The Silverblood Promise

Ya lo dije en su momento, hay cubiertas que captan tu atención de una manera inmediata y The Silverblood Promise tiene una de esas, obra de Jeff Brown.

La primera novela de James Logan es una fantasía bastante convencional en cuanto a su premisa, con un antihéroe que en contra de lo que le aconsejan sus instintos de supervivencia indaga en la misteriosa herencia que le legó su padre. Lukan Gardova es una personaje muy atractivo, con un pasado oscuro, un presente comprometido y un futuro desolador, con una personalidad arrolladora y muy bien arropado por los personajes secundarios que Logan pone a su servicio. Además la premisa de investigación en torno a la que gira toda la narración consigue mantener el suspense y la intriga durante todas las páginas del libros, que no son pocas. Si además a todo esto añadimos la llamativa narración del audiolibro a cargo de Brenock O’Connor, aunque un tanto cortante, nos encontramos sin duda ante uno de los debuts del año.

La pareja o trío protagonista tiene una química envidiable, con una relación que comienza de la nada pero que a base de pullas y diálogos se va cimentando de una forma muy creíble e incluso entrañable. Por supuesto, el trabajo de construcción de mundo es bastante completo como el cualquier fantasía que se precie, pero cabe destacar que Logan muestra tan solo una parte de lo que ha creado, porque está clarísimo que se ha dejado muchas cosas para la siguientes entregas, que leeré (o me leerán, ¡vivan los audiolibros!) en cuanto me sea posible.

¿He dicho que hay pruebas de fe sobre objetos arqueológicos mágicos? Ese toque a lo Indiana Jones tampoco te creas que le sienta mal a la novela.

The Silverblood Promise tiene recorridos por los bajos fondos y tiene magia, tiene lucha de clases y contrabando, tiene extraños seres con poderes incomprensibles y objetivos incognoscibles, tiene humor y ternura… todo mezclado de una manera que resulta muy agradable disfrutar de su lectura. Yo no dejaría pasar la oportunidad.

The Last Phi Hunter

Salinee Goldenberg nos ofrece la mezcla perfecta de fantasía con raíces en el folklore tailandés, acción y diversión en The Last Phi Hunter, una obra muy cinematográfica y entretenida que gana bastantes enteros con la interpretación en audiolibro de David Lee Huynh.

El protagonista es Ex, un joven cazador de demonios obsesionado con cazar a  Shar-Ala, un ser de leyenda al que hace tiempo que no se le ve. Ex vende los restos de sus presas para subsistir, ya que son valiosos recursos en el mundo mágico. Sin embargo, Ex no es invencible y cuando Arinya, embarazada de nueve meses, le salva de una buena tunda, no puede negarse a acompañarla y protegerla en su periplo hacia su destino.

Las principales bondades de la novela son una construcción de mundo muy atractiva con la existencia de criaturas mágicas fuera del bestiario más conocido en occidente. Aunque el desarrollo de los personajes y sus relaciones podría mejorar, sobre todo el principio de la novela es muy divertido con las constantes pullas que se lanzan. Tiene su parte de romance, pero no es un eje fundamental de la novela o al menos no me lo parece.

Aunque la trama no es excesivamente intrincada, es innegable que los tejemanejes de los poderes en las sombras sorprenden en más de una ocasión a los lectores. Sí que algunos de los elementos de la historia parecen un poco acelerados, quizá huyendo de la pérdida de ritmo que podría suponer un exceso de exposición entre escenas de combate. No le hubiera venido mal algo más de equilibrio en este aspecto.

Otro de los personajes, no mencionaré cuál, tiene un arco de redención cautivador, negándose durante décadas a saciar su hambre en pos de la salvación. Un concepto budista cuya filosofía empapa cada página del libro, sin menoscabo alguno de escenas violentas y sangrientas.

Es posible que la historia por momentos nos recuerde a Geralt de Rivia, por su tarea de acabar con monstruos por dinero, pero Ex es mucho más joven y bisoño, sin el poso de amargura del Brujo.

Aunque el libro no se presenta como parte de una saga y tiene una conclusión satisfactoria, no me extrañaría que la autora volviera a este universo con una nueva entrega, ya que tiene los elementos necesarios para continuar contándonos historias de Ex.

Can’t Spell Treason Without Tea

Está claro que hay alguna relación indisoluble entre la fantasía cozy y el té, porque no hay libro que no se encuadre en este subgénero que no esté regado con litros y litros de infusión. Esto de por sí no tiene que ser malo, pero me gustaría que aparte de eso sucediera algo más en la novela y es algo que en Can’t Spell Treason Without Tea se echa mucho en falta. Un conflicto, algo que nos haga tener más interés por la historia, porque tanto buenrollismo altera menos la tensión que un vaso de agua destilada a palo seco.

