War Criminals

De nuevo tenemos el privilegio de contar con @mertonio en la reseña compartida de esta novela, que esperamos os guste.

Cuando empecé la lectura de la tercera entrega de la saga Bastard Legion, no entendí casi nada aparte de booom, ziu ziu, y crash. Es un inicio frenético y un tanto confuso. Smith nos mete de lleno en la acción y nos bombardea con muchos términos bélicos, especialmente modelos de armas, robots y tecnología de guerra. Es su marca de la casa y no resulta excesivo en general.

La novela ahorra mucho en introducciones porque usted todos los personajes relevantes son conocidos. Mishka, comandante a la fuerza de un grupo de convictos obligados a servir en su ejército personal, continúa trabajando como mercenaria mientras busca a los asesinos de su padre.

Pero en esta ocasión la fórmula no le acaba de funcionar a Gavin Smith. No sé si por agotamiento del personaje o de la propia historia, el libro no consigue enganchar como los volúmenes anteriores.

A pesar de lo atractivo de la premisa, la saga no termina de dar el paso hacia la resolución de estos conflictos (y otros secundarios que van surgiendo). Este efecto chicle, esta conclusión que se promete pero no llega, daña mucho la narración.

La trama principal de esta entrega corre alrededor de la idea de los crímenes de guerra y el encubrimiento. Se nota una inspiración por el cine moderno basado las guerras de Irak y Afganistan donde ejércitos privados cometían atrocidades y posteriormente las encubrían. Aunque la idea no es mala, queda empañada por esas expectativas no realizadas.

La crítica es continua y quizá precisamente por ese bombardeo constante pierde fuerza el mensaje. Como entretenimiento pasajero al que no dedicar gran parte de tu cerebro la novela cumple con creces e incluso el conflicto de gran escala que se deja entrever al final acaba dejando con ganas de más, pero al contrario que la segunda entrega, el regusto no es tan dulce.

Las mejores partes son, posiblemente, las dedicadas al grupo de élite dentro del ejército de Mishka, donde alista a los peores criminales para realizar misiones no autorizadas (black ops). El autor nos muestra algo de su tendencia al terror y al gore con la presentacion de la Patrulla Nightmare, un grupo de presos cuya característica menos reseñable es cierta querencia por el canibalismo.

No todo es negativo en la novela. Las escenas de acción están muy bien narradas, la protagonista absoluta sigue teniendo diálogos ingeniosos y un monólogo interno bastante divertido. Los secundarios quedan, quizás, un poco más desdibujados que en los otros libros.

Gavin Smith y su saga de ciencia ficción limitar siguen en nuestro punto de mira en su próxima entrega, aunque esperemos que vaya más al grano y no se distraiga tanto con la paja.

The Bastard Legion : Friendly Fire

Hace unos días Gavin Smith estaba ofreciendo por Twitter códigos para escuchar el audiolibro de The Bastard Legion : Friendly Fire y tuve la suerte de poder ponerme en contacto con él para hacerme con uno. Ya había leído la primera entrega de la serie y sentía cierta curiosidad por saber cómo había continuado la historia, ya que tenía mucho potencial.

Las virtudes que ya estaban presentes en la primera historia de Miska Storrow aquí aparecen aumentadas. Los diálogos son realmente divertidos y el hecho de ya conocer el escenario libera al autor de explicaciones superfluas para permitirle ir más al grano. Se trata de un libro tremendamente ágil, con unas escenas de acción que parecen coregrafiadas por un experto en combate armado. Es cierto que la extrapolación de las agencias americanas habituales (CIA, NSA, FBI…)  en el espacio es de una gran simplicidad y que hay algún que otro momento de batiburrillo de siglas para definir armas, pero el resultado acaba siendo más limpio que otros libros de ciencia ficción militarista. El hecho de que la misión encargada a Miska sea dentro de las operaciones encubiertas más oscuras imaginables también le permite ponerse en contacto con muchas bandas criminales, de nuevo, meras extensiones de las ya existentes (cosa nostra, yakuza…). Me chirría un poco una expresión en italiano que creo que no está bien escrita, pero es un detalle nimio (el plural de “soldato”, sería “soldati”, creo yo).

La gran cantidad de recursos a su disposición dentro de la “plantilla” de The Bastard Legion no está bien reflejada, ya que vuelve a utilizar más o menos los mismos personajes, cuando podría haber escogido otros distintos más acordes a la misión. Sin embargo, es hasta cierto punto comprensible, aunque yo no lo comparta, que vuelva a hacer uso de los mercenarios que ya conoce.

De los personajes secundarios no pertenecientes a la Legión me quedo con cierto familiar de uno de los soldados, que sería un molde perfecto para cualquier definición de “tipa dura”.

