The Trouble with Peace

En las galeras romanas existía una figura que marcaba el ritmo de los remeros a base de golpes de tambor y cuando estaba leyendo The Trouble with Peace no me costaba imaginar ese sonido dominado por Abercrombie, capaz de marcar un ritmo hipnótico desde el principio de la novela y que este vaya in crescendo conforme vas devorando los capítulos.

Y es que el autor de Lancaster es todo un maestro en la gestión del tempo de sus libros, manteniéndote atado a sus páginas gracias a sus maravillosos personajes, su convulsa trama y una dosis de culebrón folletinesco digna de una mezcla entre Cristal y Topacio.

The Trouble with Peace es una continuación directa de A Little Hatred, donde ya comenzó a pasar el testigo de unos personajes a los que conocíamos como la palma de la mano a una nueva generación que también acabará haciéndose un hueco en nuestros corazones. Supongo que lo más destacado en este aspecto es la renuncia de cierto personaje al que considerábamos tan poderoso como insoslayable, pero que sale del libro sin apenas alharacas.

Esta segunda novela difiere de la anterior en una menor carga de crítica explícita al capitalismo (existe pero no es tan señalada) para virar hacia la inutilidad de la guerra, un tema que ya trató en la maravillosa Los héroes. Las ambiciones de alfeñiques encumbrados por su herencia y su sensación de importancia acaban con la vida de miles de personas en un solo día, en un resumen acertado y cruel de lo que implica la guerra .

Me parece también excelente que vuelva a utilizar en un capítulo de descripción de la batalla, algo eminentemente confuso ya de por sí, esa especie de travelling de cámara con el que va cambiando de personajes y narrando un pequeño momento, un fogonazo que nadie recordará pero que puede ser desde el momento final de sus vidas en un carga a una simple aportación en el esfuerzo bélico.

Abercrombie dedica una parte importante de la novela a los movimientos estratégicos en la búsqueda de aliados y refuerzos para el enfrentamiento, haciéndonos creer que la superioridad numérica es la que puede desequilibrar la batalla, pero conforme va avanzando la lectura vemos que hay acciones aisladas, aparentemente inanes, que son las que cambian el curso de los acontecimientos y por lo tanto, de la historia.

The Trouble with Peace es una historia tan absorbente que el único consuelo que me queda en espera del siguiente libro es saber que Abercrombie ya lo tiene escrito y que no pasará mucho tiempo hasta que podamos terminar la trilogía The Age of Madness.

Infernal

Suelo alternar lecturas de ciencia ficción y fantasía por no saturarme de ninguno de los géneros, pero es cierto que a veces me pasa que estoy con un audiolibro y un libro de fantasía, como ha sido el caso. Por desgracia para Infernal, en este caso ha servido para hacer aún más patentes sus fallos y debilidades, en contraste con otro libro que me ha tenido subyugada desde el principio.

Infernal utiliza el recurso del personaje con amnesia que no sabe nada sobre sí mismo, uno de los tropos más manidos de la literatura. Quizá ahí ya debería haberme dado cuenta de por donde iban a ir los derroteros, pero me despistó el ritmo bastante conseguido que el autor le imprimió a la obra, con un diálogo casi constante en primera persona que evita que se piense demasiado en la propia trama. Pero todo era un espejismo.

El protagonista tiene tanto, pero tanto poder mágico, que desde el primer momento cualquier lucha está desequilibrada. Lo único es que no recuerda cómo usarlo, pero eso se le pasa pronto. Además, ¿te hace falta volar? Pues me acabo de acordar de un constructo mágico para hacerlo. ¿Ahora quieres ver en la oscuridad? ¡Sin problema! Tú dime que vas necesitando para que avance la trama, que justo me voy a acordar de eso.

El único problemilla es que tanto usar la magia tiene un coste energético que me río yo de la huella de carbono de las industrias chinas. Pero no es nada que no se arregle comiendo pantagruélicamente: pan, frutos secos, cadáveres humanos… Porque de paso también tenemos alguna que otra escena caníbal que han sido la guinda del pastel para mí, con lo poco que me gusta el gore.

