The Blacktongue Thief

Christopher Buehlman ha escrito una novela de fantasías con algunos elementos típicos de fantasía mezclados con humor negro que es muy resultona, aunque algunas veces resulta difícil de leer por la cantidad de slang y lenguajes inventados que llega a introducir.

El protagonista de la narración en primera persona es Kinch Na Shannack, el ladrón del título, que está endeudado hasta las cejas con el Gremio de Ladrones por su formación en el arte del levantamiento de posesiones y otras habilidades necesarias para ejercer su oficio. Me resulta muy interesante este uso de un tema tan actual como es la deuda por estudios a una sociedad pseudomedieval, pero al fin y al cabo los gremios funcionaban así. El hecho de que tenga un tatuaje que permite a cualquiera abofetearle mientras no redima su deuda es solo añadir un detalle más de crueldad a una situación de difícil resolución.

Me gusta también el detalle de la extinción de los caballos por la intervención del enemigo goblin, algo que ha desestabilizado la sociedad, ya que el principal medio de transporte ha desaparecido.

Esta primera entrega de la saga Blacktongue nos cuenta un viaje y como en todo viaje habrá momentos peores y mejores, con compañeros que se unen en el camino y otros que no proseguirán hasta el final. Casi se podría definir como una road movie, en la que cobra más importancia el trayecto que el destino.

Me gustaría destacar que utilizando recursos muy típicos de la fantasía (tatuajes mágicos, razas como gigantes y goblins, gremios…) consigue escenas de acción muy bien planteadas y mantiene la tensión en cada instante. Quizá no peque de excesivamente original, aunque hay que admitir que algunas de las revueltas que le da al uso de los tatuajes están muy bien pensadas. También el juego de cartas que plantea y que tiene cierta importancia en algunos de los capítulos del libro me tiene muy intrigada.

La prosa es bastante funcional, aunque como he dicho anteriormente algunas veces utiliza tanta jerga inventada propia de cada reino que hace difícil seguir los diálogos.

El final al menos no acaba bruscamente, pero sí es cierto que se deja muchas cosas y resoluciones para la siguientes entregas. Así que The Blacktongue Thief es un libro introductorio y una buena carta de presentación por parte del autor, pero tendremos que esperar a las siguentes novelas para ver cómo evoluciona la narración.

The Broken God

Esperaba con muchísima expectación la tercera entrega de la saga The Black Iron Legacy de Gareth Hanrahan, después del excelente sabor de boca que me dejaron los dos primeros libros. Sin embargo, me ha costado horrores entrar en esta novela, a pesar de haberme leído los resúmenes que el autor ha colgado amablemente en su web, y el cambio de escenario de la historia no le ha sentado nada bien.

Mientras que en The Gutter Prayer y The Shadow Saint prácticamente toda la acción se circunscribía a la ciudad de Guerdon en esta ocasión uno de los personajes más queridos de la saga emprenderá un periplo que le llevará a otros lugares, también afectados por la guerra de los dioses. Este movimiento, que podría parecer a priori interesante por las muchas posibilidades que le ofrecería al autor, acaba siendo un recorrido lento e inexorable en busca de un objetivo que siempre parece estar más allá del horizonte. Se ralentiza la acción y solo acabamos deseando que llegue ya a algún sitio para que termine el dichoso viaje. Es cierto que algunas de las imágenes más poderosas de la novela pasan en esta parte, pero no es menos cierto que Cari da más vueltas que un trompo sin que avance mucho el relato.

En esta ocasión Hanrahan nos mostrará otra de las culturas que forman parte del débil armisticio que se mantiene la ciudad. Y, qué queréis que os diga, a mí es que me mencionas a los dragones y ya me están haciendo los ojos chiribitas. Pero esta facción, los Ghierdana, resulta mucho menos atractiva que los Haith del segundo libro, y los puntos de vista que nos ofrecen son algo repetitivos y si me lo permitís, previsibles. Que los dragones estén unidos a una familia humana considerándoles privilegiados parece un vínculo muy fuerte, pero es más bien una relación de subyugación muy desigual.

