido por Steve Redwood)

Me ha resultado muy curioso leer un relato que sé que se ha traducido del español porque estaba intentando adivinar qué frases se habían utilizado en el original mientras leía el texto volcado en inglés. Aunque resulta un poco confuso al principio este es el efecto buscado desde un principio. Felicito especialmente a Steve Redwood por la traducción de los versos que no ha debido ser nada fácil.

Sara Saab (Lebanon) — “The Barrette Girls”

No ha conseguido convencerme este relato sobre en qué consiste realmente ser humano.

Chi Hui (China) — “The Calculations of Artificials” (traducido por John Chu)

Un mundo en el que se mezclas las personas reales con las inteligencias artificiales basándose en algoritmos evolutivos para impedir la destrucción de la humanidad. Curioso e intrigante, aunque en un momento determinado se descubre el pastel antes de tiempo.

Ana Hurtado (Venezuela) — “El Cóndor del Machángara”

No me ha gustado o no he comprendido esta leyenda sobre relaciones entre personas y aparecidos.

Karla Schmidt (Germany) — “Alone, on the Wind” (traducido por Lara M. Harmon)

El enfrentamiento entre dos tribus pertenecientes en el pasado al mismo mundo pero divididas desde tiempos remotos, de forma que hasta su evolución las ha llevado por derroteros distintos. ¿Se puede llegar a amar lo que es diferente?

Eliza Victoria (Philippines) — “The Seventh”

Una vida truncada y repetida en un lugar maldito. Relato de terror que no llega a buen puerto.

Tochi Onyebuchi (Nigeria/USA) — “Screamers”

Investigación policial sobre unos actos de terrorismo capaces de una violencia extrema aparentemente indescifrables.

R.S.A. Garcia (Trinidad y Tobago) — “The Bois”

De nuevo una historia sobre tribus legendarios con poderes mágicos que no acaba de encajar.

Giovanni De Feo (Italy) — “Ugo”

Otro de los relatos más interesantes de la recopilación, jugando con la posibilidad de viajar en el tiempo al propio cuerpo (muy en la línea de La mujer del viajero en el tiempo) pero con más vueltas de tuerca para hacerlo memorable.

Como en toda recopilación, hay relatos que me gustan más y algunos que me gustan menos. Sin embargo, el nivel general es bastante bueno, la representación mundial está bastante extendida (con lógico hincapié en las obras de origen hispano) y con una selección de autoras nada desdeñable. Enhorabuena a Cristina por su encomiable labor.

Unidentified Funny Objects 7

Ya se han publicado siete entregas de estas recopilaciones humorísticas y sigue manteniendo la frescura de su humor de género, con relatos más o menos graciosos. La tendencia al surrealismo y al absurdo no es una corriente que me guste demasiado, pero los demás relatos compensan este giro.

“The Dragon, the Drudge, and the Drone” de Esther Friesner

El relato que da comienzo a esta entrega juega con una situación muy común (un jefe abusón) y una no tanto (invocar a un dragón). Añadiendo un pequeño elemento de tecnología tan de moda como son los drones, se convierte en una historia entretenida aunque previsible.

“Chad vs. the Rebel Alliance” de Shane Halbach

Los clones están de moda (Six Wakes, Death of a Clone) algo que se nota en este relato. ¿Puede un clon desarrollar su propia personalidad? Aquí tendremos la respuesta.

“The Secret Destiny of Heroes” de Matthew Bailey

Un tropo más que típico de la fantasía es el viaje del héroe destinado a acabar con el Señor Oscuro de Turno TM, y esta historia no hace si no reciclar este tópico.

“Old School: An Oral History of Captain Dick Chase” de Val Nolan

Leyendo esta historia no me podía quitar a Zapp Brannigan de la cabeza, pero el personaje de Futurama es mucho mejor que Dick Chase.

“Take Meme to Your Leader” de Jennifer Lee Rossman

La moda de los memes llevado a un extremo tan absurdo que resulta incluso graciosa.