Si a todo esto le añades una bonita conspiración para derrotar el poder actual y alguna que otra horda de zombis necrománticos, el resultado es un mejunje intragable. Ni siquiera la GRAN REVELACIÓN FINAL (TM) es capaz de compensar la historia. Un libro al que no hay que acercarse, en definitiva.

Ashes of the Sun

Hacía ya tiempo que quería leer algo de Django Wexler, pero hasta que no llegó este Ashes of the Sun, no vi la oportunidad perfecta. Un libro de fantasía en un mundo nuevo que no estaba relacionado con sus trabajos anteriores, de forma que podría juzgar su buen hacer como escritor sin verme forzada a leer toda una saga. Este razonamiento sería impecable si no fuera porque Ashes of the Sun FORMA parte de una saga, pero me ha gustado tanto que no me importará seguir leyendo la historia cuando esté disponible.

Los elementos que maneja el autor para contar su historia no son necesariamente originales. Tenemos dos puntos de vista diametralmente opuestos: dos hermanos a los que separaron siendo muy jóvenes, uno de ellos busca venganza y la otra no ha conocido otra vida que la que le ofrecieron sus captores. Esta diferencia en la crianza permite a Wexler ir presentando el mundo en que se desarrollará la historia mediante contraposiciones, de una forma muy elegante e informativa.

La civilización tal y como se conoce en este mundo está cimentada en los restos que una antigua cultura que ya no sobrevive, pero cuyos usos y costumbres son perpetuados por la Orden, encargada también de defender los territorios del acoso de las bestias. Sin embargo, una parte de la población considera que esta logia es corrupta y que sus anquilosadas formas impiden la evolución de la humanidad.

Como ya he dicho antes, todo esto le puede resultar familiar a cualquier lector más o menos avezado en la fantasía. Así que, si lo importante no es tanto lo que cuenta, ¿qué es lo que destaca en Ashes of the Sun? Pues claramente, cómo lo cuenta.

Wexler destaca especialmente en la creación de los personajes, con los que se puede empatizar desde un principio y a los que se acaba cogiendo cariño, aún cuando no se compartan sus puntos de vista. Pero es que además, las escenas de acción, de las que hay muchas, son de esas de dejarte sin respiración, ya sea por lo dinámicas que resultan las luchas con armas de filo, por la presencia de ciertos artilugios alquímicos capaces de inclinar la balanza hacia el lado aparentemente más débil o simplemente, por la diversión que provocan en el lector. También estaría bien añadir que hay un cierto toque “retrotecnológico” que hace aún más apasionante la investigación y uso de estos elementos antiguos.

También he disfrutado mucho de ese toque de intrigas palaciegas que se vislumbra dentro de la Orden, aunque resulte un poco maniqueo en la resolución de los conflictos.

Salvando las distancias, me ha recordado por momentos los libros de Gareth Hanrahan y eso son palabras mayores en este blog.

Lo malo es que como digo, es el primer libro de una saga y aunque es un estupendo comienzo, nos quedamos con las ganas de saber más sobre la historia, a pesar de que el libro no es para nada corto. Me ha gustado mucho y por eso lo recomiendo, pero entiendo perfectamente que haya gente que no le vaya a dar una oportunidad hasta ver cómo se va desarrollando la saga. No os preocupéis, que allí estaré yo para comentarla.

How to Rule an Empire and Get Away with It

Tuve la suerte de que la editorial Orbit me mandara un ejemplar de este obra, pero este gesto no ha alterado mi valoración, porque de todos es ya sabida mi admiración por K.J. Parker.

How to Rule an Empire and Get Away with It es la continuación de la estupenda 16 Ways to Defend a Walled City. Con cambio de protagonista pero no de circunstancias, volvemos a asistir al sitio, ya casi eterno, de la última ciudad del Imperio. El status quo continúa presente, ya que ni los artilugios de guerra son capaces de avanzar lo suficiente como para destrozar los muros ni hay zapadores experimentados para socavar sus bases. Sin embargo, es lógico suponer que en estos enfrentamiento a largo plazo siempre tiene las de perder el sitiado.