Can’t Spell Treason Without Tea es la historia de una pareja un tanto inverosímil, una guardia real y una poderosa hechicera, que sueñan en secreto con huir y montar una librería con servicio de te. Porque claro, cuando eres capaz de derrotar dragones con el chasquido de dos dedos o vas aniquilando amenazas que penden sobre tu soberana, es muy normal pensar en pastitas de té.

En un mundo poblado de dragones y con intrigas palaciegas variadas, lo mínimo sería que hubiese algo de tensión, pero es que todo les sale rodado a las protagonistas. La guardiana que no debería dejar su puesto bajo pena de muerte se escapa del palacio con una facilidad apabullante, la hechicera ultrapoderosa que debería estar defendiendo el reino tiene tiempo para tratar las impermeabilidades del granero que convierten en librería, y las situaciones más conflictivas y peligrosas a las que se enfrentan son una herida infectada y una caída en altura (el PRL de la fantasía deja bastante que desear).

Las relaciones interpersonales que también deberían ser un pilar en este tipo de libros se dan por supuestas. Llegamos al pueblo y ya son todos amigos para siempre cual canción de Los Manolos. Y los dos supuestos gerifaltes del pueblo al que van a parar, enfrentados por el poder, ya sabemos cómo van a acabar desde el minuto uno. Cero desarrollo de personajes.

Mira que la narración de Jessica Threet intenta arreglarlo, pero el material de partida es bastante pobre. Me temo que Rebecca Thorne no va a estar entre mi lista de autoras que seguir.

Song of the Huntress

Leí hace poco que es el tema de los retelling de fábulas clásicas no es una moda pasajera, si no que es la forma natural de que estos relatos se vayan adaptando al paso del tiempo. La primera novela de Lucy Holland, Sistersong, ya seguía estos derroteros, por lo que no nos sorprende que en Song of the Huntress también utilice el mismo método.

La novela comienza en Bretaña en el año 60 DC, pero solo para que conozcamos el origen de Herla, condenada a vagar eternamente a la cabeza de la Cacería Salvaje. Acto seguido avanzaremos en el tiempo para conocer a la reina guerrera Æthelburg, que comanda las tropas de su reino mientras el rey legisla en la corte. Este papel guerrero y no sumiso, unido a su falta de descendencia sitúa a Æthelburg en una posición muy insegura en un mundo en el que el valor de las mujeres está constantemente en entredicho . Cuando Æthel y Herla se conocen, cambiará el destino del reino.

Una de las primeras cosas que llaman la atención en la novela de Holland es el amplio espectro de representación sexual en el que se sustenta, con personajes bisexuales, lesbianas, aces… todo tratado desde el respeto y dando luz a la problemática que estas opciones provocaban en el pasado y siguen provocando en el presente. Este es quizá el mayor logro del libro, que por otra parte adolece de cierta falta de ritmo y quizá una prosa demasiado florida.

La narración de Kristin Atherton hace que el audiolibro sea bastante entretenido, incluso aligerando alguno pasajes más morosos de lo necesario.

Esta obra recuerda en algunos momentos The Children of Gods and Fighting Men de Shauna Lawless, sobre todo por el enfrentamiento entre paganos y cristianos y cómo la magia se ha ido desvaneciendo del mundo con la hegemonía de los discípulos de Cristo, con más presencia del mundo mágico, aunque tampoco excesiva.

Como obra autoconclusiva, Song of the Huntress es de la fantasía más tradicional por el entorno medieval que podemos encontrar, pero tiene esos toques feministas e inclusivos que la hacen distinta a lo tradicional. Y también es autoconclusiva, algo que se agradece en estos tiempos de sagas inabarcables.

Play of Shadows

Sebastien de Castell es un autor que había entrado y salido de mi radar en varias ocasiones pero al que no había leído todavía, por lo que Play of Shadows, una novela nueva situada en un universo donde ya había desarrollado toda una saga parecía una oportunidad estupenda para darle un tiento a su escritura. Si me gustaba, había más material del que tirar y si no, pues no pasaba nada. Es por esto también que puedo asegurar que Play of Shadows se puede leer perfectamente sin conocer las otras entregas, aunque aparezcan algunos personajes que son famosos por razones desconocidas para el neófito.

