The Stone Sky

La esperadísima finalización de la trilogía The Broken Earth de N.K. Jemisin apareció un día en mi lector de libros electrónico y no pude dejarla de lado mucho tiempo, porque tenía unas enormes ganas de saber cómo había acabado la autora una serie tan laureada. Si bien tiene algunos fallos y para mí no llega a brillar tanto como sus antecesoras, nos encontramos ante un libro sólido que cierra la historia de forma satisfactoria.

El pilar principal de la novela son los personajes. Exquisitamente desarrollados y con múltiples escalas de grises, vemos como sus relaciones varían del amor al odio o a la indiferencia, en una suerte de entramado dotado de vida propia. Me encanta como Jemisin ha conseguido dotar a cada uno de ellos de su voz propia y cómo se reponen de los avatares a los que se ven expuestos.

Especialmente interesantes son los capítulos de Hoa, situados en el pasado, que aportan muchísima información que desconocíamos. A veces me atrevería a decir que demasiada, porque llega a saturar.

La autora ha conseguido dar una nueva vuelta de tuerca al tema del racismo, esta vez sin tapujos ni cortapisas. Ya no es solo que a ciertas personas se las considere inferiores, la apropiación cultural también está representada en The Stone Sky.

En la parte negativa cabe destacar los cambios de escenario, que no acaban de sentarle bien a la narración, atascándose más de una vez. El ritmo se ve influenciado por estos cambios y en algunos capítulos tarda en remontar. En ocasiones, la autora está a punto de caer en el infodump, conforme la historia se va volviendo más de ciencia ficción y menos de fantasía. Realmente, la historia nunca termina de encasillarse en ninguno de los dos géneros, pero la deriva hacia la ciencia ficción es manifiesta en esta última entrega.

Por contra, la prosa sigue siendo espectacular. El uso de la segunda persona del singular en uno de los puntos de vista sigue siendo un recurso válido, difícil de llevar a cabo pero resuelto con soltura. Algunas de las nuevas palabras forjadas para The Stone Sky son aparentemente sencillas pero definen los nuevos términos de forma tan clara que ni siquiera hace falta explicarlas. Formar nuevos vocablos no es baladí, pero la neoyorquina hace que suenen como si fueran habituales en nuestros oídos.

¿Y vosotros? ¿Habéis terminado ya la trilogía? ¿Qué os ha parecido?

 

Faller

Esta es mi primera novela de Will McIntosh y aunque ya iba sobre aviso, no puede dejar de sentirme decepcionada por un libro que tiene un comienzo prometedor, pero que luego fracasa tanto narrativa como estructuralmente.

El comienzo, aunque no excesivamente original, está bien planteado. El protagonista es una persona sin recuerdos rodeada de gente también sin recuerdos. Los primeros capítulos se desarrollan en un entorno relativamente reducido y son una curiosa mezcla entre lucha por la supervivencia y gestos de humanidad. Lo mismo hay muertes por una lata de conserva que sacrificios para salvar a un desconocido. Pero en un momento determinado, el protagonista “cae” de este mundo a otro, ayudado por un paracaídas casero.

Ahi ya empieza a entrar en juego la suspensión de incredulidad, por ese apego  que tenemos a las leyes de la física, pero leyendo hay que intentar ser flexible así que dejé pasar este importante detalle, esperando una explicación que llegaría más tarde. La “explicación” llegó pero mucho más tarde, quizá demasiado.

Por otra parte, se desarrolla una trama que sospechamos está relacionada pero no podremos situar correctamente en la narración hasta que avance el libro. En este ocasión se habla de la relación de dos brillantes investigadores, con el trasfondo de un progresivo empeoramiento de las relaciones internacionales. El desarrollo de la relación entre ambos es previsible e incluso ingenuo, pero fundamental para la trama.

El momento en que se unen las dos tramas, que debería ser un importante hito en la novela es sin embargo un parche algo torpe. Se sitúa sobre el último tercio del libro, pero por las pistas dejadas por el autor ya intuíamos lo que había sucedido y destroza la posible sorpresa que quedara en el futuro de la línea temporal. Como digo, una ejecución bastante simplona.