Es en esta situación, el líder de la ciudad muere y es necesario sustituirlo de alguna manera para que los ánimos no caigan por los suelos. Y no se les ocurre mejor idea que contratar a un actor para que interprete su papel. Notker, que así se llama el personaje sobre el que pivotará todo el libro, acepta a regañadientes, pero poco a poco va utilizando su influencia y su conocimiento de la ciudad para inclinar la balanza a su favor.

Mientras que en el primer libro casi todos los planes de acción versaban sobre obras de ingeniería y aquí también tenemos algo de eso, lo que dará empaque a la novela son las comparativas con el mundo del teatro y la farándula, que Notker no deja de utilizar para sus planes. Personalmente, me interesan menos que los temas de armamento militar que se utilizaban en la primera entrega y por eso me ha costado entrar en el libro. Pero esto es una cuestión de preferencias personales, así que a otro lector puede que no le resulte difícil dejarse llevar por el tema.

Las características de la obra de Parker, que ya discutimos en su momento, están presentes en esta nueva entrega del Parkerverso. Ironía a raudales e inteligencia aplicada al día a día para solventar problemas que a otros les parecen irresolubles. Es destacable también la crítica al racismo de estas dos obras, donde los denostados son los de piel más blanca.

Se trata pues de un buen final para una duología recomendable, tanto para introducirse en la obra del autor como para seguir disfrutando de ellas quienes ya la conozcan.

The Seventh Perfection

Tenía muchísima curiosidad por leer la nueva obra de Daniel Polansky, un autor al que he leído en varios registros, como The Builders o Low Town. No obstante, he de reconocer que me he encontrado ante un obra que me ha sorprendido en el aspecto técnico, con uso de recursos de gran complejidad y repleta de huecos que el lector ha de intentar ir rellenando para desvelar qué pasó en realidad.

The Seventh Perfection es una obra escrita en segunda persona, de forma que el propio lector parece el protagonista, pero utilizando unos diálogos de los que solo conoceremos una parte, la del interlocutor de la protagonista. He leído por ahí una metáfora muy acertada para describirlo, leer el libro es como asistir a una conversación telefónica en la que solo oímos una parte.

Esta extraña disposición de los capítulos, unidos a comenzar la acción in media res hace que sean necesarias varias páginas para empezar a entender lo que el escritor nos está narrando, así como lo que oculta. Nos encontramos en un mundo fantástico regido por un Dios que hace relativamente poco tiempo asumió el poder. La protagonista es Manet, una muchacha que ha conseguido dominar las siete perfecciones que suponen el mayor logro para el servicio de este Dios, pero que se encuentra sumergida en un mar de dudas por un objeto que ha recibido que hace que se tambalee todo su sistema de creencias.

Manet irá siguiendo las pistas que se van desplegando ante nuestros ojos con un gran sacrificio personal y un objetivo que no siempre estará claro. Como digo, lo más interesante queda merced a la disposición del lector para ir atando cabos e intentar entender toda la historia. Aparecen referencias a animales fantásticos, a robots… pero esto no es más que un poco de aderezo para seguir extrañándonos con el mundo creado por Daniel Polansky.

No negaré que hace falta una disposición de ánimo algo especial para entrar en el juego de Polansky, pero también es cierto que la escasa longitud de la obra, hace que el reto sea asumible. Os recomiendo su lectura, aunque solo sea para ver qué otras cosas puede ofrecer la fantasía moderna.

The Wolf of Oren-Yaro

The Wolf of Oren-Yaro es la primera instancia de una trilogía fantástica bastante recomendada que a mí sin embargo no me ha terminado de convencer.

Me gustaba la idea de partida de una protagonista fuerte, una reina en su mundo que ha conseguido mantener su puesto a pesar del abandono de su marido, en un matrimonio de interés político pero que parecía también sostenido por el amor. Pero es que casi desde el principio todas las decisiones que va tomando Talyein no hacen si no abocarla al fracaso, con una ingenuidad preocupante para alguien que supuestamente ha estado toda su vida preparándose para el trono.

