Chains of the Heretic

Uno de los propósitos que tengo este año es terminar algunas trilogías que hace tiempo se quedaron a medias. Así que cogí Chains of the Heretic con cierto respeto por ser tan larga y además con pocos recuerdos de los libros anteriores, porque hace bastante que lo leí. Afortunadamente, este libro es el mejor de la trilogía y es un ejemplo estupendo de fantasía épica, así que lo he devorado.

Quizá lo que más destaque del libro son las batallas, narradas con un sentido del movimiento que trasciende la página, consiguiendo un resultado que no resulta confuso para nada. Desde escaramuzas a grandes enfrentamientos, cada una contada con acierto y crudeza. Al principio del libro se hace un descubrimiento que cambia los planes que pudiera tener el capitán Killcoin, con la aparición de unos enemigos con características muy especiales a las que se tienen que adaptar los guerreros. En este sentido, me agrada especialmente que las sugerencias del narrador, el archivista Arki, sean tenidas en cuenta.

Y es que Arki ha recorrido un camino hacia su madurez desde las primeras páginas de Scourge of the Betrayer. Incluso va aprendiendo a luchas, dentro de su torpeza y falta de entrenamiento, pero poco a poco va consiguiendo que sus relaciones con los demás miembros del batallón sean más profundas. Como ya he dicho, me parece especialmente importante que sus ideas y sus pensamientos, como hombre de letras, influyan en el desarrollo de los acontecimientos, cuando lo normal es que la lucha se resuma en “ve hacia allí y mata todo lo que te encuentres”.

Es cierto que el libro es muy largo y eso pesa objetivamente en su contra. Ya no tengo la misma paciencia para los tochos (parece mentira porque precisamente ahora me acabo de empezar otro de esos que hacen que desarrolles los bíceps) que tenía antes, pero Chains of the Heretic no tiene excesivos problemas de ritmo. Salyards consigue mantener el interés de la historias con giros de trama y acción, además de momentos de charla que llevan a revelaciones que hacía tiempo que esperábamos. En este sentido, es una novela bastante equilibrada.

Tengo muchas ganas de leer algo nuevo de este autor, uno de los primeros en concederme entrevistas para el blog, pero no he tenido noticias de su trabajo. Esperemos que su siguiente obra consiga mantener el listón tan alto al que ha llegado con este libro. Todos lo disfrutaremos.

Priest of Lies

Priest of Lies es una continuación perfecta de Priest of Bones, ya que sigue el mismo camino ya trazado por el autor en la primera entrega de la serie, pero aprovechando para ampliar tanto el escenario como el número de personajes y su profundidad.

Los recursos que utiliza Peter McLean para esta novela siguen siendo una primera persona muy creíble, en la narración de Thomas Piety, líder mafioso de la ciudad de Ellinburg. Se siguen tratando temas como los problemas mentales de los supervivientes de la guerra, pero en lo que más se ahonda es en la trama de espionaje y luchas de poder, cosa que me parece muy acertada. También conoceremos algo más del pasado de algunos personajes que no habían recibido la atención del autor antes, probablemente por falta de espacio. Aunque la construcción del mundo es bastante clásica, no por ello deja de ser atractiva.

Lo que resulta todo un acierto es la forma en que el autor utiliza los primeros capítulos para recordarnos lo acontecido en la novela anterior, sin tener que recurrir a un resumen, integrándolo de forma muy adecuada en la propia narración. El Dramatis Personae también ayuda, claro, pero realmente lo he consultado muy poco una vez que la lectura iba a avanzando, porque los nombres y los personajes son los suficientemente únicos como para distinguirlos unos de otros.

Uno de los problemas de esta primera persona tan acentuada son ciertas repeticiones en la forma de hablar, algo típico en el relato de una sola persona ya que todos tenemos muletillas. Sin embargo, creo que se podría haber suavizado este extremo, que en ocasiones resulta cansino.

Como novedad respecto a Priest of Bones durante una serie de capítulos cambiamos de escenario hasta la capital del reino. En este momento las intrigas cortesanas comienzan a tomar mayor relevancia y aparece un personaje que sin duda resultará muy relevante en el siguiente libro, una suerte de Eminencia Gris al que me gustaría se hubieran dedicado más páginas.