Al final acabé el libro casi por inercia, por curiosidad de saber si mis intuiciones coincidían con la idea del autor. No puedo recomendar esta obra, aunque tengo algo de curiosidad por otras del autor que estén más pulidas (no olvidemos que esta fue su primera obra).

Alastair Reynolds publicará una secuela de The Prefect

Una nueva novela de Alastair Reynolds siempre es una buena noticia, y gracias al aviso de @mertonio hemos conseguido saber que el autor publicará una secuela de The Prefect. Esta novela, a mi entender, era una de las más flojas de Reynolds, aunque tenía sus puntos interesantes.

La novela se llamará Elysium Fire y transcurre dos años después de los sucesos acontecidos en The Prefect, aunque Reynolds la ha concebido como una obra de lectura independiente.

Aquí tenéis la portada:

Aprovechando este nuevo lanzamiento, Reynolds ha decidido retitular The Prefect como Aurora Rising, pero solo cambia el nombre no el contenido.

Aquí tenéis la nueva portada también:

The Real-Town Murders

Adam Roberts es un escritor muy inteligente, algo que es evidente leyendo sus libros, sus ensayos o incluso sus tuits. A veces esta inteligencia juega en su contra, porque parece que le gusta regodearse y expandirse en alguno terrenos que no aportan profundidad a la novela.

No obstante en The Real-Town Murders, juega con la ventaja de una estructura clara, el tipico misterio de asesinato imposible en una habitación cerrada. Las reglas del juego novelístico están claras y estas asunciones facilitan mucho al lector fijarse en otros detalles, de los que The Real-Town Murders está plagado.

Para empezar, es apabullante la manera con la que el autor juega con el lenguaje. Inventar la palabra myrmidrone para referirse a un robot centinela delata su formación clásica, pero no deja de ser una solución ocurrente para evitar palabras aburridas. Y Roberts ha decidido que en su novela no haya palabras ni frases aburridas.

El humor es un elemento más en la historia, desde la referencia pop más chusca (porque no me lo imaginaba yo escuchando Umbrella de Rihanna) al juego de palabras más rebuscado y oscuro. Cada pocas frases hay un reto, una trampa. Esto da mucha vitalidad a la lectura y la cuenta atrás constante a la que se enfrenta la protagonista también acelera la trama.

Hay imágenes que se te quedan clavadas en la retina, especialmente esos acantilados de Dover transmutados en Monte Rushmore literario.

Y sin embargo esta envoltura exquisita en ocasiones, burda en otras y en general llamativa es efectiva como medio de narrar una historia de futuro cercano. La crítica del autor se centra en las estructuras burocráticas y en sus luchas de poder, pero no deja títere con cabeza tampoco respecto a nuestra inusitada dependencia de las redes sociales y de otros métodos para acceder al conocimiento. En muchas ocasiones en los diálogos se pierde información si algunos de los contribuyentes no está conectado a la red para captar todas las referencias. Me he sentido especialmente reflejada en esta parte, con los juegos de palabras que no era capaz de entender a la primera y para los que tenía que recurrir a internet. También ataca certeramente a las engañosas campañas publicitarias y al marketing soterrado que todo lo envuelve, hablando de cambiar nombres de ciudad para hacerlas más atractivas.

Tengo más libros por ahí pendientes de Adam Robert, como Bete, Ejército Nuevo Modelo y algún otro. Creo que voy a volver a acercarme a ellos después de esta grata experiencia.

Tomorrow’s Kin

Reseña conjunta con Dreams of Elvex.

Basándonse en las ideas expuestas en Yesterday’s Kin, la exitosa obra de Nancy Kress, la autora de Buffalo tiene previsto publicar una trilogía, de la que Tomorrow’s Kin será la primera entrega.

No tenía muy claro cómo pensaba expandir la historia de los Deneb y los humanos, pero al comenzar a leer el libro todo me sonaba muy familiar. Tanto, tanto que resulta que los primeros capítulos es el mismo Yesterday’s Kin.

Esto supuso una pequeña decepción para mí, porque aunque la novella me gustó en su momento, no me apetecía releerla para ponerme en situación. Salvando este escollo, irritante más que molesto, se puede apreciar la historia de Tomorrow’s Kin.