Es una lástima porque el autor vuelve a hacer gala de su portentosa imaginación, con un desfile de situaciones estrambóticas en los que el poder y la locura de los dioses nos vuelve a asombrar con sus enfrentamientos, pero esta vez no está acompañada de una profundidad en la historia que haga que merezca la pena el camino emprendido. No es que el libro sea malo, es que palidece en comparación con los anteriores, que eran sublimes.

No obstante, no deja de ser cierto que cuando salga la siguiente entrega de la historia ahí estaré yo para volver a darle una oportunidad.

The Beautiful Ones

Se pueden decir muchas cosas de Silvia Moreno-García como autora, pero quizá una de las que más destaca es su versatilidad, ya que es capaz de escribir novelas en géneros muy diversos desde la ciencia ficción a la fantasía. The Beautiful Ones, el libro que nos traemos entre manos, es otro cambio dentro de la trayectoria de la autora, que en esta ocasión nos presenta un romance en toda regla, con un ligerísimo toque de magia, pero tan pequeño que casi no influye en la trama. Se trata de una reedición de un libro publicado originalmente en 2017.

La novela trata sobre la alta sociedad y sus relaciones, se puede considerar como un romance histórico, pero lo más importante sin duda son sus personajes. Conoceremos a Nina Beaulieu, que tras haberse criado en la mansión de su adinerada familia lejos del boato de la gran ciudad, asiste a la Grand Season de la ficticia Losail para cumplir con lo que se espera de toda dama de la sociedad, cumplir con su deber y buscar un marido adecuado para ella.

Nina no es una dama al uso, más interesada por la entomología que por los vestidos y los bailes, así que cuando es recibida en la casa de su rico primo Gaeton, la esposa de este la ve más como un estorbo que como un invitado bien recibido. Todo esto se complicará cuando Nina llame la atención de Héctor, un artista de variedades que tiene un pasado oculto con Valerie.

La historia es bastante típica en este sentido, con las intrigas de la despechada Valerie y los desencuentros entre Héctor y Nina, que parecen condenados a no encontrarse nunca. La prosa brilla por ser extremadamente adecuada al tono y ritmo de la historia, con la descripción del lujo y la opulencia de las clases altas que muchas veces solo oculta rencor y maldad. Existe una crítica nada velada a estas figuras de porcelana creadas solo para satisfacer las necesidades de un grupo enquistado en sus propias costumbres anquilosadas, y a pesar de la previsibilidad del desenlace, no es menos cierto que la novela es muy entretenida de leer y cumple punto por punto con lo que se espera de ella.

The Beautiful Ones es un cambio bienvenido respecto a mis lecturas habituales, de mano de una autora muy versátil a la que merece la pena seguir.

The Witness for the Dead

De nuevo contamos con la presencia de @mertonio en esta lectura conjunta. Le damos las gracias por su colaboración, que espero os guste.

Había muchísima expectación respecto a la publicación de The Witness for the Dead, la continuación de The Goblin Emperor. Aunque la novela original es completamente autoconclusiva, un sector del público quería conocer más historias ambientadas en este extraño mundo de goblins, elfos y dirigibles.


Addison se aleja un poco de lo esperado cambiando el escenario y también de personaje principal, aunque ya lo conocíamos de la primera entrega. En lugar de en los entresijos de palacio nos sumergimos en el mundo de la jerarquía eclesiástica. De una forma muy amena la autora nos habla de las diferentes creencias y permutaciones de la fe, la omnipresencia de los miembros del clero en la sociedad y la variedad de sus funciones.


En este sentido el worldbuilding es tan interesante como el del primer libro, sustituyendo las intrigas cortesanas por las clericales y comerciales.


El protagonista es un “testigo de los difuntos” que recibe a peticionarios que desean algo que sus parientes recientemente fallecidos sabían. Posee una limitada capacidad de leer recuerdos de los cadáveres que raramente arrojan luz sobre las cuestiones que se le plantean.


Este poder divino está a disposición de los peticionarios que lo deseen, sean personas privadas o públicas. A lo largo de la novela iremos enlazando diversas “investigaciones” de esta índole.


La variedad de peticiones y de asuntos en los que se ve enredado en protagonista es de lo más interesante. Desde muertes sospechosas, asesinatos, herencias a sucesos sobrenaturales. Todo tiene cabida en el desempeño de sus funciones, hasta aplacar a los ghouls que se levantan de sus tumbas cuando no se respetan los ritos funerarios.