Desde el principio, el hecho de doblegarse a las condiciones bastante peregrinas de su marido para una reunión con unos objetivos poco claros en un terreno manifiestamente no neutral nos puede parece una maniobra bastante torpe, pero si está acompañada de sus consejeros más astutos y una guardia leal… pues sigue pareciéndome torpe, aunque con algunos visos más de deparar un éxito.

Nada mas lejos de la realidad. Talyein se ve arrastrada por los suburbios de una ciudad desconocida y ha de poner en juego todos sus recursos tan solo para sobrevivir. Y gran parte de sus avances se deben más a la casualidad que a sus propios méritos.

La figura de Khine, el estudiante de medicina devenido en timador hace algo más llevadera con su presencia la lectura, porque al menos parece tener la cabeza sobre los hombros aunque tenga un sentido del honor bastante peculiar. Las primeras escenas en las que aparece su familia me parecen las más divertidas del libro con diferencia.

Poco a poco se van desvelando planes y traiciones que llevan años desarrollándose sin que la reina se haya percatado de nada, obsesionada como estaba con otros temas más acuciantes, como mantener a duras penas la paz entre sus belicosos súbditos.

La presencia de la magia es testimonial y verdaderamente parece más un recurso deus ex machina que una decisión premeditada por parte de la autora.

He leído en varias reseñas que la influencia filipina es palpable a lo largo de la novela. Mi total desconocimiento de esa cultura hace que no pueda juzgar si esto es cierto o no, o si está bien planteado. Me gusta la fantasía que huye de los tópicos medievales europeos ofreciendo algo distinto, pero no he sabido disfrutarlo lo suficiente con este libro debido a la endeblez del planteamiento. Ha resultado un poco frustrante en su lectura.

Las aventuras del caballero Kosmas

En este año Perucho tenía que empezar a tapar algunos de los muchos huecos que tengo en el fantástico español. Quizá Las aventuras del caballero Kosmas no era la puerta de entrada más adecuada, pero era la que tenía más a mano y he de reconocer que la he acabado en un suspiro.

Se trata de una novela bizantina, con su viaje de autodescubrimiento, una “road movie” a lo antiguo. Los toques fantásticos son escasos, pero existen, con la presencia de autómatas y animales fantásticos. Me ha recordado un poco a Baudolino, de Umberto Eco, pero mucho más contenida y algo más accesible.

La lectura puede ser ágil o más pausada si nos ponemos a buscar todas las referencias de las que habla Perucho, cuya erudición es palpable casi en cada párrafo. En ocasiones esto puede resultar un impedimento para el avance de la trama, ya que tenemos textos en idiomas muy variados, a veces acompañados de traducción y en otras ocasiones, no.

También se puede considerar la obra como un canto al cristianismo, ya que sus páginas están plagadas de santos de la Edad Media que entablan conversaciones con el protagonista y también muchas referencias al Concilio de Toledo o la herejía arriana. Por momentos he sentido que volvía a las clases de sociales, pero de una forma más entretenida que la que tenían mis profesores de dar clase. Algunas discusiones teológicas me pasaban por encima, eso también he de reconocerlo.

Lo que resulta muy curioso en el libro es la presencia de anacronismos, como por ejemplo las libertades que se toma el autor para definir ciudades con textos que se escribirán en un futuro muy posterior al tiempo en que se sitúa la novela, en una suerte de flash forward sin mucha explicación, más que el capricho del propio autor.

Mi impresión es que este no era el libro más adecuado para conocer la obra de Joan Perucho, pero es no quiere decir que no vaya a seguir investigando. Esas lagunas de conocimiento no van a desaparecer solas.

The Philosopher’s War

La primera entrega de esta serie me sorprendió muy gratamente así que estaba bastante claro que no pasaría mucho tiempo hasta que me pusiera a leer este The Philosopher’s War de Tom Miller.

En esta novela el autor cambia totalmente de registro. Lo que nos ofrece son los diarios de guerra del joven Robert Weeks, alistado como Robert Canderelli en el cuerpo de Rescate y Evacuación, el único que deja actuar a los filósofos tras una convención humanitaria que los retiró de la guerra. En este sentido, el libro tiene poco que ver con el anterior, y en ocasiones llega a resultar un poco cansino, con la repetición de misiones y esa representación realista del tiempo de guerra, con largas jornadas de aburrimiento seguidas de intensos momentos de peligro y acción.