Los hechos se retoman unos años después de que los aliens hayan dejado la Tierra, con la “herencia” correspondiente. La propia estructura de la novela hace que tenga un clímax y una finalización a mitad de la lectura, por lo que resulta complicado volver a comenzar la narración. Esto ralentiza el ritmo de lectura y a la novela le cuesta volver a despegar. Sin embargo, el esfuerzo que requiere del lector merece la pena.

Desde el punto de vista especulativo, estamos ante una más que interesante charla sobre ecología y biología, escrita de una forma amena y comprensible. La falta de una especie inclina totalmente el delicado equilibrio biológico de la Tierra, haciendo peligrar la vida humana. Y sin embargo, los humanos se preocupan más por su propio beneficio que por aunar esfuerzos para encontrar soluciones. Algo tan descorazonador como realista.

La historia se sigue centrando en Marianne, la investigadora seleccionada por los aliens para llevar a cabo un estudio de la población humana. El resto de personajes, aunque con sus peculiaridades, parecen girar a su alrededor y creo que esto empobrece el resultado. Además seguimos con las casualidades en la familia, que hacen que sigan siendo protagonistas de la historia. Esta parte es la que menos me ha convencido.

Lo cierto es que el libro se encaminaba hacia una puntuación menor hasta que llegó el final, que acelera de forma espectacular y muy interesante. Vale que hay que hacer un poco de suspensión de la incredulidad, pero cuando los acontencimientos empiezan a sucederse y ya no hay vuelta atrás, es difícil dejar de leer. Espero con interés la siguiente entrega.

The Dispatcher

Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Para defender esta teoría, que tendrá también sus detractores, llega John Scalzi con una historia que se lee de un tirón, adictiva y muy bien planteada.

La premisa de partida es muy original. De repente las víctimas de asesinatos comienzan a “resucitar” en su casa tras su deceso. Al principio esto causa mucha confusión en el mundo, pero luego se  ve como una oportunidad para enmendar errores. Si alguien se ve envuelto en un accidente y se teme por su vida, se le mata directamente y aparecerá en su casa incólume. Alrededor se crea una figura nueva llamada dispatcher, que se encarga de este tipo de casos, generalmente contratados por aseguradoras. O de otro tipo de asuntos, en una zona más gris moralmente hablando.

La propia brevedad de la que hace gala The Dispatcher hace que no se entretenga mucho ni explicaciones ni en examinar a fondo las consecuencias.Se trata de una trama detectivesca de investigación de una desaparación, pero mientras otras obras solo añaden una ambientación de ciencia ficción, Scalzi consigue que el novum sea una parte consustancial de la trama.

El estilo de escritura es tremendamente directo, basado sobre todo en diálogos que rozan peligrosamente el infodump pero sin llegar a caer en él. Por esta misma abundancia de conversaciones, la trama avanza a muy buen ritmo. También se nota un cierto toque noir que le viene a la historia como anillo al dedo, cuando se explica hipotéticamente que otras aplicaciones podría tener la figura del dispatcher.

En resumen, The Dispatcher es una muestra perfecta de las virtudes de Scalzi como escritor. Imaginación, brevedad y entretenimiento. No te la puedes perder.

Existe una versión en audio que se pudo descargar de forma gratuita durante un tiempo. Esta versión está narrada por Zachary Quinto y puede ser una muy buena opción para adentrarte en el mundo de los audiolibros. La dicción es clara y el relato no es excesivamente enrevesado como para no entenderlo. Si te defiendes con el inglés oído, no dejes de intentarlo.

El Día Más Largo del Futuro

No sé qué me llevó a hacerme con un ejemplar de El Día Más Largo del Futuro, de Lucas Valera. Obviamente su ambientación futurista llamaba a gritos a la aficionada a la ciencia ficción que soy, pero no tenía referencias sobre el autor y el dibujo, deudor de la línea clara, quizá era excesivamente esquemático en una primera aproximación visual.

No obstante, me parecía una apuesta muy valiente narrar una historia distópica sin diálogos, solo con la expresividad del dibujo. Quizá fue este el empujón que me faltaba para comprar el tebeo, que también se puede considerar un homenaje al cine mudo.