Más que una trama en sí misma, lo que nos ofrece la novela es el relato de una parte de la vida del protagonista, incluyendo reflexiones sobre su pasado y, sobre todo, su futuro, ya que su don no es durarero.

En cuanto a la prosa, hay que decir que fluye muy bien y que recuerda, en cierto modo, a esas novelas basadas en la regencia y la época victoriana, que son tan del gusto de los escritores de fantasía y, sin duda, de los lectores.


Addison adopta un estilo en primera persona para centrar la narración, lo que es de agradecer, ya que hay un cierto baile de nombres y apelativos que puede ser excesivo en sus primeras páginas


Una vez superado este pequeño obstáculo, sólo queda disfrutar de las intrigas y misterios en los que se verá envuelto el protagonista.


El libro tiene un ritmo pausado pero constante. No encontraremos muchas escenas de acción frenética en la vida de un sacerdote que vive solo en la gran ciudad pero Addison capta y mantiene nuestro interés porque no se va por las ramas y siempre está ocurriendo algo. Aunque solo sea relatar la visita del protagonista a la sala de mapas para que le expliquen cómo llegar a la ópera o ser testigo de un ensayo en ese mismo lugar.


La novela está repleta de pequeños papeles secundarios para una multitud de personajes que pueblan la ciudad en la que transcurre la acción. Cabría destacar el director de la ópera como una suerte de detective adjunto en algunas escenas pero el resto para desapercibido. Resulta curioso que Addison preste mucha atención al lenguaje físico de las orejas, cuyos gestos y posiciones revelan tanto de la actitud de los personajes como cualquier otra parte del cuerpo. Quizá pretenda reforzar la idea de que estamos hablando de goblins y elfos, pero que son seres eminentemente humanos.


En definitiva nos encontramos ante una novela pausada tanto en su ritmo con en su desarrollo, de esas que sirven para reconciliarte con el mundo. No llega al nivel de The Goblin Emperor pero es más que recomendable. The Witness for the Dead impregna al lector de una sensación de bienestar muy parecida a la que causa la obra de Becky Chambers.

The Wonder Engine

The Wonder Engine es la continuación de Clockwork Boys, aunque la división en dos entregas de estos libros parece obedecer más a una decisión editorial que a otra cosa, ya que sería perfectamente lógico presentarlo con una sola novela, simplemente eliminando el primer capítulo de este libro que sirve como ligero recordatorio de lo que pasó antes.

El variopinto grupo que se vio obligado a viajar a Anuket City para investigar el origen de los clockwork boys llega a su destino, pero eso no quiere decir que hayan finalizado sus desventuras. Con ese tono desenfadado y divertido con el que T. Kingfisher narra toda la obra, veremos cómo nuestros héroes tienen que desentrañar los misterios de la creación de los engendros metálicos que han desequilibrado la guerra. Pero el hecho de que la jefa del grupo pasara años viviendo en la ciudad y saliera de allí huyendo por causas desconocidas no ayudará en nada a la investigación.

De una manera muy inteligente la autora fue sembrando pistas y elementos en los capítulos anteriores que ahora se dedica a recolectar y ordenar como teselas de un mosaico que solo ahora vemos desplegado en todo su esplendor. La presencia de los gnoles, esas criaturas inteligentes con extraño aspecto que realizan toda las labores sucias que los humanos desprecian comenzó como contrapunto cómico pero toma un carácter más serio y reivindicativo conforme vamos pasando páginas.

Los toques steampunk que ya se entrevieron al principio de la historia ahora estarán más presentes que nunca e incluso hay algunas gotitas de horror sabiamente dosificado. No deja de tener también su importancia la trama romántica, así que no está de más avisar de esta parte a quien espere un libro de fantasía “pura”, si es que eso existe en la realidad.

El audiolibro está narrado por Khristine Hvam, que de nuevo se luce. En esta ocasión llama especialmente la atención el trabajo que hace con las voces de los gnoles, simplemente estupendo.

Es cierto que la resolución de la historia es un tanto acelerada y que hay más de un golpe de suerte que les hace ir por el buen camino, pero no es menos cierto que hemos sido testigos de un camino de maduración que hace cambiar a todos los personajes para mejor que genera alegría interior al lector que ha seguido las desventuras de este conjunto de héroes a la fuerza.