La idea de la que parte es muy atractiva, ya que un joven que huye de un duelo en el que no tiene ninguna posibilidad de victoria solicita una especie de derecho de acogida, pero en vez de en una iglesia en un teatro, por que la ley impide que los actores puedan luchar. Tras una serie de casualidades, consigue su objetivo y le veremos un año después ya totalmente integrado en la compañía de actores. Otra característica muy curiosa de este mundo es que algunos actores son poseídos por los espíritus de los protagonistas de los hechos históricos que representan en el escenario, dotando a la obra de mucha más credibilidad e intriga. O al menos, eso es lo que se dice, porque ya hace mucho tiempo que no parece ser muy cierta esta afirmación. El mundo tras las tramoyas es muy divertido y el comienzo de la novela es entretenidísimo, sobre todo por la impresionante capacidad interpretativa del lector de audiolibro, Joe Jameson , que realmente se pone en el papel de cada farsante y timador que pasa por las páginas de la novela.

Por desgracia, el resto de la novela no llega a ser tan atractiva. La idea de descubrir una conspiración en el presente gracias a los sucesos acontecidos en el pasado y mezclar las dos líneas temporales como imágenes superpuestas me parece bastante atractiva, pero ciertamente limitante, ya que solo podemos ver del pasado el punto de vista del espíritu que posee al actor, dando lugar a una percepción solipsista y engañosa. El libro se alarga, creo que innecesariamente, en estos juegos de sombras (guiño, guiño, codazo, codazo) del pasado para intentar encontrar las raíces de la conspiración, pero la resolución me parece un tanto burda.

Los personajes principales están muy bien definidos, pero en la segunda fila de los secundarios creo que el autor se ha esforzado menos o al menos no ha conseguido que sean tan perfectamente distinguibles. La mayoría de los actores de la compañía, salvo honrosas excepciones, son un conjunto en el que cuesta discernir la individualidad. Se podría decir que estos figurantes tienen líneas de diálogo olvidables. Es posible que en las siguientes entregas de la serie este error se subsane, si de Castell va dando más importancia a otros personajes para dotar de más profundidad al mundo.

Play of Shadows me parece un libro entretenido, con un comienzo más fulgurante que lo que acaba ofreciendo al final, así que no ha conseguido dirimir mi duda sobre si seguir con el autor o no. Ya se verá en un futuro.

Past Crimes

Past Crimes es un thriller con toque de ciencia ficción de futuro cercano sobre los peligros de la inmersión total en la realidad virtual, que cumple una labor admonitoria para con la sociedad actual sin dejar de ser trepidante, aunque algo previsible.

La protagonista de la novela es Cassie West y su trabajo consiste en asegurar los derechos sobre los crímenes más terribles que se convertirán en simulaciones para el consumo de masas. La acción transcurre en el año 2037, una fecha muy cercana en el tiempo a la actualidad para alertarnos sobre la verosimilitud de su relato.

El negocio del entretenimiento no conoce barreras y la reconstrucción de crímenes reales mueve billones. Cuanto más truculento y maligno, mejor. Lo que no imagina Cassie es que pronto se convertirá en protagonista de uno de estos crímenes.

Jason Pinter basa su relato en la lucha contra el sistema, contra la automatización y el aislamiento al que nos someten los sistemas cada vez más perfeccionados de realidad virtual. Es quizá un tanto exagerado al mostrarnos las consecuencias de la pérdida de libertad, como cuando explica el sistema de acogimiento de huérfanos que más nos recuerda a un sistema carcelario futurista que a otra cosa, pero aunque la forma utilizada sea poco sutil, el mensaje subyacente sí va calando.

Tampoco es sutil con sus personajes, que son bastante maniqueos sobre todo el MAL representado por la todopoderosa corporación que no tiene escrúpulos para manipular los escenarios en busca del mayor retorno de inversión posible. No cabe duda de que contiene algunos deus ex machina para salvar las peores situaciones y creo que tiene material para un conversión cinematográfica que sería muy entretenida. El mensaje cala, aunque solo sea por la insistencia con la que nos golpea con un objeto contundente en forma de capitalismo desaforado.

También contribuye al ritmo la narración de Ellen Quay, muy adecuada para este thriller entretenido y trepidante.

To Cage a God

Con las lecturas del año pasado me di cuenta de que una parte nada desdeñable de lo leído pertenece al género romantasy, algo que me sorprendió pero que luego, con más reposo, vi que tenía mucho sentido. En la fantasía actual hay mucha tendencia a incluir tramas amorosas, a usar el enemies to lovers y en general, a dar más importancia a las relaciones interpersonales. To Cage a God es un buen ejemplo de esto.