Aparte de estas tramas más políticas, las luchas de poder entre las bandas rivales también tienen un componente de violencia desatada muy en la línea con lo que se espera de unos mafiosos que luchas por controlar las calles de la ciudad. McLean no duda en representar esa crueldad inherente a la guerra sucia e incluso se regodea en ello, con el castigo a una traición relatado pormenorizadamente, por ejemplo.

Me gustaría hacer referencia al tratamiento de las relaciones homosexuales, de forma natural e incluso respetuosa, aceptada por todo los personajes.

Siento verdadera curiosidad por la siguiente entrega de esta serie y espero leerla cuando esté disponible.

Seven Blades in Black

Sentía curiosidad por leer algo de Sam Sykes por una razón tan pedestre como lo entretenido que es seguirle en Twitter. Desde que junto a Chuck Wendig crearon este hilo, pensé que sus novelas al menos tendrían que ser divertidas. Así que comencé Seven Blades in Black con alguna que otra esperanza.

Lo primero que llama la atención es la fortísima personalidad de la protagonista, Sal the Cacophony, una renegada con una misión de venganza. Y menuda venganza, algo capaz de hacer sonar todas las “alertas Montecristo” para aquellos que gustan de este tipo de historias.

La novela está estructurada a base de flashbacks que van variando el marco temporal para que vayamos descubriendo el pasado de Sal desde la celda en la que espera su ejecución. En este sentido, Sam Sykes dosifica la información de manera muy acertada para que sigamos leyendo con interés cada una de las revelaciones que va dejando caer.

También es cierto que a pesar de tratarse de una historia de violencia y sacrificios muy dura, los toques de humor que me atrayeron hacia el autor en primer lugar siguen estando presentes. Parece que es su marchamo de calidad. Porque ya me diréis si no a quién se le ocurriría tener una lucha a muerte entre magos muy poderosos mientras hablan educadamente sobre la ópera.

Sin embargo, la novela también tiene defectos. Se me ha hecho pesada por momentos, con Sal deambulando de un lado a otro para encontrar a sus futuras víctimas y muchas veces avanzando a base de casualidades. Tampoco sé si es totalmente creíble la relación de amor-odio que tiene la protagonista, aunque en este caso puede que Liette simplemente no pueda dejar atrás una relación tóxica como pocas.

La primera aproximación a la obra de Sam Sykes me ha dejado con curiosidad por leer algo más, pero tampoco con la necesidad de coger inmediatamente una nueva novela suya, así que dejaré reposar esta curiosidad hasta otro momento en el futuro.

Lago negro de tus ojos

Algunos guionistas de cómics, sobre todo los que también son ilustradores, utilizan storyboards para comunicar sus ideas al dibujante que finalmente las plasmará en las páginas del tebeo, utilizando un medio visual para transmitir algo que habitualmente se hace por escrito. Guillem López se apropia de esta idea añadiéndole un nuevo giro de tuerca, ya que lo que hace es transmitirnos por medio de la palabra escrita aquello que normalmente nos llega a través del medio visual.

En el aspecto formal me parece muy interesante la aplicación de esta y otras técnicas durante la escritura de la novela. Aunque está relatada en primera persona, la falibilidad intrínseca a alguien que está narrando sus recuerdos se une el poca confianza que inspira un narrador no confiable.

Es también todo un logro el ambiente opresivo que exuda cada página del libro, con una sensación de asfixia que se apropia del lector nada más empezar las primeras páginas.

Sobre la trama, el punto de partida es la vuelta al pueblo del que salió huyendo de una periodista encargada de investigar un fenómeno cósmico que todavía no ha sido convenientemente explicado. Pero el contraste entre esa laguna misteriosa que parece una puerta a otro mundo y las miserias de la vida en un lugar donde todo el mundo se conoce quizá no causa tanta impresión como esperaba. Lo que si mueve la curiosidad son las alusiones veladas al pasado de la periodista, dejando entrever una historia oscura y terrible.

El desarrollo de Lago negro de tus ojos, sin embargo, camina por otros derroteros. He de reconocer que el género de terror no es de mi gusto, así que no he sido capaz de disfrutar el último libro de Guillem López como me hubiera apetecido. El desasosiego y en ocasiones el asco me impedía seguir con la lectura de una forma constante, aunque entiendo que hay muchos seguidores del género que disfrutarán enormemente del libro.