“Contractual Obligations” de C. Flynt

Brillante relato que mezcla maldiciones con el ejercicio de la abogacía en un mundo fantástico. Me encantaría leer más historias con este transfondo.

“Bimple Bimple Bop Bop” de Richard Anderson

Absurdo hasta decir basta, el descubrimiento de una nueva fuente de energía lleva a consecuencias no deseadas a la humanidad.

“The Sit Down” de Laura Resnick

Mezcla entre un primer contacto extraterrestre y la mafia de New Jersey con accidente automovilístico añadido. Entretenido.

“The Ebony Egg” de David Vierling

Típica historia detectivesca de chica que entra en el despacho del detective privado con una petición. Solo que la chica en este caso tiene tentáculos y el objeto que se quiere recuperar trae de “cabezas” (porque tienen más de una) a varias razas galácticas.

“The Day After Halloween” de Greg Sisco

Crítica nada velada a la sociedad consumista en la que están inmersos nuestros retoños, principalmente por nuestra culpa.

“Falling’s Free, Gravity Costs” de Seanan McGuire

Otro relato en el que los clones tienen el papel principal, pero que dista mucho del anterior. No es de lo mejor de la autora y no destaca especialmente en esta recopilación.

“Mission Log Nuptuals” de Langley Hyde

Con una estructura poco habitual en un relato corto basada en entradas de diario, vemos los avances de un humano en su intento de casarse con una alienígena. Los temas tratados son tan tópicos como la relación con los suegros, pero aún así consigue arrancarte una sonrisa.

“Quick Cash in the Old Kingdom” de Elin Korund

Un relato que recuerda al humor de películas como La Momia y que logra acertar de pleno en la diana. Para ser el primer relato de la autora, es un logro considerable.

“Key Fang and Klaw” de Fred Stesney

Me ha recordado mucho a una recopilación de John Joseph Adams que reseñé hace ya tiempo y en la que no habría desentonado para nada. El enfrentamiento entre tecnología y magia con cierto interés inmobiliario de por medio.

“The Vampire’s Apprentice” de Gini Koch

Me ha encantado este relato, de tipo epistolar, donde un joven aprendiz se traslada a Transilvania para servir a su nuevo señor, un tal Conde Alucard. Es de los mejores del libro.

“The Assassination of 2063” de David Vaughan

Aprovechando el gusto por las teorías conspiratorias del público en general y de los estadounidenses en general, David Vaughan escribe esta historia divertida y postapocalíptica (sí, ambas palabras pueden ir en la misma frase) sobre presidentes y atentandos contra su vida.

“Dethroning the Champeen” (un relato de Lucifer Jones) de Mike Resnick

No tengo recuerdo de haber leído más relatos de Lucifer Jones, pero si fueron tan previsibles como este es normal que lo haya olvidado. Tratando muchos de los tópicos de Australia con no demasiada gracia, Mike Resnick hace su contribución a esta recopilación.

“Spear Carrier’s Union #109” de Jamie Kress

Tan corto como efectivo, Kress utiliza todos los clichés de las series de instituto para conseguir su objetivo de hacernos reír. Y lo logra.

“The Fermi Loneliness Problem” de Beth Goder

Una nueva aproximación a la paradoja de Fermi con un humor sutil pero que nos da una idea de la imposibilidad de comprender al alien.

“Three Ways to Leave Hawaii” de Zach Shephard

Jugando con realidades alternativas y también con un toque absurdo, este relato me parece un buen final para una antología que mantiene un buen nivel en casi todos sus relatos.

También me gustaría hacer hincapié en las ilustraciones interiores que trae el libro, obra de Barry Munden y que se adaptan perfectamente al tono de la lectura, siendo un añadido no imprescindible, pero muy disfrutable.