Elizabeth May le da un barniz imperial ruso a su fantasía asemejando su mundo a los últimos años de los zares de Rusia. Es por lo tanto algo previsible parte del desarrollo de la historia, aunque la parte mágica sí que es más original. El poder que ostentan las clases más altas deviene de su relación con los dioses que habitan sus cuerpos, encarcelados de forma hereditaria. Resulta también interesante el paralelismo con la hemofilia de las familias reales de la época, que se refleja también en este mundo fantástico. Somos testigos de la magia y de la crueldad de la emperatriz en el primer capítulo, cuando asistimos a la destrucción de un pueblo entero en un ataque de ira.

Por otra parte, los rebeldes también han llevado a cabo sus experimentos mágicos y han conseguido que dos personas tengan un dios en su interior y puedan ejercer la magia, sin haberlo heredado genéticamente. To Cage a God nos irá mostrando la lucha de poder entre ambos estamentos.

Lo que parece ser muy interesante al principio, pronto se desinfla. Los personajes aparecen muy acartonados, y las relaciones entre ellos son previsibles en exceso. La trama está muy centrada en el palacio y la infiltración que llevan a cabo los rebeldes es, cuando menos, peregrina. La lectora del audiolibro, Sofia Engstrand, hace lo que puede, pero es que el material de partida es bastante pobre. Me temo que hay una acumulación de clichés importante y aunque reconozco que pueden resultar de interés las tramas amorosas, a mí me han dejado bastante fría. Tampoco es que se pueda destacar mucho la prosa de la autora. Es un libro perfectamente prescindible.

Beautyland

A menudo me resulta más fácil darle una oportunidad a una obra de la que no tengo referencias si el formato en que lo leo es audiolibro, quizá porque lo puedo compatibilizar con otros temas de mi vida diaria o quizá porque la labor de los lectores profesionales es casi siempre bastante destacable. El caso es que he escuchado Beautyland sin demasiadas expectativas y aunque reconozco que es una novela bien escrita y entretenida, el barniz que tiene de ciencia ficción me parece una excusa para que Marie-Helene Bertino haga un repaso por los últimos cuarenta años de historia norteamericana y cómo los cambios van afectando a la vida de las personas, pero no esperéis encontrar especulación.

La premisa de la que parte es que, coincidiendo con el lanzamiento de la sonda Voyager 1, nace en Filadelfia una bebé que en realidad es un alien enviado para conocer la vida en la Tierra y comunicar sus investigaciones mediante faxes (sí, habéis leído bien, faxes) a sus superiores.

El libro sigue las aventuras y desventuras de Adina a una vida tan anodina como plausible, mientras intenta descifrar el sentido de la vida humana y cumplir su misión, aunque nadie le ha dado un manual de instrucciones sobre cómo hacerlo. Beautyland se transforma por tanto en una novela de rito de madurez, una exposición sobre lo bello y lo grotesco de la vida humana y sobre todo, una exquisita muestra de la alienación y de la otredad que siente un ser que se considera ajeno a todo esto.

La labor de la lectora Andi Arndt es muy buena, porque consigue imprimir al libro una pátina de frialdad, por definirlo de alguna manera, que se ajusta perfectamente a la forma de ser de la protagonista.

La novela tiene una estructura fragmentada, con idas y venidas temporales que nos permite ver el collage que forma la vida de Adina, pero también la de los compañeros de su viaje por el planeta Tierra. Los secundarios que la acompañan, desde su madre hasta Carl Sagan (por la obsesión de la protagonista con su figura no porque aparezca como personaje), están trazados de forma elocuente y resolutiva, para ayudarnos a situar en el espacio y el tiempo las aspiraciones de Adina.

Beautyland es un canto a la individualidad y al ser diferente.

The City of Stardust

Me está costando encontrar últimamente novelas de fantasía que no tengan un fuerte componente romántico y aunque The City of Stardust lo tiene más atenuado que otras, también está presente.

La novela sigue los pasos de Violet, la última descendiente de la familia Everly, criada por sus tíos ya que su madre desapareció siendo ella niña para intentar romper la maldición que pesa sobre la familia, ya que un miembro de cada generación desaparece por razones que no quedan muy claras. Violet, criada entre misterios, se empeñará en descubrir dónde está su madre y también cuáles son las causas de su futura perdición.