David Mogo, Godhunter

Con este título y con el interés que está despertando en mi últimamente la literatura de origen africano, no podía pasar mucho tiempo antes de que leyera David Mogo, Godhunter. No he encontrado lo que buscaba, principalmente por problemas estructurales de la novela, pero puede que otro lector la disfrute más que yo.

El primer escollo que me encontré fue el lenguaje de los diálogos. Entiendo que no puedo esperar un perfecto inglés si se quiere algo de realismo en la ambientación africana, pero es que la mayoría de las conversaciones tienen lugar en una mezcolanza de palabras y fonemas que puede llegar a resultar desesperante. No creo que sea un experimento formal como el que realizó Iain M Banks con su El Artefakto, me temo que es una búsqueda de verosimilitud que ha traspasado la frontera de lo comprensible.

Con este obstáculo en el camino, seguía dispuesta a hacer un esfuerzo extra en la lectura, ya que la mitología yoruba me resulta fascinante desde mi desconocimiento. En ese aspecto, el libro ofrece mucha información aunque algo desestructurada, sirviendo de puerta de entrada para quien quiera profundizar más en el tema a través de nombres y referencias. Puede despertar nuestro interés aunque tampoco la representación mitológica sea totalmente fidedigna debido a la presencia de varios panteones y a las necesidades propias de la narración.

No se puede describir el libro como un fix-up, pues aunque tiene tres partes claramente diferenciadas, tampoco es que el autor haya realizado un trabajo exhaustivo para unirlas, utilizando de forma repetitiva unas elipsis tremendas. En cada tramo, justo cuando se alcanza el clímax, se corta la narración y se comienza otro relato en otra parte. Aunque conserva los mismos protagonistas y es continuada en el tiempo, crea la sensación permanente de que el autor nos está escamoteando algo.

No puedo recomendar el libro para un lector con gusto similares a los míos, pero si lo interpretamos como una serie de aventuras fantásticas en Lagos con algo de trasfondo mitológico, si puede ser de tu gusto.

The Queen of Crows

Otro de los aspectos del polifacético Myke Cole es su labor como historiador militar. Aunque su último libro Legion versus Phalanx no está situado en la Edad Media, nos da una idea de la seriedad en la representación de las batallas en su obra de ficción, de la que The Queen of Crows es un muy buen ejemplo.

Siguiendo los hechos acontecidos en The Armored Saint, el pueblo de Heloise se prepara para la inminente llegada del enemigo. Hay que decir que en esta segunda entrega el autor explora algo más las relaciones entre los personajes, las posibles alianzas y traiciones de los que solo buscan sobrevivir e incluso nos presenta una nueva “raza” que puede dar mucho juego en el volumen final.

Pero el grueso del libro lo siguen constituyendo las batallas y en este sentido, Cole nos ofrece para todos los gustos. Cargas de caballería contra infantería, asedios con toda la logística correspondiente y batallas mágicas, todo ello aderezado por la presencia de un “mecha” que como es lógico, desequilibra el combate individual pero quizá no tanto el resultado final. En este sentido la novela es “realista”, ya que no dota de invencibilidad a ningún artilugio mecánico, y se muestran tanto sus muchas fortalezas como sus inevitables debilidades.

Si bien es cierto que la ambientación recuerda poderosamente el mundo de Dragon Age, también hay un poso de revolución y justicia social en esta trilogía, de búsqueda de mejorar las condiciones del pueblo llano aunque sea a costa de su sangre. Por otra parte, se deja un poco de lado la reivindicación de la condición sexual de la protagonista, que aunque tiene alguna referencia deja de ser un tema principal en la trama.

La publicación de la entrega final está anunciada para noviembre de este mismo año, así que todavía estáis a tiempo para leer las dos entregas ya disponibles y disfrutar de una fantasía escrita desde la sensatez y la cordura.

The Gutter Prayer

Leí esta novela por recomendación de Alex, que con buen ojo la define como fantasía oscura y urbana.