El dibujo es esquemático y engañosamente simple, acompañado por una coloración plana de colores mate. Supongo que esta decisión hace incluso más meritoria la historia que el autor es capaz de desarrollar con estas herramientas. Con estos simples trazos, Varela consigue desarrollar una historia distópica, de alienación de masas, de enfrentamiento provocado por la oligarquía e incluso un relato de primer contacto. Y todo esto sin una sola línea de diálogo. Realmente espectacular.

El principal objetivo del autor es una crítica mordaz e hiriente a la sociedad de consumo, algo que consigue con muy pocas viñetas. Pero no contento con esto, también nos ofrece una esperanza, representada por una simple postal de Bienvenidos al paraíso, que se convierte en el bote salvavidas de uno de los personajes de la historia. No sabemos sus nombres, nunca los sabremos, pero conocemos sus intenciones y sus motivaciones.

Es casi imposible comentar nada más sin entrar en el terreno del spoiler. Baste con mencionar la violencia que se genera en esta sociedad perversamente dual, con enfrentamiento entre dos facciones que son dos caras de la misma moneda.

Un tebeo que merece la pena “leer”.

The Obelisk Gate

Cuando leí The Fifth Season, quedé fascinada tanto por la prosa de la autora como por la historia desarrollada. Pero es que con The Obelisk Gate creo que incluso se supera.

Jemisin ha de utilizar forzosamente unos recursos distintos para mantener la intriga en esta segunda entrega, porque el principal “misterio” de los distintos puntos de vista quedaba resuelto. Pero esto no ha supuesto ninguna dificultad para ella, porque enlaza directamente con algunos de los sucesos acontecidos en el pasado dando a esos personajes el protagonismo que requieren. Bravo por esta valiente elección y por este manejo de la trama.

The Obelisk Gate es un libro eminentemente pesimista. La sensación de tristeza y de falta de confianza en el ser humano es patente en cada párrafo. Los personajes parecen incapaces de amar y superar las diferencias, el miedo rige muchas de sus decisiones y las relaciones familiares son tóxicas. ¿Es esto fruto de la situación del mundo o es algo inherente al ser humano? No conozco la respuesta  a esta pregunta, pero lo que sí puedo decir es que el conflicto entre los seres humanos que aparecen en esta novela recuerda y mucho a los conflictos raciales actuales. No en vano la palabra utilizada para los “salvajes” es rogga, con claras connotaciones.

De nuevo, la autora es capaz de sumergirme tanto en su prosa como para tener que dejar de leer algunas escenas especialmente sensibles. ¿Y qué decir del nulo valor de la vida humana? En un momento totalmente pragmático, se asegura que de todas formas habrá que acostumbrarse al sabor de la carne humana, única fuente de proteínas disponible.

La línea que divide la fantasía de la ciencia ficción se va atenuando conforme pasamos páginas. Por cada respuesta que recibimos, surgen nuevas preguntas y misterios que espero que se resuelvan en la última entrega de la trilogía, pero es apasionante ir recopilando las pistas. Aplicando la tercera ley de Clarke, es de esperar una resolución “científica” de la trilogía, pero la escritora continúa manteniendo la intriga de un modo soberbio. El trabajo de preparación de Jemisin en el primer volumen empieza a fructificar en este segundo, con la aparición de una nueva “magia” y el control cada vez más fino de sus poderes de las protagonistas.

Digo protagonistas porque en esta novela también se trata un tema tan importante y a veces tan olvidado como el género. En el mundo de N.K., no hay diferencia por ser hombre o mujer, si no por la casta a la que perteneces y los poderes que puedas tener. Resulta refrescante que no nos importe que tal o cual personaje sea hombre o mujer, porque no tiene relevancia respecto a sus acciones. Creo que esto también es una maniobra estudiada por parte de la autora.

The Obelisk Gate me parece una obra sobresaliente, a la altura de su predecesora, que si bien pierde algo de la frescura del original, compensa esto con una trama apasionante y una prosa muy atractiva.

La Quinta Estación se publica en España este mismo mes con traducción de David Tejera. Esperemos que a no mucho tardar se publique también la continuación.