Black Water Sister

Con esta novela, Zen Cho deja de lado la fantasía histórica de sus dos obras anteriores The True Queen y Sorcerer to the Crown para ofrecer una obra mucho más acorde a los tiempos modernos. Hay que reconocer que el cambio le sienta bien, ya que en vez de utilizar un escenario más que trillado como es la Inglaterra de la regencia nos vamos a Malasia en la actualidad, algo más novedoso y atractivo.

Black Water Sister es una novela que representa perfectamente la Diáspora Asiática, aunque en este caso sus protagonistas vuelven a Malasia tras encontrarse con problemas económicos graves en Estados Unidos. La vuelta a los orígenes lleva muchas cosas asociadas, pero lo que no se esperaba Jessamyn Teoh es que su difunta abuela empezara a hablarle, al haberla escogido como médium para terminar las tareas pendientes que dejó en vida.

Con esta novela nos sumergimos en la cultura malasia, que combina tiburones de las finanzas con templos donde los dioses se manifiestan a través de los humanos, violentas bandas con familiares cotillas en una mezcla que resulta realmente más que entretenida. Me hace especial gracia el control de la vida de los vástagos de los ancianos de la familia, que aunque aquí se describe como una característica esencialmente asiática veo paralelismos claros con nuestro propio país. El hecho de que la protagonistas sea lesbiana no hace si no añadir un grado más de dificultad en mantener el secreto de su vida, ya de por sí bastante expuesta.

Por supuesto, la trama de misterio es el hilo principal de la narración, ya que solo vamos descubriendo poco a poco por qué la abuela tiene tanto interés en proteger el templo de las manos avariciosas del quinto hombre más rico del país, que quiere transformarlo en pisos para su venta con jugosos beneficios. Pero resultan bastante más atractivas las relaciones interpersonales y familiares de Jess.

A veces la narración es un poco atropellada porque están pasando bastantes cosas a la vez pero no resulta excesivamente complicado seguir el hilo.

En cuanto a la narración, mis más sinceras enhorabuenas para Catherine Ho, que lidia con gran pericia con el peculiar inglés que utiliza la autora, trufado de localismos. En ningún momento me ha resultado complicado seguir el libro en parte gracias a su estupenda labor de caracterización.

Se tratan temas de gran relevancia, como el racismo y la homofobia, tal vez no en demasiada profundidad pero se agradece que se hable de ellos. En definitiva nos encontramos ante un libro muy agradable de leer y muy entretenido, que presenta temas de gran actualidad aunque no profundice excesivamente en ellos y que nos deja con ganas de más obras de Zen Cho.

The Coward

The Coward de Stephen Aryan es una fantasía muy correcta que no reinventa la rueda pero ni falta que le hace para tenernos entretenidos durante algunas horas.

El protagonista de la historia es Kell Kressia único superviviente de una expedición llevada a cabo por un grupo de héroes para acabar con la amenaza del norte que estaba provocando la pérdida de cultivos y la hambruna en los Cinco Reinos. Se unió al grupo por cabezonería, siendo un joven descerebrado y cansino. Ahora, diez años después, los signos del mal vuelven a estar presentes, pero Kell, más maduro y responsable, no desea realizar de nuevo un viaje del que cree que salió con vida de pura chiripa.

Aryan nos relata una historia que cumple punto por punto el viaje del héroe, como hemos visto muchas veces en la fantasía más convencional. No obstante, nos ofrece una vuelta de tuerca gracias al hecho de que sea la segunda vez que realiza la peregrinación, por lo tanto se suma el factor experiencia. De cara al lector sigue siendo novedoso porque no conocemos el viaje anterior salvo por los extractos del cantar que cierto bardo creó a raíz de la primera aventura, que es maniqueo y está manipulado de forma flagrante.

El viaje y la composición del conjunto de héroes también es convencional, aunque los personajes se hacen de querer con sus peculiaridades y características. Quizá la parte que da más empaque a la historia es la intriga política de la que seremos testigos entre bambalinas, entre los reyes y principalmente la cabeza de la iglesia, que es un ejemplo estupendo de los delirios de grandeza de la estructura eclesiástica.