Lo de fantasía urbana es impepinable porque prácticamente toda la novela transcurre en una sola ciudad, tanto en sus edificios como en sus túneles y catacumbas, desvelándose como un escenario que forma parte de la propia aventura. Y lo de oscura es casi inevitable en la fantasía moderna, de la que The Gutter Prayer es una buena muestra.

Gareth Hanrahan destaca principalmente por el estupendo desarrollo de su worldbuilding y en las razas que lo pueblan sus escenas. Quizá peca de no ser excesivamente original, puesto que los ghouls son viejos conocidos y algunas de las otras razas del libro recuerdan a R. Scott Bakker y su trilogía Príncipe de Nada, pero si las características de sus creaciones nos resultan familiares, lo que es novedoso son sus relaciones entre ellas, algo que denota un gran trabajo de creación de fondo que al final se acaba notando en la lectura.

La ciudad de Guerdon se libra de la guerra entre dioses que está teniendo lugar fuera de sus fronters por ser suministradora principal de armas alquímicas de ambos bandos, pero las mareas de refugiados que llegan a la ciudad amenazan el delicado equilibrio entre los poderes establecidos. Con este punto de partida, Hanrahan desarrolla una narración que implica tanto los hechos actuales como los antiguos, con intrigas apasionantes y planes que llevan años en desarrollo, con alguna que otra sorpresa y en general, con un tono creciente de violencia y tensión.

Si la historia está bien, lo que me ha terminado de enamorar los personajes de la novela. Tanto los protagonistas como los secundarios demuestran una profundidad muy atractiva, que de nuevo da fe del trabajo del autor. No solo los tres ladrones con los que empieza la historia, si no los demás que se van subiendo al carro aportan algo importante al fluir de la narración. Desde la admiración Spar por su padre y la imposible tarea de estar a su altura mientras la enfermedad va calcificando su cuerpo, a la evolución radical de Rat, un joven ghoul inconsciente. Los caminos no están trazados y no sabemos dónde van a acabar.

El ritmo es trepidante, algo muy de agradecer cuando estamos leyendo un libro de estas dimensiones. Como primera novela del autor, se me ocurren pocas críticas que realizar, así que no hago si no recomendarte su lectura. Seguramente la disfrutarás.

El arcano y el jilguero

Se ha hablado mucho y muy bien sobre esta primera novela de Ferrán Varela, así que tras la buena experiencia con La danza del gohut tenía buena predisposición para su lectura.

Lo primero que llama la atención es el cuidado lenguaje que nos muestra la novela. Por su ambientación y su clara inspiración en el imperio romano, se podía esperar unos giros un tanto arcaicos en los diálogos y descripciones pero no es eso lo más llamativo, si no la cuidadosa elección de cada palabra, unida a un vocabulario culto que se adapta muy bien al personaje protagonista de El arcano y el jilguero.

La novela es una historia de redención, si es que esto es posible para una figura casi mitológica como es el Arcano del Tormento famoso en todo el Imperio y sus aledaños por las torturas que inflige y su capa de rostros de víctimas de sus malas artes. Pero el mal absoluto no existe en la fantasía moderna y a lo largo del libro vamos descubriendo las verdaderas motivaciones de Mezen y en algún momento llegamos a empatizar con su causa. La idea sobre la que gira toda la narración es dilucidar si el fin justifica los medios. Un debate moral llevado con maestría por el autor, mostrándonos tanto el lado tierno de Mezen (por ejemplo en su relación con Susurro) como el más cruel y despiadado (cualquiera de sus escenas de tortura).

Me gustaría también hacer hincapié en el discurso sobre la ley y su aplicación que delata un poco la deformación profesional del autor y que me ha resultado muy interesante. Seguramente algún lector con más conocimiento del medio (no es que te esté mirando a ti, @mertonio, ¡no, qué va!) podría sacarle más provecho a estos comentarios pero en mí ha conseguido despertar la curiosidad.

Uno de los aspectos que menos me ha gustado durante la lectura es la gestión del tiempo, especialmente algunas elipsis brutales que no llegan a ser deus ex machina pero que se acercan peligrosamente a ese extremo.

