Null Set

No habla muy bien de una novela que una de las características que más me ha llamado la atención sea un truco de producción del audiolibro, pero es que con Null Set me ha pasado eso. La labor de Lauren Fortgang es muy recomendable en la locución, pero sobre todo me ha encantado esa sensación de eco con la que representan el descenso a la locura de la protagonista, cuando oye voces contradictorias en su cabeza.

Null Set es la segunda entrega de la serie Cas Russell, que comenzó con Zero Sum Game. Por desgracia, lo que llamaba más la atención en aquella primera entrega, la acción trepidante, se encuentra aquí más racionadas y hay más escenas introspectivas que no le hacen ningún favor a la obra. Entiendo que es necesario dar más profundidad al personaje porque si no iba a quedar como un simple mata-mata, pero creo que la autora no consigue su objetivo.

La trama, basada en la manipulación mental y los juicios de valor, es un poco enclenque. Merece más la pena ver cómo el pasado de la protagonista es un abismo al que ni siquiera puede acercarse, por miedo a verse absorbida por él. No obstante, se repite hasta la saciedad un esquema, en el que aparecen personajes que desean ayudarla pero a los que ella misma no les permite acercarse víctima de una inquietante paranoia que está muy bien trazada.

El escenario de partida del libro, provocado por los hechos acontecidos en Zero Sum Game ya deja a las claras que no estamos en Kansas, Totó. Los Ángeles está hundida en un caos de violencia sosteniendo la cordura a duras penas, con los jefes de la mafia dispuestos a enfrentarse por la migaja más pequeña de ganancias. Cas se ha propuesto Acabar con el crimen TM, pero quién sabe si sus acciones son las que terminarán inclinando definitivamente la balanza de un lado u otro. Es necesario desactivar la incredulidad desde muy al principio de la novela, y leer casi con el piloto automático puesto para no ver las contradicciones en las que cae la protagonista.

He perdido el interés en saber cómo sigue la serie y creo que eso es casi lo peor que se puede decir de una segunda entrega.

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