Aunque la historia es bastante lineal, ya que hay que desplazarse desde el punto A al punto B para acabar con la amenaza C, se agradecen las historias añadidas de los miembros de la expedición, que dan un poco más de variedad a la misión. Y una vez alcanzadas las llanuras heladas, se nota cierta épica inspirada en la exploración del capitán Scott que le sienta muy bien a la aventura, que en caso contrario habría sido demasiado tradicional.

The Coward es una novela correcta, quizá no demasiado original, pero que cumple con su papel de entretenernos de forma más que pasable. Deja abierto el camino para una continuación que lógicamente habrá de centrarse más en los tejemanejes políticos que en una nueva amenaza, pero tampoco tengo la certeza absoluta de qué va a hacer el autor a continuación.

Clockwork Boys

Sé que llego tarde a la fiesta de la autora T. Kingfisher, pero también dice que nunca es tarde si la dicha es buena, así que me alegro de haberle dado una oportunidad. Tras disfrutar de la más que correcta The Seventh Bride, vi que más obras había disponibles de la autora en la plataforma de audiolibros a la que estoy suscrita y escogí Clockwork Boys, aunque no os podría decir muy bien las razones por la que escuché esta y no otra.

A veces el azar nos favorece y así ha sido el caso. Clockwork Boys es la primera entrega de una duología fantástica con toques steampunk. Utiliza una fórmula bastante manida, la creación de un grupo de variopintas cualidades para llevar a cabo una misión suicida. Es así como un paladín, un asesino, una falsificadora y un erudito entran en un bar se embarcan en una aventura destinada a investigar a los propios clockwork boys, una ominosa amenaza que cada vez se acerca más a la ciudad para destruirla. La recompensa para los tres primeros será la libertad, ya que por sus “hazañas” se encontraban en prisión.

El principal punto fuerte del libros son unos diálogos chispeantes con cierta carga de humor negro, que nos harán avanzar por la aventura con una sonrisa en los labios. Y es que los personajes desplegado por Kingfisher están tan bien descritos que parece que estás andando a su lado a lo largo de la campaña. Y no es que no haya causas para el conflicto entre ellos, es que hay para elegir. Desde la misoginia del jovencísimo erudito que cree que la cercanía de una mujer puede ser la causa de su perdición (algo relacionado con la disolución de sus órganos internos por los efluvios femeninos), a los celos pasando por las dudas que genera la posesión demoníaca sufrida por uno de los miembros del grupo, los malentendidos y los choques están a la orden del día. Y sin embargo estos roces irán forjando una amistad entrañable.

Todo esto se desarrolla en un entorno mágico, narrado con toques de road movie porque casi todo el libro sucede en el trayecto en busca de los clockwork boys, que a pesar de dar título a la novela tienen un presencia testimonial aunque terrorífica. El libro tiene ese toque de fantasía antigua, de retelling de otras historias del que ya tuvimos una muestra en The Seventh Bride, pero en esta ocasión no es la base de la narración, tan solo un añadido más.

El audiolibro está narrado por Khristine Hvam, que hace una labor encomiable. Me encanta cuando un narrador es capaz de modificar su voz y su acento para distinguir a cada personaje y sin duda Khristine lo consigue en esta ocasión. Estoy deseando leer la conclusión de la historia y sin duda lo haré por el mismo medio.

The Big Score

En esta casa siempre es una buena noticia una nueva publicación de K.J. Parker, pero si encima es de Saloninus, uno de sus personajes más conocidos, la alegría es doble.

The Big Score nos ofrece todo aquello que esperamos encontrar en la obra de este autor, humor, conspiraciones, estafas, huidas… En la página de Goodreads se define como la tercer entrega de la saga Saloninus y aunque son de lectura totalmente independiente, es cierto que este libro se disfrutará más si ya conocíamos las andanzas del protagonista con anterioridad, ya que hay algunos guiños velados (y no tan velados) a estos acontecimientos pasados.

El hecho de que recalque esta familiaridad con el núcleo de la obra es quizá también su mayor fallo, porque ya no nos sorprende tanto. De alguna manera, esperamos los planes alocados de Saloninus, sus eruditas referencias y su absoluta facilidad para crear genialidades casi en todos los campos del saber, siempre y cuando el hambre o el miedo le aprieten, haciendo de la necesidad virtud.