El tratamiento de los protagonistas y secundarios que vamos conociendo a lo largo de la historia es muy complejo, dando lugar a personalidades profundas y polifacéticas. Me temo que se recurre demasiado a la violencia ejercida sobre las mujeres en forma de violación y sinceramente, preferiría que no se abusara de este recurso en la novela, ya que quizá haya otras formas de forjar la personalidad de los personajes femeninos.

Recomiendo sinceramente la lectura de El arcano y el jilguero para cualquier aficionado a la fantasía.

The True Queen

The True Queen es la secuela de la novela Sorcerer to the Crown, que tuvo muy buena acogida en su momento. El estilo de la segunda entrega es bastante continuista, por lo que sería bastante fácil afirmar que si te gustó el primero te pasará lo mismo con el segundo.

No obstante, Zen Cho también introduce algunas variaciones. En vez de seguir con el camino seguro utilizando como protagonistas a los mismos Zacharias y Prunella desplaza el foco a otro personaje exótico, aprovechando para hablar un poco sobre el colonialismo del Imperio Británico. Quizá lo que más me ha llamado la atención ha sido la descripción de una magia atípica en contraposición con la occidental, probablemente más conocida para alguien versado en la lectura de fantasía basada en la Regencia o en la época Victoriana.

También resulta interesante su reivindicación del papel femenino en la magia y por ende, en la sociedad. A través de la Escuela para Magas (traducción libre) se hace una crítica nada velada a la posición de la mujer como garante de la estabilidad del hogar y poco más. El libro está repleto de personajes femeninos mientras que la aparición de personajes masculinos es prácticamente testimonial.

Sin embargo, la historia tiene poca profundidad. Desde el principio se ve muy claro cuál es el “misterio” que “envuelve” a las hermanas Muna y Sakti, a pesar de que se pasen el libro intentando desvelarlo. El libro puede interesar más por el tránsito que se lleva a cabo que por desvelar la incógnita sobre la que gira la trama, pero no por ello deja de ser bastante previsible.

La comparación con Jonathan Strange y el señor Norrell que resultó inevitable con la publicación de Sorcerer to the Crown aquí se puede desdeñar, ya que Cho ha creado un mundo similar en algunos aspectos al de Susanna Clarke, pero ha conseguido reforzar las diferencias para seguir un trazado distinto.

En resumen, The True Queen es un pasatiempo agradable y poco profundo que convencerá a quienes les gustara la primera entrega.

A Big Ship at the Edge of the Universe

Por utilizar un símil gastronómico que se ajusta bastante a la opinión que tengo de esta obra, A Big Ship at the Edge of the Universe es un libro palomitero. No puedes pasarte la vida alimentándote a base de palomitas, pero son fáciles de tomar y satisfactorias hasta cierto punto.

La obra de Alex White requiere del lector que suspenda su incredulidad, porque desde el principio mezcla magia con “ciencia ficción”, una combinación algo arriesgada si se quiere ser riguroso, pero que puede dar mucha diversión si se acepta el juego. En su universo, casi todas las personas tienen un poder mágico determinado que depende de su “glifo”. Casi todas, porque una de las protagonistas, una buscadora de tesoros venida a menos sufre una extraña enfermedad que le impide utilizar la magia. La otra “protagonista”, aunque luego la novela se vuelve más coral, es una intrépida corredora de carreras de algo parecido a la Fórmula 1 a punto de conseguir el Campeonato Pangaláctico.

El ritmo es bastante acelerado y trepidante, algo que le viene bien a una aventura que mezcla arqueología espacial con grandes conspiraciones y que adereza el resultado con batallas espaciales y combates cuerpo a cuerpo. Como ya digo, es muy divertida e incluso tiene algunos momentos más reflexivos sobre los horrores de la guerra, pero la verdad, son una línea en el agua. Aquí lo que queremos son carreras, explosiones y magia a raudales.

La prosa es bastante funcional y no se detiene en grandes alharacas. Los personajes no están especialmente bien definidos, aunque la trama de los veteranos de guerra le da algo más de empaque al trasfondo que tampoco es que sea un edificio de hormigón armado.

Si te dejas llevar por la montaña rusa de emociones que provoca el libro, podrás perdonar los agujeros en la trama y las casualidades que la hacen avanzar. Incluso la resolución es un tanto precipitada y tramposilla, pero se lee en un suspiro.