The Winged Stories

Dentro del proyecto #LeoAutorasOct decidí revisitar una escritora que en su momento no me convenció pero que tuvo grandes alabanzas por parte de la crítica. Me estoy refiriendo a Sofía Samatar y su libro The Winged Stories.

La acción se sitúa de nuevo en Olondria, ese país desconocido en el que ya asistimos a los viajes de Jevick. Pero en esta ocasión la estructura escogida es distinta, ya que el libro lo conforman cuatro relatos entrelazados entre sí.

La prosa vuelve a ser de una precisión milimétrica e incluso se diría que más mesurada que en A Stranger in Olondria, por lo que resulta un placer entretenerse en leer algunas de las descripciones del pintoresco folclore ideado por la autora. Y sin embargo, la novela sigue siendo fallida para mí. En esta ocasión lo que no funciona es la propia historia, que no consigue captar mi interés.

Y no será por falta de intrigas palaciegas o rebeliones cortesanas, de las que el libro viene cargado. Incluso se puede decir que existen algunas escenas de acción (no demasiadas). Pero es el ritmo del libro y la trama lo que no acaba de funcionar. Algunos de los saltos temporales, en los que va a explicando temas del pasado son tan abruptos que hace falta reflexionar mientras vas leyendo sobre en qué momento está sucediendo lo narrado. Y realmente no queda claro qué está haciendo cada personaje debido a estos cambios tan acusados en la línea temporal.

También es posible que la absoluta falta de empatía que despiertan los personajes me haya sacado de la narración. Y es que las distintas historias familiares que se entrelazan podrían haber dado mucho juego, pero creo que se desperdicia esta posibilidad en aras de una claridad expositiva que tampoco se consigue.

En resumen, The Winged Stories, amplía la mitología de Olondria, incluso nos deja ver cómo funcionan algunas de sus sociedades más distantes, desde la trashumancia a la vida en los castillos más emperifollados. Se puede tomar como un estudio de la mitología propia de esa tierra e incluso alguno de sus alegatos religiosos hubieran merecido más exposición, pero al final estos puntos interesantes se pierden en una trama deslavazada e innecesariamente enrevesada.

An Unkindness of Magicians

Estoy llevando a cabo un #LeoAutorasOct de lo más variado, intentado no repetir autora ni casi tampoco subgénero, así que An Unkindness of Magicians me parecía un buen acercamiento a la fantasía urbana que todavía no había incluido en la “lista”.

Es una novela que empieza con fuerza, situándonos en el mundo actual que sin saberlo convive con el mundo mágico. Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol, con una entorno que recuerda mucho a la serie The Magicians, pero sin llegar ni de lejos a su complejidad. El libro empieza con una competición mágica de cuyos resultados depende el orden del Unseen World para los siguientes años. Las dinámicas de poder y las alianzas entre las Casas ayudarán a dilucidar quién llevará la voz cantante en las decisiones de los próximos tiempos, pero de repente aparece una fuerza disruptiva que cambiará el curso esperado de los acontecimientos.

Kat Howard hace un uso excepcional de los diálogos, aportando información y trasfondo a un libro que de otra forma se habría quedado en una novela muy convencional. Me gustan especialmente las descripciones de los duelos mágicos, que van subiendo en la escala de intensidad y peligro conforme van quedando menos contendientes.

Sin embargo, el devenir de la narración es bastante trillado. Los giros en el argumento son previsibles y el final resulta bastante precipitado. Me parece una oportunidad perdida, porque el escenario tenía los mimbres necesarios para plantear una historia muy interesante, pero en realidad resulta ser demasiado maniqueo, no hay apenas escala de grises tanto en los personajes como en sus acciones.

Me gustaría pensar que la inspiración para Kat Howard fue el maravilloso relato “Los que se alejan de Omelas” de LeGuin, sobre las consecuencias de un estado de bienestar basado en el sufrimiento de una minoría. Pero le falta mucha profundidad para poder siquiera compararlos. Se trata de un libro entretenido y divertido, para pasar el rato y saltar al siguiente de forma automática.