En esta ocasión tendrá una compañera de desventuras (o una extorsionadora, como se prefiera definirla) pero en ningún momento llegamos a saber ni siquiera su nombre, porque el protagonista absoluto de la historia es él. Esto queda patente tanto en esa primera persona que es la quintaesencia del narrador no confiable como en las loas y alabanzas a su persona, aunque también recibe palos, Y eso que a pesar de sus prácticamente inabarcables capacidades, el final nunca es el deseado. Por eso el ansia de conseguir ese big score, ese gran golpe que le permitiría retirarse sin necesidad de seguir recorriendo a la fuga todo Parkerland, como se ha dado en llamar el mundo donde el autor sitúa gran parte de su producción.

La obra es muy corta, algo que también se agradece para no agotar la fórmula. Apenas supera las cien páginas que ya os digo que se pueden leer prácticamente de una sentada si se dispone del tiempo suficiente, porque el ritmo es endiablado y el entretenimiento está asegurado.

The Shadow of the Gods

Quizá la mejor manera de describir un libro de fantasía no sea hacer hincapié en la verosimilitud de sus batallas, pero no se puede negar que uno de los principales alicientes de la lectura de The Shadow of the Gods son precisamente estas escenas de enfrentamientos épicos, que parecen directamente sacadas de una recreación de la época. Al igual que en los más que recomendables vídeos de Miles Cameron, John Gwynne describe de forma totalmente inmersiva los movimientos de cada batalla, de forma que parece que estemos presentes en ese muro de escudos que choca con el enemigo o en esa escaramuza contra unos asaltantes. También es destacable la crudeza con que se describen los resultados de estos enfrentamientos, con más que considerable cantidad de casquería resultante. The Shadow of the Gods no es un libro para almas sensibles.

La ambientación nórdica también está muy conseguida, el autor consigue hacernos partícipes de la dureza de la vida en condiciones bastante extremas. No obstante, el principal motor de la parte fantástica de la historia es una mitología muy atractiva. Hace siglos hubo un gran enfrentamiento entre los dioses y acabaron todos muertos o desaparecidos. Sin embargo, sus descendientes humanos, los Tainted, siguen en el mundo, muchas veces perseguidos y esclavizados por sus características especiales, que les hacen valiosos a ojos de los poderosos. En esta parte más mágica de la narración cabe destacar la presencia de los vaesen, trolls y todo tipo de seres mágicos que pondrán a prueba a los humanos y sobre todo, sus capacidades de lucha.

Los diferentes puntos de vista de la obra están muy compensados y retienen el interés del lector de una forma bastante homogénea. Aunque cada hilo está condenado a encontrarse con los otros, es cierto que durante la mayor parte de la duración de la novela son independientes, pudiendo considerarse como relatos perfectamente válidos por sí mismos. No obstante, al verlos como un tapiz que se va desplegando ante nosotros, se puede apreciar el trabajo impecable realizado por el autor en la planificación de la obra.

También me parece importante destacar el papel de la mujer en esta sociedad de inspiración nórdica. Dos de los tres puntos de vista del libro son de mujeres, y además de mujeres de armas tomar que representan dos papeles muy distintos, la “ama de casa” que se ve obligada a retornar a un pasado que dejó atrás por amor a su familia y la “rica heredera” que renunció a todo por la fama y la gloria eterna. Pero no son solo estos dos personajes, es que hay muchas más que resultan fundamentales para el desarrollo de la historia. No parece que estén en el libro para cumplir una cuota, si no que se encuentran donde están por méritos propios.

Los personajes están muy bien trazados por Gwynne, que ha sido capaz de conjugar el desarrollo de los acontecimientos con la exposición de sus historias sin que en ningún momento tengamos sensación de infodump. Es verdad que al principio podemos andar algo perdidos mientras nos hacemos la composición de lugar y que los desplazamientos de cada grupo por el mundo a veces pueden resultar confusos, pero estos pequeños problemas se soslayan conformen vas avanzando en la lectura.

Recomiendo mucho la lectura de The Shadow of the Gods, a pesar de la magnífica y engañosa portada que nos había hecho suspirar con la presencia de dragones.