Miller también pierde la baza de worldbuilding, porque ya conocemos las premisas básicas del “mundo filosófico” y The Philosopher’s War parece más una obra de transición que un libro que se valga por sí mismo. No digo que no sea completo y lo cierto es que una vez que comienza la trama de conspiración dentro del cuerpo de Rescate y Evacuación para evitar catástrofes la trama gana interés, llegando a un cuarto final del libro realmente trepidante, pero quizá le hubiera faltado algo más de este ritmo al inicio.

Me gusta mucho que el escenario elegido para esta novela bélica sea la primera guerra mundial y no la segunda, ya que es un posicionamiento menos conocido y que se adapta perfectamente a las ideas que el autor aplica a la guerra. En aquel conflicto en el mundo real hubo muchas novedades que cambiaron el curso de los enfrentamientos bélicos desde entonces y Miller utiliza también sus “novedades filosóficas” para conseguir un final de la guerra mucho menos violento que el que hubiera tenido lugar por los métodos “tradicionales”.

También es interesante la forma de representar la hermandad que se crea entre los compañeros de armas. Y en este caso, como la inmensa mayoría de los miembros del grupo son mujeres, es un perfecto ejemplo de sororidad. Gran parte de los problemas que afronta el cuerpo es por esa “necesidad imperiosa” militar masculina de dominar todos los aspectos de la guerra, incluso aquellos para los que no tienen preparación alguna.

Que cada capítulo comience con un pequeño extracto de libros publicados con posterioridad a los hechos relatados nos sirve como un no muy velado adelanto de lo que va a suceder en próximas entregas de la serie. Recordemos que Robert solo tiene 19 años, así que aún le queda cuerda para rato. Yo al menos seguiré con interés sus aventuras, aunque espero que las siguientes entregas se centren un poco más en el desarrollo del mundo y las nuevas aplicaciones de la filosofía natural, algo que parece un campo sembrado para contar grandes historias.

The Book of Dragons

Tenía mucho interés en esta antología, como en casi todo lo que selecciona Jonathan Strahan. La verdad, lo que no me esperaba es la parte de poesía, que no sé si estoy preparada para juzgar ya que es algo que no acostumbro a leer, mucho menos en inglés y ya en audiolibro ni os cuento. También es cierto que al haber escuchado el audiolibro, me he perdido las ilustraciones interiores que creo que merecen la pena.

What Heroism Tells Us de Jane Yolen

No sabía que esta recopilación iba a contener poesía así que, como se suele decir, la primera en la frente. Las dos contribuciones de Jane Yolen son tan cortas como enigmáticas.

Matriculation de Elle Katharine White

Aunque tiene un final un tanto abrupto, me ha gustado mucho el desarrollo de la historia que pide a gritos algo más de longitud para seguir conociendo este mundo mágico donde los vampiros tienen tiendas de empeño en las que cobran en mililitros de sangre.

Hikayat Sri Bujang, or, The Tale of the Naga Sage de Zen Cho

Desde nuestro punto de vista occidental no estamos muy acostumbrados a los dragones de otro tipo que existen en otras culturas, como la asiática. Mi primer encuentro con los naga creo que fue en las novelas cortas de JY Yang y esta siguiente aproximación de Zen Cho me ha entretenido mucho también, tocando temas como la dedicación a la mejoría personal en contraposición con los deberes tradicionales de la familia. Es una historia modernizada y atractiva.

Yuli de Daniel Abraham

Me temo que en este caso, el tema de los dragones está un poco forzado en una de las dos líneas de narración que sigue el cuento, sin llegar a convencerme ninguna.

A Whisper of Blue de Ken Liu

Ken Liu vuelve a sorprendernos con otro relato maravilloso, aunque quizá ya deberíamos estar acostumbrados. Un mundo alternativo en el que los medios de producción están alimentados por dragones que cambian de localización y por lo tanto llevan la abundancia a donde anidan. El giro final es sorprendente y un magnífico colofón a un cuento muy original.