Georgia Summers utiliza de una manera muy inteligente la figura maternal ausente como un constante acicate para la curiosidad e incluso el instinto de supervivencia de Violet, pero descubre bastante pronto cuál es el juego de Penélope, la causa de todas sus desdichas. Que su supuesta salvación dependa de una persona que prácticamente no aparece en todo el libro mientras que su “torturadora” sí que se mantiene cerca, es una dualidad muy interesante y bien estudiada. Los típicos plazos de un año y un día que solemos relacionar con los pactos feéricos también están presentes en el libro, junto con un grupo de estudiosos que solo ansían conseguir más poder y que tendrán un papel decisivo en el devenir de la novela.

La narradora del audiolibro es Kitty Parker y realiza una muy buena labor sobre todo en la creación de ambientes decadentes con sus tonos velados y sugerentes. Su labor se ha visto sin duda favorecida por el uso elegante de la prosa del que hace gala Georgia Summers, que para ofrecernos su primera novela parece más veterana en estas lides.

Ahora bien, existen otros problemas durante la lectura. El ritmo desfallece en variadas ocasiones y parece que se estiran algunos capítulos innecesariamente. La definición de los personajes tampoco es el punto fuerte de la novela, porque aparte de Violet y Penelope, los demás quedan bastante difusos, incluso el interés romántico del que hacía mención en el primer párrafo, que es que casi ni me acuerdo de cómo se llamaba (Aleksander, pero he hecho trampa y he ido a consultarlo).

The City of Stardust es un libro que puede recordar algo a una fantasía de hace unas décadas, pero con una pátina de modernidad que si bien no lo convierte en una lectura imprescindible, sí que lo hace entretenido.

Talonsister

¡Qué bien me lo ha pasado leyendo Talonsister! Y mira que al principio me descorazoné un poco al ver que el audiolibro duraba 21 horas, pero la increíble valía del narrador Jot Davies unida un viaje bastante largo ha hecho que me lo haya ventilado en apenas 4 días.

Ya conocía la obra de Jenn Williams con The Ninth Rain, pero la dejé un poco de lado. Y lo mismo tengo que volver a ponerme con ella porque Talonsister es una obra muy redonda, aunque algo lenta en arrancar.

Lo primero que llama la atención de esta novela son los variados puntos de vista que la componen, que parecen no estar destinados a encontrarse nunca pero que nos permiten ir conociendo cómo es el mundo en el que se desarrolla la novela así como sus personajes. Y son unos personajes muy bien construidos, con los que es fácil identificarse y empatizar, a pesar de no ser pilares de la bondad y la virtud, pero es que nadie lo somos.

El mundo está claramente inspirado por el Reino Unido, solo con ver los topónimos que utiliza la autora este hecho es evidente (por lo visto, también tiene un mapa pero como yo lo que he leído es la versión audiolibro, este hecho se me ha escapado).

Quiero poner en relieve la extraordinaria labor de Jot Davies, que no solo insufla de vida los cuatro puntos de vista de la obra, es que a cada personaje, independientemente de su relevancia, le da una voz particular. Y, como he mencionado anteriormente, son 21 horas de audiolibro así que estamos ante una labor titánica (guiño, guiño, codazo, codazo, continuad leyendo para entender la broma). Si sois capaces de escuchar y entender un audiolibro en inglés, os recomiendo encarecidamente esta versión, parece que estás en un teatro.

El mundo que conoceremos en la lectura de Talonsister está habitado por humanos, pero aún queda una sola raza de los titanes que antaño poblaron todas las tierras, y esta raza son los grifos (la cubierta del libro también da un pista sobre esto). Aunque la mayoría del libro se desarrolla en territorio humano y las intrigas políticas y tejemanejes principales son entre humanos, los grifos están presentes y juegan un papel relevante.

Los cuatro personajes de los que hace uso Jen Williams para narrar su historia tienen el protagonismo repartido de forma muy equitativa y aunque puede que haya favoritismos por parte del lector, en ningún momento hay un cambio de personaje que resienta la narración. Ynis es una huérfana humana criada por grifos y nos dará un estupendo ejemplo de sororidad interracial y rito de madurez. Leven es una poderosa heraldo (superguerreros con poderes) que no recuerda su pasado y que no sabe lo que le deparará el futuro una vez relegada del servicio militar. Cillian es una especie de druida que tendrá que abandonar su amado bosque para acompañar a Leven y Kaeto es un espía especial del imperio humano al que asigna una misión especial de oscuro objetivo.

No me gustaría expandirme mucho más en el argumento porque, como digo, las maquinaciones y revelaciones del libro, sobre todo en su parte final, son de comerse las uñas hasta la altura del codo. Baste decir que una vez pasado el tercio inicial de la novela, que puede ser un poquito lento y pausado, todo se desliza por una pendiente de emociones digna del mayor parque de atracciones del mundo. Vamos, que estáis tardando en leerlo.