Además, Smith se reserva para el final una vuelta de tuerca que nos deja con mucho interés por seguir leyendo la siguiente entrega y consigue cambiar un entretenimiento palomitero más que correcto aunque no memorable por una novela que afianza más un universo con muchas posibilidades.

En cuanto a la calidad del audiolibro, he de decir que la narración Amy Finnegan es estupenda. La dicción es muy clara y aunque algunas veces ha de impostar la voz en exceso para recrear las distintas características de los personajes, por lo general hace muy buen trabajo identificando cada uno de ellos. Narra un libro de acción sin dejarse llevar en ningún momento por la rapidez de las escenas, manteniendo en todo momento la claridad en la exposición. Muy buen trabajo.

Special Purposes : First Strike Weapon

Me cuesta un gran esfuerzo leer literatura de terror, a pesar de haberlo intentando en ocasiones por aquello de ampliar miras. De entre todas las criaturas que campan a sus anchas por el género los zombies no son los que más odio (ese lugar me temo que está reservado para los vampiros), pero tampoco es que la casquería me agrade. Y sin embargo, pensé darle una oportunidad a Special Purposes : First Strike Weapon, por si el componente militar y de acción compensaba la otra parte. Grave error por mi parte.

La acción se sitúa en plena Guerra Fría, lo que permite a Gavin Smith hablar del conflicto entre EE.UU. y la U.R.S.S. Entiendo que esta situación temporal es una apuesta segura, para escenificar con facilidad quiénes son los “malos” y los “buenos”, sobre todo teniendo en cuenta quién realiza el ataque que causa el apocalipsis zombie. Este maniqueísmo tiene cierta modulación con los protagonistas de la historia, pero realmente lo que queda de manifiesto es la maldad intrínseca del ser humano, oculta bajo una ligera capa de civilización.

Sin ser una experta en la materia como ya digo, pero hablándolo con alguien que sí lo es, las situaciones del libro van de tópico en tópico. La huida por las calles de la ciudad, la reclusión en un recinto cerrado sin posibilidad de escapatoria, el campamento donde los ataques zombis sirven de espectáculo… todo ya conocido.

Quizá pueda resultar más interesante la panoplia de armamento de la que hacen uso los soldados. Si se hace una búsqueda de las distintos rifles de asalto, lanzagranadas o ametralladoras veremos que Smith ha hecho un buen trabajo de documentación en la materia.

En cuanto al gore, pues es abundante, como corresponde a un libro de este subgénero. Afortudanamente para mí, está concentrado en ciertas escenas de “acción” mientras que en otros momentos de reflexión o de tranquilidad hay incluso diálogos. Bastante secos y cortantes, pero adecuados a los personajes.

Con Special Purposes : First Strike Weapon se me han quitado las ganas de leer más libros de este tipo. Puede que a algún seguidor de los zombies le interese, pero está claro que conmigo no ha conseguido superar mi barrera de entrada.

The Hangman’s Daughter

La ciencia ficción militar, cuando solo habla de batallas, no suele ser plato de mi gusto, ya que acaba aburriendo. Pero cuando se mezcla con otras cosas, puede dar lugar a maridajes atractivos. En este caso Gavin Smith salpica todo el libro con un humor un tanto especial, pero apropiado al mensaje.

La idea subyacente a la serie The Bastard’s Legion, de la que The Hangman’s Daughter es la primera entrega, es muy conocida. Utilizar a los reclusos más peligrosos para llevar a cabo misiones prácticamente suicidas. Es como ver Los doce del patíbulo pero en versión corregida, aumentada and in space! (las cosas siempre son mejores en el espacio) . La forma de hacer que los miembros de esta legión obedezcan a las órdenes de la protagonistas es con una preciosa alhaja en forma de collar-bomba (tampoco en esto brilla por su originalidad).

El elemento diferenciador es la protagonista, Miska Storrow, una ex-marine con experiencia en operaciones encubiertas y con unas relaciones familiares cuando menos tormentosas. Miska roba un penal entero con sus reclusos (para qué andarse con chiquitas) y lo utiliza para vender sus servicios mercenarios al mejor postor.

Miska es un personaje sin medias tintas, o la odias o te encanta. El término ambigüedad moral se queda corto para definir su código de conducta. Por si faltara salsa para este libro, el entrenador virtual de los reclusos es el padre muerto de Miska, con el que mantiene algunos diálogos realmente hilarantes.

Si soy sincera, de las escenas de combate, que las hay y muchas tengo un recuerdo nebuloso, mucho bang, bang y fiu fiu, pero no me ha quedado mucho, aparte de una retahíla enorme de siglas y números para nombrar todas las armas habidas y por haber. Pero los diálogos si que están presentes y me han hecho soltar alguna que otra carcajada, a pesar de su manía de ponerse a hablar de asuntos personales en mitad del fuego cruzado. ¿No había un sitio mejor?

The Hangman’s Daughter es recomendable si quieres un rato de diversión sin complicaciones in space!