Nidhog de Jo Walton

Este es uno de los poemas que no soy capaz de juzgar debido a mi escaso conocimiento.

Where the River turns to Concrete de Brooke Bolander

Muy curioso este relato de un amnésico que entra al servicio de un mafioso pero a la vez empieza una relación con la madre de un niño al que salva la vida. Me gusta la doble línea temporal en la que relata la historia y creo que el final da para una continuación.

Habitat de K. J. Parker

Después de dedicarle un especial al autor, está claro que me gusta cómo escribe. En esta ocasión el relato es sobre un encargo de capturar vivo a un dragón. El “agraciado” con esta misión utilizará todo su ingenio y su conocimiento para poder llevarlo a cabo, pero resulta más atractiva la intrahistoria y sus contactos que el desarrollo. Y el final es puro K.J. Parker.

Pox de Ellen Klages

Resulta casi más interesante el carnaval culinario al que asistimos en estas páginas que la historia en sí, que es bastante convencional.

The Nine Curves River de R. F. Kuang

No es fácil escribir un relato en segunda persona del singular y tampoco relatar las rivalidades entre hermanas, pero Kuang lo consigue de una forma intensa.

Lucky’s Dragon de Kelly Barnhill

Un curioso relato que mezcla investigadores alienígenas con experimentos realizados con humanos. Promete más de lo que da.

I Make Myself a Dragon de Beth Cato

Otro poema más comprensible sobre la transformación de una persona para ayudar a los demás.

The Exile de JY Neon Yang

Un relato sobre el colonialismo humano de otros lugares sin que nos importen los habitantes previos. Bastante melancólico.

Except on Saturdays de Peter S. Beagle

Una historia de ¿amor? con la última representante de los dragones en Canadá, que no deja poso.

La Vitesse de Kelly Robson

La versión en autobús de Pesadilla a 20000 pies con persecución draconiana.

A Final Knight to her Love and Foe de Amal El-Mohtar

Quizá por recordarme un poco a Rachel Swirsky y su “If you were a dinosaur, my love” este poema de Amal El-Mohtar me ha llenado más que los anteriores.

The Long Walk de Kate Elliott

Me ha encantado este cuento sobre las viudas de la sociedad, que al morir sus maridos deben emprender una larga marcha hacia el olvido ya que no tienen valor para la sociedad, a menos que sus familiares paguen una desorbitada cuota a los monjes. Tras una vida supeditada a los caprichos y veleidades de sus parejas, no hay esperanza para quienes se encuentran en esta situación. ¿O tal vez sí?

Cut Me Another Quill, Mister Fitz de Garth Nix

Con un tono divertido y desenfadado, este relato de corte más tradicional que las mayoría de los reunidos en esta antología habla sobre los planes para conseguir atrapar a un dragón y hacerse con su tesoro. Que uno de los principales protagonistas sea una marioneta encantada le añade el punto justo de picardía.

Hoard de Seanan McGuire

Maravilloso el relato de McGuire, apostando por una de las características más conocidas de los dragones occidentales pero dándole un toque de modernidad con crítica sobre el sistema de casas de acogida. Estupendo.

The Wyrm of Lirr de C. S. E. Cooney

Otro poema para pedir la libertad de los dragones que no estoy segura de haber comprendido totalmente.

The Last Hunt de Aliette de Bodard

En esta precuela de In the Vanisher’s Palace, de Bodard aprovecha para abordar el pasado de uno de los protagonistas de la novela corta. Me gusta la idea de que la experimentación “eleve” a las criaturas implicadas, pero entiendo que el relato se disfrutará más conociendo la historia posterior.

We Continue de Ann Leckie y Rachel Swirsky

La idea de la renovación de un nido de dragones que funciona de una forma similar a un enjambre sirve a las autoras para hacer un paralelismo con la necesidad de cambio en las vidas. La intervención humana sirve como comparación pero tampoco es fundamental.

Small Bird’s Plea de Todd McCaffrey

Es uno de los cuentos más alocados de la recopilación, con humanos supervivientes en zonas nucleares y avatares de astronautas tornados en animales. Demasiado inconexa para mi gusto.

The Dragons de Theodora Goss

Precioso relato sobre acoger con cariño a pequeños perdidos y ajustar tu vida a sus necesidades, no a las tuyas.

Dragon Slayer de Michael Swanwick

Aunque en un principio parecía que se trataba de una historia fantástica de corte clásico, la aparición de viajes en el tiempo hace que se transforme en algo muy divertido y ocurrente.

Camouflage de Patricia A. McKillip

No me convence este relato de una examen final en la escuela de magia con viajes en el tiempo de por medio.

We Don’t Talk About the Dragon de Sarah Gailey

Gailey utiliza la metáfora del dragón en el granero para contar una durísima historia de maltrato infantil, como método de denuncia y superación.

Maybe Just Go Up There and Talk to It de Scott Lynch

Crítica muy ácida sobre la situación política de los Estados Unidos y su abandono de las pequeñas poblaciones a favor de las grandes. Scott Lynch da todo un repaso a la cultura de la violencia y el enfrentamiento, aunque en esta ocasión los enemigos sean dragones.

A Nice Cuppa de Jane Yolen

Un corto final para una antología que he de decir me ha sorprendido.

Como me pasa con casi todas las antologías hay relatos que me han gustado más y relatos que menos, la calidad en general es buena, pero he de admitir que los poemas se me han atragantado un poco.

The Unspoken Name

Soy capaz de perdonarle bastantes cosas a un libro si las compensa con otras, pero me costará mucho aburrirme con otro libro tanto como me ha aburrido The Unspoken Name.

El ritmo de la novela empieza bastante parsimonioso y lento, lo que yo pensaba que podía ser una introducción cautelosa en exceso resultó ser el tono de toda la narración. Vemos como Csorwe es la elegida para un sacrificio ritual al Unspoken One y lleva una tranquila vida novicia hasta que llegue su hora. Es algo tan aceptado que no le supone ningún problema, es su destino manifiesto. Sin embargo, cuando un poderoso mago llega la monasterio y la “rescata” de la muerte, tampoco es que abrace la vida con la que se ha encontrado con fruición, se dedica a ser la chica de los recados del mago.

Hete aquí que el mago, llamado Belthandros Sethennai, lleva buscando un objeto mágico durante mucho tiempo. Y Csorwe es la encargada de ir por distintos mundos en busca del relicario, porque claro, ¿para qué se va a entretener el mago súperpoderoso en buscar un instrumento de increíble antigüedad pudiendo mandar a una adolescente a la que has acogido? ¿Y si le ponemos como compañero a otro adoptado al que desprecia? Un plan sin fisuras.

A todo esto, no sé si os he dicho que Csorwe es una orca. Porque tampoco es que la autora haya hecho mucho hincapié en eso, es algo que he deducido por que la protagonista tiene colmillos inferiores que le sobresalen de la boca, pero aparte de eso, es irrelevante. A otros reseñadores les ha pasado que se han enterado “después” de leer el libro, así que imaginad lo importante que puede resultar para la trama.

No podía faltar la presencia de otra maga poderosa con otro destino manifiesto bastante chungo a la que Csorwe acaba rescatando, completando el circulo de salvada a salvadora. La presencia de algunos muertos vivientes que se enfrentan a ellas para darle “vidilla” al libro no deja de ser anecdótica y bastante rocambolesca.

Podría haber habido alguna reflexión sobre la posibilidad de huir del destino al que nos vemos abocados por las presiones familiares, por la tradición o simplemente por estar ahí en el momento adecuado, pero no es el caso, la autora pasa un poco de puntillas por este tema y decide centrarse más en una trama amorosa que se ve venir desde Sebastopol, aunque ninguna de las afectadas es capaz de percatarse hasta que el tema les da directamente en la frente. Esto puede tener algo de excusa por la inexperiencia de las involucradas, pero tampoco es que Larkwood lo maneje con demasiada soltura.

En definitiva, un libro con el que os recomiendo que mantengáis la distancia de seguridad, sobre todo si le tenéis aprecio a vuestro tiempo y vuestras neuronas.